El calor veraniego empezaba a hacerse notar aquella mañana cuando Naruto, tras volver del Valle del Fin, puso rumbo al instituto. Ya era el cuarto día que lo hacía sin pasar por casa de Sakura primero y aquello se le hacía tremendamente extraño. No conseguía acostumbrarse a no tenerla a su lado, a no tener a alguien a su lado, y no era como si pudiera contar con Sasuke de esa forma, pues en clase continuaban comportándose como si no hubiera nada entre ellos. Era como si cada paso que daba hacia delante, cada momento que compartía con él, se desvaneciera al instante, como si se hubiera tratado de un sueño del que acabara de despertar y la realidad no daba señal alguna de que aquello hubiera sucedido con certeza. Tan solo podía aferrarse al recuerdo de ese sueño y a la complicidad que creía leer de vez en cuando en los ojos de Sasuke cuando sus miradas se cruzaban, pero nada más, no podía saber cuándo iba a producirse el siguiente sueño, tan solo le quedaba esperar a que él encontrara la manera de hacerlo posible... y la incertidumbre le estaba destrozando.
Pasó, como de costumbre, por delante de Sasuke con la mirada fija en el suelo y se sentó delante suyo, tras dedicarle un nervioso "buenos días". Sasuke le respondió con un movimiento de cabeza y alargó la pierna para mover la silla sobre la que se sentaba Naruto con su pié. Naruto se dio la vuelta sobre sí mismo enseguida con los ojos casi suplicantes y Sasuke no pudo evitar sonreír para sí.
-¿Tienes hora? -le pregunto arqueando una ceja. Naruto puso cara de pura y sincera decepción y Sasuke tuvo que contener una sonrisa al darse cuenta.
-Ah. No... pero debe de estar a punto de sonar el timbre. -respondió en tono cortante y se dispuso a darse la vuelta de nuevo, pero el pié de Sasuke, ahora en su pierna, se lo impidió.
-Otra cosa... ¿Estarás esta tarde en tu casa? -le preguntó mirándole directamente a los ojos y sin apartar el pie de la pierna de Naruto.
-¿Por...? -preguntó éste, algo nervioso, pero claramente aliviado.
-¿De verdad hace falta que te lo diga? -dijo Sasuke arqueando una ceja y subió el pie con cuidado de que nadie le viese. Naruto tragó saliva.
-¿A qué hora?
-No lo sé, por la tarde. Todavía tengo que hablar con Kakashi. -Sasuke apoyó el rostro en la palma de su mano, sobre el pupitre, y volvió a acariciar la pierna de Naruto una vez más de forma discreta con su pie, antes de separarlo del todo, disfrutando en todo momento del nervioso rostro de Naruto.
-Está bien, ahí estaré. -ambos se asintieron, cerrando así el trato, y Naruto volvió a darse la vuelta.
Después de pasar la hora de comer con Orochimaru, como era ya costumbre, y tras el segundo periodo lectivo, de carácter práctico, Sasuke salió por la puerta trasera del instituto, donde solía esperarle un miembro de la ambu para escoltarle hasta la prisión de Konoha. Todo esto era un mero trámite, puro teatro, pues en realidad Sasuke no tenía a dónde huir, al menos de momento. La celda de Sasuke estaba en la primera planta, donde se encontraban las de mejor calidad, para presos políticos y cosas por el estilo. Si uno se fijaba bien, no había demasiada diferencia con la habitación de Naruto, salvando las paredes y el suelo de roca y el hecho de que la entrada fuera una pared de barrotes que daba a un largo pasillo lleno de celdas idénticas a aquella. Pero, de todas formas, a uno le daba la sensación de que no podía quejarse, al menos el baño era privado.
El miembro de la ambu entregó a Sasuke al centinela de la prisión, como solía hacer todos los días, y éste le acompañó sin prestarle especial atención hasta su celda. Una vez dentro, le ajustó al tobillo un grillete de metal unido a una cadena que se anclaba en el suelo de piedra, lo suficientemente larga para que pudiera deambular por la estancia sin ningún problema, y una vez cerrada la puerta con llave, el centinela se marchó. Sasuke se tumbó en el camastro algo cansado y cerró los ojos intentando no pensar en nada, pero de pronto el sonido de dos personas acercándose por el pasillo le obligó a ponerse en pié. Conocía muy bien el sonido de los pasos de una de ellas: el alcaide de la prisión, Yorinaga. Sasuke odiaba a aquel hombre.
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Tormenta de Verano (narusasu)
FanfictionNaruto lleva tres años sin ver a Sasuke. Muchas cosas han cambiado desde aquella fatídica batalla en el Valle del Fin, cuyo nombre resulta ahora terriblemente amargo para él... pues ese enfrentamiento supuso el fin de muchas cosas. Sin embargo, la p...