A lo lejos alguien encendió la radio tocando una canción vieja de los ochenta.
El hombre con un poderoso puñetazo golpeó el estómago de su hijo, obligando a Yuta a toser con fuerza, y luego sintió un golpe en el diafragma.
El último golpe fue el que hizo a Yuta caer al suelo. Sintió que le faltaba aire y trato de levantarse, apoyándose con una mano en su estómago intentando en vano aliviar el dolor.
En la habitación de al lado alguien subió el volumen de la radio, y pronto los gritos de dolor de Yuta fueron ahogados por una canción terrible.
—¡Deja de nombrar a tu hermana!— grito el hombre, luego se arrojó sobre el chico. Ahora Yuta tenía a su padre encima, y ciertamente temía por su vida.
—¡Deja de lastimarme! Papá, me duele!— la voz del japonés apenas era un hilo, y sus ojos ahora estaban llenos de lágrimas.
El hombre ignoro las palabras de su hijo, lo tomo por la mandíbula y aplastó está con toda la fuerza que su cuerpo acumulaba. Yuta sintió el abominable sabor de la sangre llenar su boca, sus pulmones pedían a gritos aire y el intentaba encontrarlo pero era difícil con su padre sobre él.
Tan pronto como el hombre vio en la condición que se encontraba su hijo, se levantó de su hijo y escapó con el pánico claramente escrito en su rostro.
Yuta reunió todas las fuerzas que le quedaban y se sentó en el sillón, comenzó a toser sin descanso alguno. Las lágrimas se habían mezclado con el sudor y su cabello se había adherido a su cara mojada.
Miró a la puerta y su mirada cruzó con la de su padre, pudo ver la preocupación invadir el cuerpo del hombre, pero luego se fue dejándolo sólo.
Se levantó de mala gana, y con la última fuerza que tenía subió a su habitación, arrastrándose como un perro indefenso por las escaleras. Los golpes habían sido fuertes y las heridas profundas, el insoportable dolor en el diagrama no le permitía respirar con regularidad.
Mientras se escondía en su habitación, Yuta sabía perfectamente que esté no podía ser un lugar seguro para él, y pronto se dio cuenta que su padre pudo haberlo dejado en el hospital. El odio a su padre era más grande que el dolor que podía sentir en este momento, un desprecio que crecía cada vez más en él.
Abrió el cajón que estaba junto a su cama y saco unas pastillas. Observo el bote blanco que contenía las pastillas, ¿Cuántas debería tomarse para acabar con su sufrimiento?
Llorar ya no parecía suficiente en este momento.
¿De que servía continuar vivo e intentarlo? Si de todas maneras algún día se iba a morir, y ya no quería tener que sentirse así ni un día mas. No tenía miedo de la muerte, y es que no tenía nada que perder.
Sabía que nadie le prestaría atención a su muerte. Nunca nadie le prestó la atención que necesitaba.
Las cicatrices que todos le dejaron eran fuertes y claras. Y no hablaba de las cicatrices en alguna parte de su cuerpo, hablaba de todos aquellos que lo rodean, le habían dejado enormes cicatrices, lo habían herido de la peor manera posible, y siempre había tenido que llorar en silencio.
Su teléfono sonó sacándolo de sus pensamientos, y Yuta dejó caer el frasco de pastillas.
Miró a su alrededor buscando su celular, y una vez lo encontró tomo este, Jisoo lo estaba llamando.
Hola de nuevo.
¿Cómo están? ¿Tomaron agua? ¿Les dio el aire? ¿Comieron?
TEN Y LISA SUBIERON UN VÍDEO JUNTOS DONDE ESTÁN BAILANDO, AGSISLWBSGDUDO. /COLAPSA.
Casi lloró al ver el vídeo.
Además los dream hicieron un live, y está fue una hermosa semana para ser ot4 de BP.¡Gracias. Los amo♥️!
—Europa.
KAMU SEDANG MEMBACA
Broken| Yutsoo
Fanfiction"La tormenta se avecina. Es realmente una grande. No tengo donde ocultarme, solo sigo corriendo sin dirección alguna, huyendo de la llovizna promesa de inundaciones eternas. ¿Debería seguir corriendo? ¿O me resigno a mi destino de mierda y me deteng...