"La tormenta se avecina. Es realmente una grande. No tengo donde ocultarme, solo sigo corriendo sin dirección alguna, huyendo de la llovizna promesa de inundaciones eternas. ¿Debería seguir corriendo? ¿O me resigno a mi destino de mierda y me deteng...
Yuta abrió la puerta principal de su casa tratando de hacer el menor ruido posible.
El olor a alcohol inundó sus fosas nasales, eso lo hizo sentir tan asqueado.
Con pasos rápidos subió a su habitación. En cuanto llego el japonés se tiró sobre la cama todavía desordenada, había ropa derramada en esta.
Sin pensarlo dos veces se quitó lo que traía puesto y lo reemplazo por su cómoda pijama. De mala ganó se sentó en su escritorio, saco sus libros y se puso a hacer la tarea.
Había pasado casi una hora desde que Yuta comenzó a hacer su tarea, sus ojos estaban por cerrarse, pero unos fuertes gritos le impidieron dormir allí mismo. Cuando el grito de su madre resonó por la casa, decidió bajar al lugar proveniente de la pelea.
—¿Que carajos haces aquí tú?— en cuanto bajo fue recibido por las palabras fuertes de su padre.
Miró a esté y pudo notar un rasguño en su mejilla, su madre por su parte estaba apunto de recibir un golpe del señor Nakamoto.
—Está también es mi casa— respondió con miedo —No deberían pelear de está manera.
Sus últimas palabras salieron sin pensarlo, y en cuanto su padre se acercó a él supo que debería haberse callado.
—¿Y tú quien eres para decirme que hacer?, Que no sé te olvide que soy tu padre— su padre estaba tan cerca que podía oler su aliento, uno lleno de alcohol.
—L-lo siento— Nakamoto visualizo como su madre escapaba de esa escena.
—¡No te escuché, habla en voz alta, deja de comportarte como una marica!— su padre puso una mano en su cuello apretando este fuertemente.
—Te dije que lo siento— repitió aguantando las lágrimas que querían escapar de sus ojos.
El agarré de su padre se volvió más fuerte.
—Desaparece de mi vista antes de que me arrepienta por no haberte golpeado— su padre lo soltó bruscamente estamapndolo contra la dura pared.
Nakamoto salió corriendo y se dirigió al baño. En cuanto llego dejo que sus lágrimas de rabia, tristeza y dolor salieran de sus ojos.
Se miró en el espejo y allí estaba en su cuello, una gran marca roja. Para su suerte encontró un ungüento y lo untó en el área adolorida.
Regresó a su habitación, cerró la puerta con seguro y se acostó en la cama. Dejó que sus lágrimas salieran y pronto se perdió en un profundo sueño lleno de dolor.
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Jisoo estaba esperando a Yuta en la parada del bus. Hacía frío esa mañana, y Kim se abrazo con fuerza a su enorme sudadera, temblando y sosteniendo la bolsa de comida que había traído.
Por la mañana había comprado dos cajitas con leche de plátano y dos donas con glaseado de chocolate, planeaba darle a su nuevo amigo.
El japonés llegó casi de inmediato, saludando a Jisoo con una sonrisa. Está vez tenía puesto él uniforme escolar, y una chamarra gruesa que llegaba hasta su cuello.
—Odio cuando hace frío, mi manta no es muy caliente y además mi calefacción no sirve— Yuta se quejo en cuanto estuvo cerca de Kim.
—Un muy buen comienzo para éste día— bromeó Jisoo. Rebusco en su bolsita de papel, saco una dona y una cajita de leche para luego dársela al chico —Traje esto para ti, espero te gusta, no las hice yo pero igual son buenas.
El japonés se sintió feliz ante el detallé de la chica.
—Gracias— respondió para luego darle un mordisco a la dona.
Caminaron entre una charla y la otra. Habían quedado de verse muy temprano, ya que pensaron que tendrían más tiempo para platicar y caminar con tranquilidad.
Ahora ambos chicos se encontraban sentados en las gradas de la escuela esperando a que las clases comenzarán.
—Entonces, ¿cómo se llamaba el bar en el que trabajas?— pregunto Jisoo mientras tomaba un sorbo de su leche.
—Bar "Flamingo"— respondió Yuta igual bebiendo de su leche —Esta cerca del supermercado. ¿Por qué lo preguntas?
—Quiero ir, ya sabes quiero conocer nuevos lugares que sean lindos, y además me siento más cómoda cuando me voy junto a ti.
—Si quieres ir a un lugar lindo, el bar no es un lugar indicado, hay ratas, ladrones y perros allí— Yuta se encogió de hombros —Pero si quieres que te lleve a casa puedo hacerlo.
—Bueno no lo he visto por mis propios ojos.
—Eres muy terca— Nakamoto suspiro y tiro la cajita de leche ya vacía —Bien, pero si vas a ir llévate una botella de vidrio, no estoy bromeando.
—Entendido— respondió Jisoo con una sonrisa.
¡Hola de nuevo!
Oigan antes que nada una disculpa, Wattpad no me dejaba publicar el capítulo y nosé porque sjsjsj. En segunda gracias por el apoyo que me dan, los amo mucho ♥️.
Por cierto Xiaojun subió un vídeo bañando a Bella, se veía tan feliz y además tiny, joder las amo.
