—Atención la biblioteca cerrará dentro de diez minutos— dijo una mujer por al altavoz.
Antes la voz de aquella mujer Jisoo se paró rápidamente, se había quedado dormida. Al principio había venido para hacer una tarea, pero después de un rato el cansancio invadió su cuerpo y se quedó dormida.
Quién diría que el hecho de no dormir nada la noche anterior y no haber comido nada más que una gelatina le afectaría.
Guardo sus libros en la mochila, estiró su cuerpo y caminó por los enormes pasillo de la biblioteca. Tan pronto como salió de la biblioteca, notó que la noche ya se había hecho presente en las calles de Seúl.
Y también que el autobús ya no pasaba a esta hora. Por si fuera poco había algo de llovizna.
—Que maravillosa noche— murmuró para ella misma.
La calle oscura estaba iluminada por algunos faros, pero no ayudaron a qué Jisoo se deshiciera del miedo y la ansiedad en su pecho. En las calles apenas habían personas, y cuánto más caminaban la luz de desvanecía más, dejando a Jisoo sola en un callejón totalmente oscuro.
Con el miedo recorriendo por su cuerpo, la chica se obligó a pasar por el callejón. Si algo le pasaba allí, nadie se daría cuenta, incluso si gritaba con todas sus ganas tampoco lograrían escucharla.
Mientras caminaba sintió una presencia detrás de ella, como si esa persona la estuviera siguiendo. Al principio pensó que era parte de su nerviosismo, pero cuando más caminaba se dio cuenta que esa persona aceleraba sus pasos.
Jisoo pensó en correr, pero lo descarto rápidamente. Debido a que no había comido podía caer inconciente si lo hacía. Tan solo de imaginar lo que podía hacerle la persona su respiración se aceleró.
Entrecerró los ojos y no muy lejos de ella pudo observar a una persona. Jisoo decidió arriesgarse y corrió un poco hasta llegar a su lado.
—Hola..disculpa— Jisoo hablo mientras tocaba levemente el hombro de aquella persona.
Se llevó una sorpresa cuando la persona se giro para verla. Yuta Nakamoto, su compañero de clases.
—Te lo ruego, finge ser un conocido mío— susurró con ojos suplicantés —hay un chico que me viene siguiendo desde que entré al callejón.
Yuta vio por el rabillo del ojo y efectivamente allí estaba un chico. Sin pensarlo y con pena tomo la mano de la chica.
—Ah estaba esperándote, acabo de salir de trabajar del bar. ¿Que hiciste tu hoy?— él japonés actuaba bien, y realmente se sentía como si fueran un par de chico enamorados.
—S-í te ves muy cansado, Yuta. Yo acabo de salir de la biblioteca, estaba haciendo una tarea— Jisoo quería actuar normal, pero con el miedo que tenía le era imposible.
Mientras Yuta continuaba hablando pudo notar el nerviosismo de la chica. Incluso podía escuchar como su respiración se volvía cada vez más irregular y tenía la cara roja.
Para su suerte pronto salieron del callejón, y con ello se deshicieron del chico. El mayor saco una botella de agua de su mochila y se la ofreció a la chica.
—Ten— dijo extendiendo la botella. La chica la miro por un momento, no sabía si debía aceptarla —no te preocupes, aún no he tomado de ella. Y tampoco tengo una enfermedad contagiosa, como dice Nayeon.
Jisoo tomo la botella y bebió de esta, sintió el líquido frío recorrer su garganta. Murmuró un agradecimiento y se sentó en una de las bancas que estaba por allí.
Sintió sus ojos arder, pero no quería llorar.
—¿Dónde vives?— pregunto Yuta de repente. Luego tomo la botella y bebió el resto de agua, la arrugó y la tiró en un bote cercano.
Jisoo le dio su dirección, sin mirarlo.
—Uh, vivo un poco más lejos, pero puedo acompañarte si quieres— Kim asintió.
La garganta de la chica ardía terriblemente, y sus ojos estaban borrosos debido a las lágrimas que había soltado.
—Mmm...¿Estas bien?— pregunto Yuta.
Esa fue suficiente para que Jisoo llorará, un llanto desesperado. Había estado tan asustada de tan solo imaginar lo que le podía haber pasado, y si él chico no hubiera estado allí probablemente correría con otra suerte.
—Oye— susurró Nakamoto agachándose de tal manera que podía ver el rostro de Jisoo —ahora estás a salvo, ese chico ya se fue, no está aquí— tomo la barbilla de Jisoo.
La chica sintió que un escalofrío recorría su cuerpo a causa de las manos frías del chico. Miró hacía arriba y allí estaba el japonés de mirada intimidante, pero que en este momento su rostro únicamente demostraba amabilidad.
—Gracias— Jisoo se levantó mientras limpiaba sus lágrimas.
—No hay de que. Deberíamos de irnos antes de que se haga más tarde.
Kim asintió y ambos caminaron por las oscuras calles de Seúl, en un ambiente silencioso pero cómodo para ambos.
Pero entonces la chica respondió todo lo que decían del Japonés, y hablo.
—¿De verdad trabajas en un bar con tu mamá?— pregunto Jisoo de repente. Se mordió el labio al darse cuenta de lo que había preguntado.
Se sentía culpable de querer aclarar sus dudas. Literalmente el chico le había salvado la vida, y ahora estaba comportándose como Nayeon.
—Lo siento, yo no debí preguntar eso— murmuró avergonzada.
—Si, trabajo en un bar, pero no con mi mamá— espetó el mayor —¿tu también piensas que ella es una prostituta?
Había irá y dolor en su tono de voz.
—No creas todo lo que dicen de mí y mi familia, a la gente siempre le gustar inventar rumores para lastimar a otras.
—Y-yo en verdad lo siento— la cara de la pelirroja pronto estuvo igual que su color de cabello. Se sentía como una tonta.
—Lo sé, todos ustedes lo lamentan— el sarcasmo de esa frase fue agudo.
Jisoo miró a su lado a un chico que estaba enojado con el mundo por la injusta reputación que le dieron.
El silencio que se formó fue interrumpido por el estómago de Kim.
—¿Tienes hambre?— pregunto, Yuta.
Jisoo negó apenada.
—Tu estómago dice otra cosa— comento el chico con una risa.
—Comí por la tarde, solo comí una gelatina pero me llenó— dijo Jisoo —solo como en la escuela, si sigo comiendo voy a engordar.
—¿Según quién?, Jisoo yo puedo ver lo delgada que eres.
—Según mi madrastra, y ella no piensa lo mismo que tú.
—¿Y que piensas tú?— aquella pregunta la tomo por sorpresa —yo también tengo hambre, así que iremos por pollo.
Jisoo amaba el pollo, pero al pensar en los comentarios de su madrastra se sintió mal.
—No tengo dinero— respondió Kim cómo excusa.
—¿Y quién dijo que pagarías tu?, Yo te estoy invitando, vamos— dijo Yuta con una sonrisa.
Una sonrisa tan bonita que contagio a Jisoo
KAMU SEDANG MEMBACA
Broken| Yutsoo
Fanfiction"La tormenta se avecina. Es realmente una grande. No tengo donde ocultarme, solo sigo corriendo sin dirección alguna, huyendo de la llovizna promesa de inundaciones eternas. ¿Debería seguir corriendo? ¿O me resigno a mi destino de mierda y me deteng...