♥ Capítulo 4

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–Tahiel, ¿qué tipo de tiendas hay donde se venden alimentos?

–Pues... carnicerías, pescaderías, productos congelados, fruterías, y... ya está ¿no?

–No. Te faltó la panadería y los lácteos.

–Pero esas cosas se encuentran en los supermercados y no tiene secciones especiales.

–¿No?– inquirió.

–Bueno, están agrupados pero no ponen que haya una sección de lácteos o de...

–Pero sí una de panadería.– Tahiel apartó la mirada avergonzado.

–Se me olvidó...– Moon se rió por ello.

–No pasa nada Tahiel. Has respondido bien las otras preguntas así que con un poco más de estudio seguro vuelves a sacar un 10.

–¿Eso crees?

–¡Sí! Eres demasiado inteligente. Un día de estos vas a tener que darle clases a tu padre.

Los dos se echaron a reír cuando ella miró por la ventana. El coche de Donghae se acercaba ya.

–Ahí está tu padre.

Tahiel se quedó sentado en la silla, algo que extrañó a Moon.

–¿Qué pasa?

–Papá me regañó ayer por asomarme a la ventana. Dijo que podía caerme.

–Tonterías, te tenía agarrado. Además, no es para tanto. Mira...

Moon se encaramó a la mesa del escritorio y abrió la ventana. Sacó medio cuerpo sujetándose al marco de la ventana.

–¡Señor Lee!, ¡Buenas tardes!– gritó con fuerza agitando la otra mano a modo de saludo.

¡ Moon!– exclamó Tahiel– ¡Te puedes caer!

–¿Ves como no pasa nada? – dijo cuando se volvió hacia él. –Mientras tú no hagas eso tu padre seguro que te deja asomarte para saludarlo.– Añadió cerrando la ventana y bajando del escritorio.

Iba a tener que aguantar una buena reprimenda en cuanto el pobre se recuperara del susto que le acababa de dar.

✧✧✧✧

Donghae se quedó lívido cuando vio a Moon asomada a la ventana saludándole con energía. La miró con los ojos y la boca abiertos sin poder creerse lo que veía. Pero antes de poder decirle algo, entró y cerró la ventana.

Apretó los dientes y dio un portazo con la puerta del coche. Caminó hacia la casa tratando de calmarse antes de explotar. Su vena de la sien palpitaba con fuerza y le estaba siendo muy complicado mantener la tranquilidad.

El día anterior habían discutido sobre el hecho de que Tahiel se asomara a la ventana; y ahora, ahí estaba haciéndolo ella de forma aún más peligrosa. ¿Podía matarla delante de su hijo o era mejor esperar a que Tahiel no estuviera?

Entró a la casa con el ceño fruncido y un humor de perros. Moon ya estaba ahí con Tahiel. Éste se acercó a él y lo abrazó pero Donghae le devolvió un abrazo algo más frío y no apartó la mirada de ella.

–Tenemos que hablar Moon.

–Claro.– contestó.

–Tahiel, ve un momento a tu habitación.

–Papá, no le regañes por favor. No lo ha hecho aposta, ¿verdad Moon?

Donghae lo miró y vio la sonrisa divertida que tenia en su rostro. ¿Qué demonios?, lo había hecho adrede para cabrearlo.

Una clase de amor y pasión | DonghaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora