Prólogo

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Muchas cosas son las que tocan a su fin junto con la primavera: las flores de cerezo pierden sus pétalos y se marchita el color rosado que parece darle a toda la villa un aura fantasmal de irrealidad y festividad casi espiritual. Ahora esos pétalos que hasta hacía unas pocas semanas eran con tanto esmero observados y venerados, serían pisados sin miramientos hasta deshacerse por completo durante la temporada de lluvias.

Era verdad, muchas cosas llegaban a su fin junto con lo que había sido esa larga primavera de sus dieciséis años, pero, para Naruto, lo que mejor simbolizaba el terminar de todas las cosas era cierto valle escondido en los bosques a las afueras de la villa, en el cual había puesto punto y final a la primera amistad importante que había tenido: El Valle del Fin.

Tres años habían pasado desde que Naruto y Sasuke habían luchado en ese icónico y fatal escenario. Sin embargo, Naruto continuaba acudiendo una vez por semana antes del amanecer para contemplar y recordar aquel suceso, intentando de alguna forma buscarle sentido a todo aquello. Pero esa mañana de finales de primavera era distinta.

Naruto recordó que tras la batalla, tres años atrás, Kakashi encontró a Naruto inconsciente y, tras aplicarle primeros auxilios, salió en busca de Sasuke, a quien interceptó a tiempo y pudo reducir gracias al estado en que se encontraba a causa del combate. Después de aquello Sasuke fue condenado a arresto domiciliario, o eso le dijeron a él, y entrenó de forma exclusiva con Kakashi hasta que se considerase que dejase de ser un peligro para la villa. El grupo siete fue disuelto y Naruto y Sakura pasaron a estar bajo la tutela de Jiraiya y Tsunade respectivamente en lo que a misiones se refería, al menos hasta que acabasen el instituto.

De modo que ahí estaba ahora Naruto, de pie en medio del gran río que se extendía entre las dos estatuas de dos grandes ninjas, apretando los puños con fuerza, en una mezcla de rabia y emoción por el torbellino de emociones pasadas y presentes, al recordar el día anterior cuando se había reunido con Kakashi y Sakura para cenar un buen ramen en el Ichiraku, con motivo del final de la primavera:

-Ramen ¡Ramen! -gritaba Naruto emocionado mientras el señor Ichiraku lo servía con la profesionalidad y la ternura de siempre.

-Come despacio, Naruto, o te sentará mal. -le advirtió Kakashi. -Mañana es el primer día del último curso del instituto y no querrás pasártelo en el baño ¿no?

-¿Pero qué dices Kakashi-sensei? ya no tengo doce años, ahora soy más fuerte y también lo es mi estómago. -aseguró con la boca llena y se echó a reír. Kakashi no pudo rebatir esa lógica y suspiró con una sonrisa bajo su máscara.

-Kakashi-sensei... -comenzó a decir Sakura, que había estado más callada de lo habitual. -He oído rumores de que...

-Sí, por eso mismo os he citado hoy. Quería comentaros una cosa. Pero veo que las noticias vuelan... debe de haber sido ese bocazas de Gai. En fin, es sobre Sasuke.

Sakura y Naruto dejaron de comer dando un respingo y se quedaron mirando a Kakashi con el mismo brillo en los ojos con el que siempre le miraban cada vez que le preguntaban por él, claro que ya se habían acostumbrado a no obtener información alguna.

-¿Sasuke? -habló Naruto algo alterado, tras el shock inicial. -¿Va a atreverse de una vez a dar la cara? No sé para qué hicimos tanto despliegue de medios para que no se fuera, si de todas formas no le he visto el pelo...

-Naruto, no seas idiota, sabes que no podía dejar la villa porque sus técnicas son un patrimonio de la aldea, si alguien como Orochimaru las hubiese robado.... -respondió Sakura, molesta e impaciente por saber cuáles eran las novedades con respecto a Sasuke, pero esta respuesta solo hizo que enfadar más a Naruto.

-¡A mi eso me da igual! Yo cuando miro a una persona, veo a esa persona, no sus técnicas ¡Ese es el problema de esta villa! Cuando yo sea Hokage...

-¡Ya basta! -les interrumpió Kakashi y ambos volvieron a mirarle con interés. -Llevo unos meses discutiendo este asunto con la quinta y al final hemos decidido que Sasuke está preparado para reincorporarse a la vida de la aldea. -hizo una pausa para que sus palabras tuvieran un mayor peso dramático y luego prosiguió. -He estado estos años vigilando a Sasuke y siguiendo de cerca sus progresos y no parece albergar las mismas tendencias de venganza que antes... por lo menos no tan fuertes. El caso es que hemos decidido que va a incorporarse al instituto mañana mismo e irá al mismo curso que vosotros. No está retrasado porque ha estado estudiando conmigo, puede que incluso vaya más aventajado... algunas cosas nunca cambian ¿eh? -y soltó una breve risa para intentar relajar el ambiente, cosa que no consiguió, tan solo se podía oír como Naruto y Sakura tragaban saliva con esfuerzo. -He hecho un trato con Sasuke, si le dejo volver al instituto y graduarse como jounin, bajo la constante vigilancia de los profesores y la mía, por supuesto, él me ha prometido que usará su poder para capturar a Itachi con vida y ajusticiarlo aquí en la villa, mediante los procedimientos pertinentes.

-Y... ¿tú le has creído? -mustió Sakura. Kakashi simplemente sonrió y se encogió de hombros.

-¿Qué otra cosa podía hacer? ¿encerrarlo para siempre? si se vuelve a escapar sabe perfectamente que tendré que matarle.

Hubo un largo silencio en el que no se oía nada. No era que el mundo se hubiera quedado de pronto en silencio, era tan solo que el remolino de sensaciones que recorría el ambiente era tan fuerte que barría cualquier sonido cercano.




Tormenta de Verano (narusasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora