—No, no, no, y no. —Negaba la mujer con los brazos cruzados.
Los pequeños hace treita minutos se encontraban rogándole a mujer de piel nivea, haciendo berrinches y soltando lágrimas de cocodrilo. Más Taehyung que Jungkook, pues a este no le salían las lágrimas tan fácilmente. Después de haber salido de clases, los niños habían ido a la casa del menor de los dos para convencer a sus padres que lo dejen ir al hogar del lobito. En un principio, a ambos le pareció que iba a ser tarea sencilla, pues la mujer amaba al castañito y jamás -desde que se conocen- le había negado nada. Pero grande fue su sorpresa ante la negativa, la cual desató aquel escándalo.
A Somi este tipo de cosas le parten el corazón, no soporta el llanto de un niño, menos si ese niño era su pequeño bebé y el pedacito de sol que era su amigo, pero su miedo era más fuerte en este momento.
Desde el día del accidente, ha estado más paranoicas y sobreprotectora de lo normal. Aunque no lo pareciera, estaba aterrada de que algo así volviera a pasar y su esposo no llegara a tiempo. De hecho, era tanto su miedo que ella misma fue quien pidió una mayor protección para ella y su retoño, y su esposo no era quién para negarlo.
—Mocosos, ya basta —ordenó el mayor de los Jeon apareciendo en la sala. El llanto de los niños irritaban sus sensibles oídos.
—¡Pero padre! —Intentó quejarse Jungkook.
—Basta he dicho. —Volvió a decir, esta vez sonando más firme que antes y una expresión que le daría miedo a cualquiera.
Rápidamente, ambos se callaron.
—Vayan al cuarto, ahora. Y no quiero oír ningún llanto.
Aunque molestos, ninguno de los niños dijo algo y acataron la órden sin queja alguna. Ese hombre daba tanto miedo, que ninguno pensó en llevarle la contraria.
Entre refunfuños los pequeños llegaron a la habitación del azabache, y se sentaron en el suelo, con los brazos cruzados, quejándose por lo bajo.
—A veces tus papás me caen mal. —Soltó Taehyung en voz baja, por si acaso el vampiro mayor lo escuchaba.
Sabía por experiencia propia que el señor Jeon tenía un excelente oído. Una vez lo descubrió robando unos dulces -que al parecer eran suyo y no de Jungkook como pensó- tan solo escuchando cómo abría el envoltorio. No lo regañó, pero tampoco lo dejó comerlo. Su amigo se rió por dos días de él cuando se lo contó.
—A mi también. —Suspiró enojado el pequeño.— Mi mami es muy mala —se quejó nuevamente tirándose al suelo.
—Oye, no es mala. Solo quiere cuidarte —dijo mientras se tiraba a su lado, solo que de boca abajo, con sus antebrazos apoyados sosteniendo su peso para poder verlo desde arriba.
—No quiero que me cuide.
—Pero eres pequeño, tiene que cuidarte. Como Baekhyun Hyung a mí.
—¡No es cierto! ¡Yo ya soy grande!
—Soy más alto y más grande que tú. Aún eres pequeño.
—Soy más inteligente y más bonito que tú —dijo y le sacó la lengua. Taehyung se ofendió muchísimo por eso.
—¡Eso no tiene nada que ver! ¡Sigues siendo pequeño!
—¡Claro que no!
—¡Claro que sí!
—¡Que no!
—¡Que sí!
Y así, ambos empezaron a pelear cuando Jungkook se le lanzó y empezaron a dar vueltas por todo el piso de aquella gran habitación.
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Garritas y colmillitos •ᴷᵒᵒᵏᵛ•
FanfictionLos vampiros y lobos jamás se han llevado bien desde que ambas especies nacieron y eran enemigos por naturaleza. Siglos de guerra para determinar quién era la especie dominante, una pelea estupida a decir verdad pero necesaria para ellos. Todo este...