Una clase de amor y pasión | Donghae

♥ Capítulo 26

–La policía y la ambulancia vienen detrás de nosotros.– anunció Siwon a un Donghae mudo.

A través del teléfono seguían en contacto con ellos y cuando la conversación al otro lado se retomó supieron que Moon estaba malherida.

Donghae se sentía inútil sentado en el coche viendo pasar los minutos mientras las dos personas que más amaba se encontraban en peligro... En su mente volvía a repetirse la angustia que sintió al enterarse de la muerte de Helen y de cómo él podía haber hecho algo, lo que fuera por evitarlo.

Ahora Moon se debatía entre la vida y la muerte y su hijo volvía a ser testigo. ¿Acaso había hecho algo para enfadar a quien estuviera ahí arriba?

Al menos el hijo de perra se acababa de largar... Ya se ocuparía de él una vez pusiera a salvo a su hijo y a su mujer... Sí, su mujer. Moon era suya e iba a ocuparse de que sobreviviera a esto para mantenerla atada en la cama el resto de su vida. Jamás volvería a dejar que se pusiera en peligro.

La voz de Tahiel, temblorosa y llorosa, resonó en el teléfono.

–Papá...

✧✧✧✧

–¡Tahiel! –exclamaron desde el otro lado del teléfono. Eso fue suficiente para que Tahiel se derrumbara y empezara a llorar desesperado.

–¡Papá! ¡Moon está mal; está sangrando mucho! ¡se va a morir!

Moon le apretó la mano intentando calmarlo. Las lágrimas se le escaparon sin poder evitarlo; no quería que él sufriera por su culpa.

–Cariño... necesito que seas fuerte por mí, ¿de acuerdo? Ya llego, pero te necesito ahí para que cuides de Moon. ¿está bien?

–¡Yo no sé, papá! ¡tengo miedo!

–Tahiel... –murmuró ella. –tú puedes...

Él la miró asustado y Moon hizo un esfuerzo por abrir los ojos y mirarlo directamente. Estaba arrodillado a su lado pero aún así le era difícil mantener la cabeza levantada.

–Papá... ¿qué hago?

–Ese es mi hombrecito. –respondieron desde el otro lado con una voz un tanto rota. –cariño, vamos a mantener despierta a Moon, ¿si?, ¿Hay algo con la que la puedas tapar? Seguro tiene frío.

Tahiel miró a su alrededor pero no había nada.

–¡No! ¡No hay nada! –chilló rompiendo a sollozar de nuevo.

–Está bien, esta bien. Tranquilo. Estamos, contigo, nadie te va a dejar.

–Es lo mismo que con mamá... –susurró él.

–No, claro que no; Moon no va a morir...

–Ella se despidió de mí... me dijo adiós... mamá me dijo... mamá me dijo algo antes de irse...– reveló a su padre.