Capítulo 18

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Joel

-Si...eso es todo, ya pueden retirarse.

Lo empleados asienten cansados y al fin se retiran de mi oficina, la verdad es que ha sido un día extremadamente largo para todos y nadie quería estar en esta reunión, mucho menos yo pero era necesario. Con el embarazo de Erick, una serie de complicaciones han aparecido, casi como una burla a mi gastado ánimo diario y de una u otra forma, me he visto afectado. Resulta que no estamos esperando un hijo, no, nada de eso, mis espermatozoides resultaron ser bastante fértiles y como recompensa, tendremos gemelos. Yo estoy feliz, realmente lo estoy pero Erick...¡Dios! Erick es una completa mierda que cambia de ánimos cada que respira.

Se que está incómodo, que la panza ya está grande y le pesa más que la de un embarazo regular pero tampoco es mi culpa y termino yo pagando los platos rotos. Han pasado seis meses ya, queda solo un trimestre para que nuestros pequeños conozcan el mundo fuera de la barriga de mi bebé y eso realmente me emociona, no puedo esperar la hora en que estén acá para poder cargarlos y amarlos como se que haré pero Er, sigue siendo la parte más difícil, se irrita muy fácil, a veces llora, otras veces quiere solo comer y dormir y otras tantas quiere pasarse la noche follando como un animal, de eso no me quejo porque amo hacerlo mío pero en resumidas cuentas, el embarazo ha cambiado por completo a mi chico.

Me aseguro de dejar la oficina bien organizada y apago las luces antes de salir, es viernes y quiero descansar como corresponde, a pesar de no venir a diario, esta semana si he tenido que hacerlo, hay un proyecto inportante y para que no tenga que viajar con los demás, como aquella horrible vez en que sucedió lo de Erick, vine cada día para dejar todo listo. Camino hacia mi auto y subo con rapidez, necesito llegar a casa, ya son casi las ocho y Erick se enoja cuando llego tarde, en realidad siempre se enoja pero cuando llego después de lo normal, se pone peor y no quiero eso, hoy deseo estar con él acurrucado mientras toco su panza gigante, amo sentir como se mueven los bebés y dan esas pataditas.

El camino es rápido y llego en poco tiempo al edificio, estaciono en el lugar que corresponde y entro saludando al encargado que me devuelve el saludo con una pequeña sonrisa. El ascensor está en el piso, así que subo de una vez y marco el nuestro, estoy contento de saber que en pocos segundos voy a estar en casa con mi bolita de ojos verdes. Al colocar la llave en la puerta, siento que ya estoy donde debo, no me puedo engañar a mí mismo, no importa cuantos dolores de cabeza me de Erick, cuantas veces al día grite o llore, no importa si se enoja porque le puse menos azúcar a su leche, ese pequeño desastre, es lo más precioso que tengo en mi vida.

-Joey. -Y es todo lo que necesito escuchar para que me corazón se desboque en mi pecho de pura felicidad.

-¿Cómo está mi precioso bebé? -Ahí está ese puchero, amo como sigue viéndose como un pequeño niño aún cuando esa panza es casi más grande que él, es precioso y es mío.

-Te extrañé mucho, ven...quiero mimitos. -¿Cómo no perder la cabeza por él? Es lo más perfecto que vi en mi vida y ahí sentado en el sofá, con esa camisa mía abierta mostrando su redonda barriga y el pelo enmarañado, es la jodida imagen más tierna que puedo imaginar.

-Yo también te extrañé, mi vida, tenía muchos deseos de verte. -Le respondo mientras me acerco a su cuerpo y lo abrazo para que se pegue a mí.

-Yo no quiero que te vayas, Joey, me siento muy solito y estoy incómodo con esta panza, necesito tenerte cerca. ¿Entiendes? -Él no quiere que salga a la oficina, se que aunque no lo diga, la razón es que cree que está gordo y voy a dejar de sentirme atraido por él, bobo que es, no hay nadie en la vida que me haya gustado jamás.

-Amor...paso casi siempre acá contigo, no salgo a ningún lugar sin tí.

-Pero Joey...cuando vas a trabajar...

Hard to accept ll JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora