Trío fantasma

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Había pasado una semana desde que Sasuke había vuelto a sus vidas, pero ninguno de los dos sabía cómo encajarlo en sus pensamientos o acciones. En la práctica todo seguía más o menos igual: Naruto pasaba a recoger a su casa a Sakura para ir al instituto, donde se separaban hasta la hora de comer. Durante las clases Sasuke no le dirigía la palabra a Naruto y si éste intentaba hablarle a él, solía responderle de forma cortante. Con respecto a dónde comía Sasuke, nadie lo sabía. Luego, por la tarde Naruto quedaba para entrenar con Kiba y compañía o con Lee y Neji (que ya habían acabado el instituto, por lo que solían estar mucho fuera en misiones), o bien quedaba con Sakura para hacer algo juntos, como ir a cenar, o a pasear, estudiar, entrenar, o lo que a ella le apeteciera más. Al final siempre solían ir a casa de Naruto a "hacer cosas de novios" como lo llamó Kakashi para meterse con ellos cuando se enteró por primera vez de que Sakura había aceptado por fin salir con Naruto. Fue lo que se podría denominar "un bombazo" en su día.

En resúmen, en cuanto a acciones, no muchas cosas habían cambiado (salvo que Naruto ahora se duchaba a conciencia antes de encontrarse con Sakura los días que iba al Valle del Fin por las mañanas, para que ella no oliera el valle, como si tuviese algo que ocultar). Sin embargo, en cuanto a pensamiento, todo estaba patas arriba: Por mucho que no hubiese afectado a su día a día, la sola presencia de Sasuke, o el mero hecho de saber que estaba cerca, anegaba la mente de ambos la mayor parte del tiempo, aunque intentasen ocultarlo y lo peor era que sabían perfectamente cuando el otro estaba pensando en él, pero no decían nada. Era como si el equipo siete volviese a estar reunido, pero con el tercer miembro manifestándose como una especie de fantasma, como una presencia innegable e invisible que amenazaba con destruir su relación y a ellos mismos.

Esa noche, poco más de una semana después de que Sasuke hubiera regresado, Sakura y Naruto se encontraban en casa de éste tras haber quedado para salir a cenar, como solían hacer los miércoles. Naruto se encontraba tumbado en la cama, desnudo de cintura para arriba, mientras observaba con una sonrisa cansada como Sakura se vestía despacio, sentada a los pies de la cama.

-¿Ya te vas? -le preguntó incorporándose levemente. Ella le dedicó una sonrisa y asintió despacio.

-Ya sabes que mis padres se enfadan si llego tarde. Mi padre es capaz de venirme a buscar aquí y cortarte el...

-¡Sakura-chan! -se quejó Naruto fingiendo una mueca de dolor y Sakura soltó una liviana carcajada que pareció relajar un poco el ambiente tan tenso que había entre ellos durante los últimos días.

Naruto volvió a tumbarse con una sonrisa en los labios e inclinó levemente la cabeza hacia la derecha. Ahí estaba, como siempre, la fotografía enmarcada del equipo siete. Era la misma que Sakura y kakashi tenían en su cuarto... ¿la conservaría también Sasuke? Se había acostumbrado a no pensar en él cuando miraba aquella foto, al menos no involuntariamente, pero ahora todo era diferente. Ahora no sólo le asaltaban recuerdos dulces y dolorosos a partes iguales, sino que la imagen del Sasuke del presente aparecía grabada a fuego en el interior de sus párpados prácticamente cada vez que cerraba los ojos. Sacudió la cabeza intentando ahuyentarlo de su mente y abrió los ojos para encontrarse mirando de nuevo a la vieja foto enmarcada de cuando habían sido felices juntos. Sintió un nudo tan fuerte en la garganta que apenas fue consciente de que Sakura, todavía a medio vestir, se había acercado y estaba agachada de forma que sus rostros se encontraban a la misma altura.

-Estás pensando en él ¿verdad? -le susurró ella con rostro indescifrable. Naruto dio un pequeño respingo y se sonrojó como única respuesta. -Puedes decírmelo, Naruto... aunque creo que está bastante claro. -Sakura sonrió.

-Estaba pensando en los tres... y también en Kakashi-sensei. En los viejos tiempos. -se apresuró a decir Naruto a modo de excusa.

-¿Ah sí? Y hace un rato cuando estábamos en la cama ¿también te apetecía pensar en los viejos tiempos? -Sakura se acercó un poco más a Naruto y apoyó una mano en su hombro desnudo. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo y se quedó completamente callado, aterrado por las insinuaciones de Sakura. -Me he dado cuenta de que has mirado la foto... a veces lo haces. Pero esta vez has cerrado los ojos enseguida, como si quisieras huir de algo... o retenerlo el mayor tiempo posible.

-Sakura, yo... -comenzó a decir Naruto obviamente nervioso.

-No, tranquilo. No hace falta que digas nada. -Sakura le tranquilizó llevando un dedo a sus labios y se tumbó con cuidado a su lado. -Sabía que no querrías hablar de esto conmigo, pero la verdad es que yo también he estado pensando en él de esa forma desde que ha vuelto... -la voz de Sakura era apenas un susurro en algún lugar cerca del oído de Naruto y, mientras hablaba, había comenzado a acariciar con parsimonia el torso desnudo de éste. -He intentado luchar contra ello, pero no lo puedo evitar. Es como lo que nos dijo Kakashi-sensei, algunas cosas nunca cambian.

-¿Q...qué quieres decir con eso? -preguntó Naruto profundamente confundido mientras se aferraba con fuerza al cuerpo de Sakura, quien había comenzado a descender peligrosamente su suave caricia.

-Quiero decir que está bien. -ambos se quedaron analizándose con cierta preocupación, pero enseguida Sakura apartó la mirada y se colocó encima de Naruto con decisión. -Está bien si pensamos en él mientras hacemos esto, porque así es como si estuviera aquí también... como si sintiera lo que nosotros sentimos... como si fuera él quien nos hace sentirlo.

Naruto no contestó, se sentía demasiado extasiado y avergonzado como para articular una sola palabra al respecto. Sakura, por su parte, condujo las manos de éste a sus caderas y comenzó a moverse lentamente. Naruto volvió a intentar decir algo como último recurso para aferrarse a la poca cordura que le quedaba, pero lo único que consiguió escapar de sus labios fue un suave gemido.

-Dilo... si quieres. Naruto. -le susurró Sakura antes de comenzar a moverse con más rapidez y él decidió rendirse por completo. Cerró los ojos con tanta fuerza que se le saltaron las lágrimas.

-Sasuke... -susurró debatiéndose entre la rabia y el placer y escuchó como Sakura emitía el más dulce de los gemidos.

Tormenta de Verano (narusasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora