Donghae abrió la puerta de su casa y se apartó para que Moon entrara. Después de la ultima revisión médica por fin le habían dado el alta y tanto Tahiel como Donghae estuvieron ahí para recogerla.
Moon y Tahiel entraron juntos, el pequeño ayudando a Moon por si se encontraba cansada o necesitaba apoyarse en alguien.
–¿Bien? –preguntó Donghae al cerrar la puerta.
–Estoy en casa... –murmuró ella como si esas palabras tuvieran un significado para ella.
Donghae se acercó y le rozó el lóbulo de la oreja antes de susurrarle:
–Tú eres mi casa...
–Papá, hay que hacer la cena. –señaló Tahiel.
–Se suponía que íbamos a tener algo preparado. Mira en la cocina Tahiel.
–Yo puedo... –pero Donghae la calló con la mirada.
–Tú ahora mismo vas a ir al sofá a descansar. Después de lo de anoche y esta mañana temprano no creo que tu cuerpo esté muy recuperado.
–La culpa es tuya por despertarme de esa manera.
–Si, ahora culpa al que trataba de liberarse de tus brazos y piernas.
–Me gusta abrazar... –se quejó ella con una sonrisa en sus labios.
–Y serías capaz de asfixiar a quien tuvieras a tu lado... –replicó él.
–Quejica... –se burló ella.
Donghae iba a replicarle cuando Tahiel llegó.
–Hay comida. ¿se calienta en el microondas?
–¿Por qué no ayudas a Moon a ponerse cómoda y yo me ocupo de la cena?
–Bueno.
Tahiel se acercó a ella, sus pequeños brazos rodeándole el cuello. Sintió por fin las lágrimas que llevaba semanas esperando tras lo que habían pasado y sostuvo entre sus manos a ese ser tan tierno que tanto amaba.
Donghae contempló la escena atónito. Desde que fueran secuestrados y llorara al teléfono, Tahiel no había vuelto a llorar ni una sola vez, apenas a hablar más que cuando estaba con Moon. Y ahora ella conseguía algo que él no había podido.
Levantó la cabeza al techo y susurró:
–Gracias.
✧✧✧✧
Moon y Tahiel estaban viendo una película, abrazados el uno al otro, mientras Donghae se ocupaba de recogerlo todo y cerrar.
–Moon, ¿puedo preguntarte algo?
–Claro que si. ¿qué es?
–¿Tú quieres a papá?
Ella se incorporó un poco para mirarle a los ojos.
–Sí, Tahiel. Lo quiero mucho.
–Mi madre también lo quería... –murmuró agachando la cabeza. Lo contempló llena de comprensión.
–No me va a pasar nada, Tahiel. Y seguiremos como siempre; no tienes por qué llamarme de otro modo, solo...
–¿Puedo llamarte mamá? –preguntó antes de que ella terminara de hablar y se quedó muda ante esa pregunta. Contuvo sus lágrimas y asintió varias veces antes de abrazarlo con fuerza. –Mamá... –susurró él al oído de ella y provocó que un gemido saliera de sus labios.
–¿Qué pasa aquí? –preguntó Donghae entrando en el salón con un ramo de rosas rojas.
Se acercó hasta Moon y le secó con sus dedos las lágrimas. Le ofreció el ramo y miró a Tahiel.
–Tú, señorito, deberías estar en la cama ya. –le recordó.
–Solo un poco más... –protestó éste.
–No, mañana hay colegio. Así que desfilando hombrecito.
Le dio un cariñoso beso en la mejilla a Moon y otro a su padre y corrió hacia las escaleras.
–¿Te gustan?
–Sí... ¿de dónde...?
–Hice el encargo esta mañana y le pedí el favor a mi vecina que las recogiera junto con... –tendió ante ella una pequeña cajita azul marina. La abrió por ella y esperó para ver su reacción. –Cásate conmigo.
–¡Donghae! –gritó ella– ¡Sí! –contestó saltando del sofá a los brazos de él olvidándose de las rosas, el anillo y todo lo demás. Solo lo quería a él.
Lo besó con hambre y Donghae le devolvió ese sentimiento multiplicado. Sería suya para siempre... Un ruido hizo que se separara de esos labios que tanto lo tentaban y ella descansó su cabeza sobre su hombro.
–Tahiel... –reprendió Donghae. La risita de Moon al saber que había descubierto a su hijo espiándolos le hizo contagiarse de ella.
–Buenas noches papá... buenas noches... mamá. –se despidió él.
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Una clase de amor y pasión | Donghae
FanficLee Donghae perdió a su esposa hace casi dos años en un accidente de coche del que solo se salvó su hijo Tahiel. Después de un año, contrató a una profesora particular para Tahiel para poder trabajar mientras alguien se quedaba con el pequeño. Lo qu...