Taehyung estaba súper emocionado, por fin había llegado el tan ansiado fin de semana. El sábado era el mejor día se la semana, pues no tenía que ir a clases y al día siguiente tampoco, podía hacer todo lo que en la semana no. Hoy era el día en que Jungkook se quedaría a dormir en su casa, lo que le emocionaba más, pues era la primera vez que un amigo iría a una pijamada, generalmente solo sus primos eran los que iban a quedarse a dormir.
Tenía todo listo para pasar un gran día junto a su mejor amigo. Películas, juegos, dulces, galletas, juguetes y los cuentos que su mamá les leería en la noche, era algo habitual para él. Hablando de ella, su madre no se encontraba en la casa sino en su trabajo y por el momento estaba bajo el cuidado de su hermano mayor, quien estaba echado en el sofá de la sala viendo algún programa. Estaba seguro de que si no rompían nada, Baekhyun no molestaría, generalmente el mayor finge que no existe.
Taehyung ahora se encontraba en la sala jugando con sus cochecitos de juguete en la mesita de centro. El sonido del timbre anunció la llegada de alguien a su morada y lo sacó de ese pequeño mundo de fantasías que él había creado, donde un coche de policía iba detrás de los ladrones de dulces de SugarLand.
Emocionado, se levantó rápidamente de su sitio y corrió hacia la puerta. Tuvo que pararse de puntitas para llegar al picaporte y girarlo para poder abrir. Al abrir la puerta, Jungkook se encontraba en compañía de sus padres y algunas doncellas unos pasos más atrás de la familia, ellas habitualmente acompañaban a la señora Jeon a donde fuera que vaya.
-¡Hola, Jungkook! -exclamó emocionado el pequeño lobito, se notaba la felicidad de verlo allí. El azabache apenas correspondió con una sonrisa.- Hola, señores Jeon.
-Hola, pequeño, ¿Está tu madre en casa? -preguntó la mujer con un dulce tono y una suave sonrisa en sus labios.
Taehyung negó.
-No, pero está Baekhyun Hyung. -Se giró sobre sus pies para ver al Omega que aún esta a echado en el sofá. Tan perezoso.- ¡Hyung! ¡Quieren hablar contigo!
Suspirando y con mucha pesadez, el castaño mayor se levantó de su lugar y fue hasta la puerta también, encontrándose con aquellas desagradables personas. Por su aroma, los mayores ahí presentes podían notar que no le agradaba para nada el que se encontraran ahí. Pero los pequeños no notaban nada.
-Uhm... Hola, soy Jeon Somi -se presentó ella manteniendo esa agradable sonrisa, más por dentro estaba complemente nerviosa. Su esposo se mantenía callado con su rostro serio.
-Kim Baekhyun -respondió-. ¿De qué quería hablar?
-Oh, solo quería pedir que no se durmiera tan tarde y que lo pasaremos a buscar a las 10 de la mañana. -El omega asintió.
Reteniendo un suspiro, ella se agachó para estar a la altura de su hijo al cual sostenía de su manita. Jungkook la miró con una pequeña sonrisita.
-Portate bien, mi amor, ¿Si? Haz caso a todo lo que te digan y no rompas nada. -Él asintió. Sonriente, la mujer dejó un pequeño beso sobre su frente.- Nos vemos, cariño.
-Adiós, mami.
Jungkook caminó queriendo entrar a la casa, pero el agarre de su madre se lo impidió.
-¿Mami?
-¡Oh, si! Lo siento, lo siento -decía mientras soltaba sus manitos y se ponía de pie ligeramente avergonzada. Jungkook riendo solo se adentró a la casa y apenas entró, Baekhyun cerró la puerta.
La mujer preocupada, se quedó mirando la puerta unos segundos, sentía como si hubiese dejado que su hijo se adentrara a la boca del lobo. Su pequeño era su bebé, su tesoro, a quien más amaba y jamás se perdonaría si algo le sucediera, ella misma lo había llevado ahí. Estaba arrepentida de haber accedido, realmente no quería dejarlo ahí, y no lo iba a hacer. Pero la mano de su esposo tomando la propia se lo impidió.
ESTÁS LEYENDO
Garritas y colmillitos •ᴷᵒᵒᵏᵛ•
FanfictionLos vampiros y lobos jamás se han llevado bien desde que ambas especies nacieron y eran enemigos por naturaleza. Siglos de guerra para determinar quién era la especie dominante, una pelea estupida a decir verdad pero necesaria para ellos. Todo este...