Pasado mañana

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Al día siguiente Naruto se despertó más contento que nunca. No sintió la necesidad de ir al Valle del Fin aquella mañana, pues ya no le carcomía por dentro el recuerdo del Sasuke que le había abandonado hacía tres años. Ahora había conseguido por fin que Sasuke le demostrara que le quería y, lo más importante, que confiaba en él.

Llegó al instituto sin poder dejar de sonreír, recordando la tarde anterior, cuando Sasuke y él habían vuelto a entrenar juntos por fin. No había podido dejar de sentir esa agitación indescriptible al ver como Sasuke se había hecho más fuerte y al verle crear esos poderosos chidoris que se le habían clavado de lleno en el corazón, en una eléctrica mezcla de nostalgia y excitación.

Entró en el aula y, como siempre, Sasuke ya estaba sentado en su pupitre. Sus miradas se cruzaron en el instante en el que Naruto cruzó el umbral de la puerta, como si le hubiese estado esperando, y Sasuke le dedicó una media sonrisa, sin dejar de mirarle en ningún momento, hasta que por fin Naruto se sentó frente a él.

-Buenos días. -le saludó Naruto sonriendo para sí.

-Buenos días. -correspondió Sasuke en tono susurrante, antes de acercarse a Naruto apoyándose sobre la mesa. -Oye, la próxima vez... -comenzó a decir bajando más el tono de voz, pero sin abandonar la sonrisa. -Intenta no correrte dentro, que luego sale cuando menos me lo espero y es muy molesto.

Naruto se puso rojo como un tomate y comenzó a mirar hacia los lados, para asegurarse de que nadie había oído semejante barbaridad y Sasuke tuvo que contener la risa al verle.

-Perdona... -dijo casi en un suspiro, profundamente avergonzado, pero al final de la palabra se le escapó una sonrisa. -¿Es normal que me ponga cachondo imaginarmelo?

Entonces Sasuke no pudo evitar soltar una suave carcajada y media clase se giró al unísono hacia ellos. Naruto volvió a enrojecer, pero a Sasuke no pareció importarle lo más mínimo.

-Será mejor que no te pongas muy cachondo. -contestó Sasuke hablando ahora en tono más serio, pero sin abandonar del todo la sonrisa. -Hoy no voy a poder comer contigo en la azotea...

-¿Y eso? -preguntó Naruto, visiblemente decepcionado.

-Cosas de los profesores... quieren tenerme más vigilado por lo de ayer, pero no te preocupes, ya me las apañaré. -mintió Sasuke intentando sonar totalmente despreocupado, pues en realidad había quedado con Orochimaru a la hora de la comida para que le dijera el día que iba a tener lugar la huida. Naruto iba a reprocharle algo, pero justo en ese momento apareció Iruka y dieron comienzo las clases.

Cuando hubo llegado la hora de la comida, Sasuke bajó rápidamente al aula del sótano donde solía reunirse con el falso Sutoku y lo encontró esperándole con la sombra de una sonrisa en su malvado rostro.

-Lo haremos pasado mañana. -fue lo primero que dijo y Sasuke palideció. -Por la mañana, justo antes de que empiecen las clases fingirás que estás enfermo. Kabuto ya se ha infiltrado en la enfermería. Del resto me encargaré yo.

*

Sasuke volvió a clase con un nudo en el estómago. Todavía no había acabado la hora de comer, por lo que el aula estaba completamente vacía. Se acercó al pupitre de Shikamaru y con gran disimulo dejó caer una nota en la mochila abierta que colgaba del respaldo de su silla. Lo único que ponía era "Pasado mañana. S."

Tormenta de Verano (narusasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora