Decisiones

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Me encuentro en mi carro, y aún no estoy seguro de a donde me voy a dirigir, si a casa de Diego o la escuela para el entrenamiento, lo pensé toda la noche, comparaba los pros y los contras pero no he podido llegar a una conclusión, ¿qué tan difícil es tomar una decisión? Sólo debo elegir lo que yo quiero, después me preocupo por lo que podrá pasar.
¡Ya sé! Lanzaré una moneda al aire, Sol voy a entrenar con el equipo, Águila voy a casa de Diego a practicar con la banda.
Lanzo la moneda pero no observo que ha salido; estoy en un semáforo rojo y veo como una chica pasa cruzando bastante agitada, esa chica es Rebeca, por eso es que he perdido la atención en la moneda, parece que va llegando tarde a algún lugar, se nota que lleva prisa. Apenas ha pasado una semana pero aún no me contesta nada respecto a la cinta que le regale, no sé qué piense, si me perdonará y me dejará acercarme.
Veo como se sube a un autobús, sé que mi próximo movimiento es un poco acosador, pero decido seguirla, ¿qué más da si falto a entrenar un día? No importa si no voy a casa de Diego, un día es demasiado poco tiempo para que pueda decidir sobre mi futuro. Veo como tengo llamadas perdidas de Daniel y el equipo de baloncesto, así que decido apagar mi teléfono, hoy haré algo más, despejaré mi mente. Y sé que es extraño, pero sólo ver a Rebe en la distancia me hará sentir mejor, así que hoy volveré a acosar a esa niña para poder sentirme mejor.
Tan pronto como el semáforo cambia a verde intento seguir al autobús en el que va Rebeca. Su primera parada es una tienda de música, me estaciono cerca de la tienda y la sigo dentro de esta. Hoy se ve linda, lleva un camiseta blanca con el logo de "Misfits", una falda negra suelta con medias de red y una botas negras, lleva un conjunto de cadenas en la cintura de la falda, diferentes pulseras y el collar de hueso de la suerte que le regale. Honestamente me sorprende que use algo que le regale, creí que me odiaba, tal vez Daniel decidió bien al elegir ese collar. Es extraño, pero no puedo dejar de sonreír viendo que está usando algo que le regale, se siente bien, me hace feliz de alguna manera.
Rebeca se pasea por los pasillos revisando algunos discos, se ve feliz, sus bonitos ojos brillan cuando encuentra un disco de su agrado o algo que le gusta, son como los ojos de un gato, como un pequeño gato jugando, nunca la había visto sonreír y debo decir que es de mis cosas favoritas para ver, así que con sumo cuidado y sin que ella note mi presencia, tomo unas cuantas fotos de ella sonriendo. Un chico se acerca a ella, la saluda y le entrega un libro, no alcanzo a ver qué tipo de libro es, pero debe ser referente a la música, ella paga el libro y se despide. Con sumo cuidado salgo de la tienda también y la sigo desde mi carro a la parada del autobús.
La segunda parada que Rebe hace es a una pastelería, es un lugar pequeño así que no entro, sólo la observo por es cristal de la tienda, parece que encargo algo, tal vez un pastel o galletas, no lo sé. Solo sé que ella sonríe mucho cuando no está conmigo, ¿de verdad me detesta tanto? Debí hacer algo realmente malo.
Sale de la pastelería y se dirige nuevamente a la parada del autobús, ¿a dónde iremos ahora? Sigo el autobús por varias calles mientras pienso en como sonreía Rebeca, nunca la había visto sonreír tanto, en la escuela siempre luce molesta, seria, enojada, las únicas veces que la vi relajada fue cuando la vi tocando, pero jamás la había visto sonreí hasta ahora. Parece que ella tampoco puede ser quién realmente es en la escuela. Es como si la escuela fuera un lugar lleno de apariencias, donde debemos demostrar que somos mejores que los demás, donde debemos actuar para sobrevivir. Supongo que no es sólo difícil para mí, debe ser difícil también para ella, para Daniel, para Diego, para Chava, para todos, pero había vivido tanto tiempo tratando de encajar con los estándares que no había notado lo difícil que es para todos, pero ahora veo las cosas un poco diferentes, el hecho de querer cumplir con las expectativas de los demás hace que nos alejemos de lo que realmente somos, perdemos nuestra verdadera esencia sólo por complacer a otros y nos olvidamos de quiénes somos, de lo que queremos, si tan sólo pudiéramos liberarnos de todos eso prejuicios y ser nosotros mismos sin preocuparnos por lo que los demás piensen, entonces podríamos ser felices. Ahora entiendo a lo que Daniel se refería. Es un salto de fe para aquello que me hace feliz, todo en esta vida son riesgos, y si no tomo este riesgo puede que me arrepienta toda la vida.
Esta es la última parada que hace Rebeca y no puedo evitar reírme por la enorme coincidencia, es como si ella tuviera las respuestas a mis problemas, indirectamente está siendo responsable de la decisión que estoy por tomar. Veo como Rebe toca a la puerta de la casa y sale Diego a recibirla.
Rebeca ha venido a casa de Diego, estoy frente a la casa de Diego. No sé si esto es el destino, Dios guiando mis pasos o sólo coincidencia, pero aquí estoy, frente a la casa de Diego, a unos pasos de aceptar que estar en una banda es mi futuro.
Es gracioso como quería despejar mi mente sólo observando a Rebe, y es ella quién me trae aquí, todo apunta a que esto es lo que debo hacer, es mi sueño, es lo que de verdad quiero y todo me sigue llevando al mismo final.
Si no me arriesgo nunca cambiara nada. Salgo del auto y camino directo a la casa de Diego y toco, sonrió mientras espero a que Diego abra la puerta, me siento nervioso y aunque sólo pasan unos cuantos minutos, siento que son horas, esto es lo que quiero y es lo que haré. Diego abre la puerta y sonríe al verme.

La Violinista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora