♥ Capítulo 7

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Donghae subió la bandeja con el caldo de sopa que le había preparado a Tahiel y otro plato para Moon. No se separaba de su lado desde que le pidió que se quedara y, con eso, Tahiel estaba más tranquilo.

Entró en la habitación y la vio pasándole un trapo humedecido por el cuerpo para secarle el calor y refrescarlo. No se molestó en mirarlo pero supo que ella era consciente de su presencia.

–Puedo hacerlo yo.– le indicó.– deberías comer algo y descansar.

–No tengo hambre. Pero seguro que Tahiel sí, ¿verdad?

Él asintió y Donghae cogió el plato y se sentó en la cama. Moon hizo que Tahiel se sentara también.

–Cómetelo todo. Voy a echar el pijama a lavar y subo enseguida.

–Vale...

Moon salió de la habitación dejando a Donghae solo con su hijo. Era la primera vez desde que había llegado que ella los dejaba solos.

–Tahiel, ¿por qué no me dijiste que estabas mal?

–No quería preocuparte.

–Mi hombrecito, me preocupas siempre, estés o no enfermo. Pero me gustaría que me dijeras cuando no te encuentres bien.

–Moon no se irá, ¿verdad?

–¿Por qué querías que se quedara?

–No lo sé... solo que la quiero a mi lado, así no me duele tanto.

Donghae terminó de darle de comer y lo arropó mientras preparaba la medicación que debía tomarse en unas horas. Puso el plato vacío en la bandeja y se fijó en el que quedaba, el de Moon.

Ella entró por la puerta con un tazón de peras peladas y se arrodilló al lado de la cabeza de Tahiel.

–¿Te apetece un poco de pera? Está blandita y tiene mucho jugo así que te será fácil tragarla. Puedes desmenuzarla en la boca y comerla poco a poco.

Tahiel asintió y ella le acercó un trozo pequeño a la boca.

–Moon, te traje un poco de sopa.

–Gracias, me la tomaré más tarde.

Siguió dándole la fruta hasta que no quiso más. Entonces le besó la frente y le puso el paño húmedo en ella. Le cogió la mano y le sonrió.

–Ahora a dormir. Tu padre y yo estaremos aquí si necesitas algo.

–¿De verdad? –ambos asintieron.

✧✧✧✧

Durante la noche ninguno de los dos durmieron velando el sueño de Tahiel, la fiebre no le abandonó tan rápido como querían y a las dos de la mañana volvió a subirle con rapidez.

Le dieron medicina y Donghae se lo llevó al baño para darle una ducha. Mientras lo bañaba con agua fresca para bajarle la temperatura del cuerpo, Moon cambió las sábanas de la cama y se apartó cuando volvió con él en brazos.

Lo puso en la cama y se quedó dormido en segundos.

–Deberías descansar, Moon.

–Estoy bien. Si la fiebre sigue sin bajar creo que será mejor que lo llevemos al hospital.

–Es lo que he pensado.

–¿Podrías traer agua fría Donghae?– preguntó ofreciéndole el cuenco de agua con una mano mientras la otra sujetaba con fuerza la de Tahiel.

–Por supuesto.

Lo cogió y entro al baño para llenarlo.

Tahiel se removió en la cama y empezó a sollozar. Moon se alzó un poco desde el suelo donde estaba y le mesó el cabello calmándolo. Donghae observaba la imagen desde el baño sin poder articular palabra, algo en su corazón se estremeció al ver a Moon al lado de su hijo, tan preocupada como él, y tratando de ofrecerle consuelo.

–Mamá... –Lloró Tahiel.

Fue como si le comprimieran el pecho. Escapó un jadeo de su boca y no pudo evitar tragar con dificultad. Tahiel llamaba a su madre... nunca hablaba de ella pero, cuando enfermaba, era la primera a la que llamaba.

Moon se levantó del suelo y se sentó en la cama. Cogió el cuerpo de Tahiel para acunarlo en sus brazos mientras una suave y sana melodía de los labios de ella y contenía las lágrimas de él.

No quiso interrumpir el momento y se quedó aparte mirando la escena que había conmovido su corazón.

✧✧✧✧

Moon se quedó dormida agotada cuando estaba amaneciendo y Donghae aprovechó para cargarla y acostarla en su cama. No quería que, además de haberse quedado con ellos para cuidar a Tahiel, ella enfermara.

Verla dormida en su cama le hizo desear acostarse con ella en ese momento, sentir su cuerpo al lado de él, notar su respiración en su piel y el calor de su tacto. Estiró una mano para tocarla y se detuvo en el último instante. Era la profesora de su hijo, la que cuidaba a Tahiel cuando él no estaba. No podía ser nada más, no después de lo de Helen. No quería a nadie más en su vida...

Cerró la mano en un puño y volvió a la habitación de su hijo. Se echó con él en la cama y le tocó la frente suspirando aliviado al notar que seguía sin tener fiebre. Después de que Moon lo calmara con esa canción fue como si el malestar del pequeño desapareciera y no había vuelto a quejarse.

Acercó el cuerpo al suyo y lo abrazó sin presionarle demasiado. Tahiel se movió antes de apretarse a él y, finalmente, pudo dormir tranquilo.

✧✧✧✧

Moon despertó desubicada. No sabía dónde estaba ni cómo había acabado allí. Se levantó con rapidez de la cama y eso le hizo tambalear y tuvo que apoyarse en ella. Cuando logró reunir fuerzas salió de la habitación, que ya sabía que era la de Donghae, y volvió a la de Tahiel.

Encontró tanto a uno como a otro dormidos muy juntos y los miró con amor. Se acercó con sigilo a Tahiel y le tocó la frente. No tenía fiebre lo que quería decir que por fin el medicamento estaba funcionando.

Observó entonces a Donghae durmiendo a su lado. Al contrario de otras veces, había estado tranquilo y se anticipaba a lo que ella le pedía. Estaba aprendiendo a tomarse con calma cuando Tahiel se enfermaba por algo tan simple como la gripe o un resfriado. Le apartó un mechón de pelo de su cara y noto una opresión en su corazón... Era tan guapo que dolía tenerlo cerca y no poder abrazarle o besarle. Pero era el padre de su alumno... y no podía poner a nadie en peligro mientras Alex estuviera acosándola.

Los ojos de Donghae se abrieron y contemplaron como Moon lo miraba de una forma extraña, como nunca antes lo había mirado. Pero desapareció en unos segundos oculta entre sus ojos.

–Voy a preparar café. ¿quieres uno?

–Gracias. – le susurró con una voz más áspera por estar recién despierto. Y aún así, esa voz le envió una descarga a su cuerpo.


Una clase de amor y pasión | DonghaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora