Una clase de amor y pasión | Donghae

♥ Capítulo 29

Se fijó entonces en el bulto delante de ella y que ahora quedaba entre ellos dos.

–¿Tahiel? –este se removió y Moon le tapó la boca a Donghae para que no hiciera más ruido. Cuando los dos se aseguraron del sueño profundo del pequeño se miraron. –se suponía que iba a comportarse; hablé con él antes de irme. –replicó apartando la mano de Moon de su boca y besándola antes de soltársela.

–Ha pasado por algo muy difícil, Donghae.

–Y tú estuviste muerta durante dos minutos. La herida todavía no está curada del todo y sigues débil.

–Estoy bien... –protestó como niña pequeña.

–No, no lo estás. Solo ha pasado una semana. –contestó él acercándose más a ella para cogerle la cabeza y besarla en la sien. –me diste un buen susto cuando te encontré en ese lugar...

–Lo siento...

–Más te vale. Porque no pienso permitir que vulva a pasarte algo malo.

–Donghae, yo... Helen... –ahora fue el turno de él para taparle la boca impidiendo que salieran más palabras de ella.

–Duerme un rato Moon. Ya hablaremos.

Ella asintió y abrazó con fuerza a Tahiel. Lo siguió con la mirada hasta que se tumbó en el sofá de la habitación y cuando sus miradas se cruzaron cerró los ojos para volver a dormir. Una lágrima cayó huérfana de sus ojos sin que se diera cuenta.

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Durante los siguientes días Moon tuvo que acostumbrarse a tener consigo siempre a Tahiel, Donghae o alguno de los compañeros de éste. No la dejaban sola en ningún momento y los médicos también se tomaban más enserio su trabajo con ella, vigilando en todo momento su evolución.

Suponía que todo eso era cosa de Donghae pero era incapaz de sacarle la idea de protegerla cuando él no estaba cerca.

En ese tiempo, cada vez que trataba de hablar con Donghae de Helen o de lo sucedido éste evitaba el tema o la hacía callar con sus besos.

Sus besos... se habían vuelto más posesivos, ardientes y necesitados. Cada vez que la besaba era como si un volcán explotara entre ellos y les costaba detenerse en esos momentos. Sus lenguas jugueteando en las bocas de ambos los llevaban hasta niveles extremos y después los dejaban anhelando mucho más. En los días que llevaba en el hospital Donghae no intentaba avanzar más allá de los besos o unas caricias superficiales a pesar de los intentos de seducción que Moon llevaba a cabo. Eso la frustraba bastante y en ocasiones como esas se enfadaba con él por contenerse. Donghae solo la besaba en la sien y le sonreía como si fuera una niña pequeña.

Con Tahiel las cosas estaban como siempre. Iba al hospital todos los días después de comer y se quedaba con ella hasta la noche, momento en el que Siwon o Hyukjae, los dos compañeros más cercanos de Donghae, lo llevaban a sus casas para pasar la noche.

Donghae se quedaba con ella todas las noches, y aunque Moon le insistía que se tomara una noche libre y descansara en una cama, en ningún momento le hizo caso.

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–Señorita Faymour, con algo de suerte podrá salir mañana.

–Genial... –acertó a decir sin mucho entusiasmo.

–¿Sucede algo?

–No... nada...

El doctor que le acababa de atender de encogió de hombros y salió de su habitación dejándola sola. Habían sido casi dos semanas de hospitalización y la herida ya no implicaba ningún riesgo. Pero ahora que le daban el alta Moon sintió su parte de culpa por Donghae.

Miró hacia el armario donde días atrás Donghae había metido algo de ropa de ella para cuando le dieran el alta y suspiró.

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Sin hacer ruido, Moon abrió la puerta de la habitación vigilando que Donghae no se moviera del sofá. Estaba vestida y lista para irse de ahí; no quería seguir atormentando a Donghae ni a su hijo, no después de saber que ella, de forma indirecta, era también culpable de la muerte de Helen.

Apartó la mirada de Donghae para cerciorarse de que no había nadie en el pasillo y fue cuando una mano le tapó la boca para impedirle gritar. Tiraron de ella hacia atrás chocando contra el torso duro y caliente.

–¿Dónde crees que vas? –le susurró Donghae en su oído.