Capítulo 10

1.5K 257 53
                                    

Frente a la ventana, Taehyung veía la luna en silencio, desde ahí de veía más grande que en su casa. Al ser de noche, las ventanas de la mansión Jeon podían abrirse con libertad y sin miedo de ser pulverizados. El cielo nocturno adornado con miles de estrellas y una hermosa luna que iluminaba todo a su paso. Un fresco y suave viento nocturno movió sus cabellos, causandole un pequeño escalofrío.

Su madre le había dado permiso de quedarse a dormir en la casa de los Jeon, aún a pesar de las quejas de Baekhyun. A él no le agradaba para nada la idea de que Taehyung se quedara en aquella casa, mucho menos que formara un lazo con Jungkook, pero eso era algo que su madre no le daba importancia. A ella no le importaba las especies de las amistades de sus hijos, mientras no les hicieran daño a ninguno de ellos, no veía inconvenientes. A diferencia de su madre, Baekhyun tenía un desprecio hacia los vampiros y lo que menos quería era que uno de sus familiares tuviese una relación con uno de ellos. Pero por más que le molestara, la que mandaba era su madre.

La habitación de Jungkook era enorme. Una gran cama, exagerada quizá, estaba en el centro de la habitación pegada a la pared, juguetes por doquier, muebles llenos de ropa, sillones para niños y hasta un escritorio había ahí, aun que este último no lo usaba. Demasiaso espacio para un niño de seis años, sin hermanos con quienes compartir o amigos que invitar. Jungkook jugaba solo o a veces con su madre.

La puerta de la habitación se abrió dejando entrar al pequeño vampirito recién bañado y vestido con un adorable pijama celeste con dibujos de murciélagos en él. Taehyung llevaba uno similar, pero este era de color blanco con lunares negros.

-Oye, ¿qué haces en la ventana? -preguntó el azabache acercándose al lobito.

-Nada. Solo estaba mirando hacia afuera -respondió con simpleza volviendo a mirar por la ventana.

Jungkook se acercó a la ventana y se subió al especie de asiento que había frente a este, mismo lugar donde estaba Taehyung arrodillado. Las ventanas parecían estar salidas hacia afuera, lo que dejaba un pequeño espacio en el que se podían sentar y apreciar la vista desde la ventana sin necesidad de estar parado o que hubiese una silla.

Los pequeños quedaron en silencio, apreciendo el bello panorama nocturno frente a ellos. Ninguno de los dos sabía qué decir, no es como si fuesen amigos que pudiesen hablar de cualquier cosa, claro que no.

Mientras Taehyung veía aquel bello paisaje frente a ellos, no pudo evitar sentir pena por Jungkook, pues él jamás podría ver aquella imagen de día, con el hermoso sol iluminando todo a su paso, viendose todo más alegre. Y tampoco pudo evitar pensar y sentir curiosidad ante la imagen de la madre del pelinegro esa tarde frente a la ventana.

¿Por qué su madre no se quemaba ante la luz solar?

-Oye, Jungkook -llamó él haciendo que el mencionado lo mirara-, ¿Por qué tu mamá no se quemó con el sol?

-Mi mamá no se quema con el sol.

-¿Acaso hay vampiros que no se queman con el sol? -preguntó asombrado el lobito. Según su hermano todos se volvían cenizas cuando el sol los tocaba. ¡Le había vuelvo a mentir!

-Mi mamá no es un vampiro -confesó despacio, como no queriendo ser escuchado.

Taehyung abrió sus ojitos completamente sorprendido.

-¿Cómo que no lo es? ¡Si hasta parece una!

-Solo finge ser una vampiresa. Mi mamá es una humana normal. -Taehyung cubrió su boca con ambas manos ante la sorpresa.

En ese mundo tan extraño en el que vivían, existían muchos tiepos de especies y formas de vida, cada una con su propia jerarquía. Existía desde seres mitológicos a seres mágicos. Los humanos son la especie más normal y débil entre las especies, estando por debajo de los licantropos como lo era Taehyung. Generalmente los humanos solo se entrelazan entre sí, como todas las especies, era muy raro que hubiese una pareja de dos seres diferentes. Peor aún, que estos tuviesen descendencia.

-¡Pero-! ¿Cómo es que tus padres se conocieron? ¿Y acaso no está mal que se unan dos especies diferentes?

-Mamá dice que para el amor no hay barreras, y para ellos no las hubieron -dijo el pequeño vampirito con una sonrisa en sus labios, recordando las veces que su mamá le hablaba tan dulcemente la forma en la que conoció a su padre-. Ellos se conocieron hace años. Mi papá había salido a cazar una noche en un bosque, pero oyó a mi mamá cantando cerca de un lago. Papá dice que se había enamorado de su voz desde que la oyó por primera vez, así que siempre volvía a ese lugar solo para escucharla. Hasta que un día tomó el valor de hablarle. Aun que él pensó que iba a asustarla, pero no fue así. Empezaron a hablar y a verse a seguido, hasta que se hicieron pareja.

-¿Y los demás los aceptaron?

-No. Pero papá era el heredero del clan, así que no podían decir nada. Estuvieron obligados a aceptarlo.

-¿Y la familia de tu mamá?

-No lo sé. Yo no los conozco -dijo haciendo una mueca-. A ellos no les agrada su relación, ni tampoco mi papá, así que mamá decidió ir a vivir con mi papá.

-Entiendo...

-¿Qué me dices tú? -Miró al lobito con interés.- Conozco a tu mamá y a tu hermano, ¿pero y tu papá?

-Oh, yo no tengo padre -dijo bajando la mirada-. Papá murió antes de que yo naciera, solo hay fotos de él, pero no tuve la suerte de conocerlo. Tampoco sé como era, a mamá no le gusta hablar mucho de él y Baekhyun Hyung no lo recuerda mucho.

-Entiendo. -Suspiró ligeramente.- En fin, Taehyung, promete que no le dirás a nadie sobre lo de mi mamá.

-¿Por qué no? -preguntó confundido. ¿Qué había de malo en ello?

-Papá dijo que no se lo dijera a nadie... ¡Así que tú tampoco puedes decirlo! -Taehyung puchereo.

-Bien, no le diré a nadie.

-Prometelo. -Lo miró con sus ojitos entrecerrados.

-Prometo por la garrita no decirle a nadie. -Levantó su dedo meñique en señal de promesa. Jungkook lo miró extrañado.

-¿Por la garrita?

-Sí, ¿ustedes no prometen por la garrita?

-Yo no tengo garras.

-Mhm... ¡Oh! ¡Pero tienes colmillitos! -exclamó sonriente el castañito.

-Sí, ¿y?

-Puedes prometer por tus colmillitos.~

-¿Por qué lo haría? -Ladeó su cabeza hacia un costado, aún más confundido.

-Porque si rompes tus promesas, se te caerán los colmillos -dijo seriamente, cruzandose de brazos.

Jungkook chilló asustado cubriendo su boca, ¡él no quería perder sus colmillos!

-Niños -llamó la madre de Jungkook desde la puerta. Ambos la miraron-, ya es hora de que vayan a dormir.

-Sí, mami.

Los pequeños se bajaron de donde estaban y fueron juntos a la cama. Somin se adentró a la habitación y arropó a los pequeños para que durmieran cómodamente. Se alejó de ellos, no sin antes dejar un pequeño beso en la frente de cada uno. Taehyung se sonrojó ante ese gesto. Antes de irse de la habitación, cerró las ventanas y cortinas y encendió una lampara de noche que creaba estrellas en el techo. Jungkook le tenía miedo a la oscuridad.

-Buenas noches, niños -susurró ella antes de abandonar la habitación.

En el silencio de la habitación, ambos intentaban quedarse dormidos. Estaban cansados, habían jugado todo el día, pero el sueño parecía no hacer efecto en ellos.

-Taehyung... -llamó Jungkook en voz baja.

-¿Mhm? -Lo miró, con la luz de la lampara apenas podía distinguir su rostro.

-¿P-Podemos ser amigos? -preguntó con vergüenza, ocultandose más debajo de sus sábanas.

-Seguro... -respondió luego de unos segundos.

-Pero aún sigo siendo mejor que tú.

-Ya quisieras.

Ambos rieron. No había que perder la costumbre.

-Buenas noches, tonto.

-Buenas noches, bobo.

Quizás no podría verse en la oscuridad, pero una linda sonrisa adornaba el rostro de cada uno.

Garritas y colmillitos •ᴷᵒᵒᵏᵛ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora