Capítulo 20

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Un nuevo día había comenzado en la manada y el pequeño Taehyung se encontraba emocionado ya que era un día sábado y podría estar jugando todo el día. Lo mejor sería que podría ir a la casa de Jungkook o que alguno de sus amigos viniera a la propia. Desde hace una semana los pequeños habían estado planeando la "huida" de Jungkook de su hogar, incluso pensaron en un lugar dónde esconderse y hoy era el día que lo pondrían en marcha. Era un alivio que el cielo se encontrara repleto de nubes grises, lo que ayudaba en la movilidad del vampirito. La sombrilla era muy molesta para él.

Aún era muy temprano, lo suficiente para que su madre lo mandara a comprar pan en el almacén del pueblo. Taehyung estaba muy contento, solo era porque Baekhyun no estaba en casa ya que había ido a una pijamada a la casa de Chanyeol, un amigo. Pero eso no le restaba importancia, ¡Al fin lo habían dejado ir a comprar solo! No iba muy lejos, solo quedaba a unas casas de la suya, pero no importaba, al fin podía ir a comprar solo como los niños grandes. Su mamá se estaba dando cuenta que ya era todo un alfa.

En el camino, Taehyung podía notar que había mucha gente de aquí para allá, tanto de su manada como los visitantes de la misma. Algunos llevaban malenas, otros bolsos, y algunos parecían evitar el contacto con su gente. No lo podría explicar, pero las cosas parecían estar raras en el pueblo y no comprendía el porqué, y tampoco le importaba mucho en realidad, él solo tenía que concentrarse en el pan.

Cuando llegó al almacén, había una mujer hablando con la omega que atendía, ambas parecían preocupadas, pero no les prestó mucha atención. Su naricita de cachorro estaba muy entretenida olfateando el delicioso aroma del pan recién hecho.

—Oh, Taehyunggie. —Lo nombró la mujer que atendia el local al percatarse de su presencia.

Sonriente, el lobito de acercó al mostrador, la omega tuvo que inclinarse ligeramente sobre la madera para poder verlo.

—Hola, señora Choi, mí mamá dijo que llevara esto. —Comenzó a decir mientras le entregaba la pequeña lista que su madre le había dado, en ella decía lo que debía comprar. La verdad, leer aún no se le daba muy bien, ¡Pero estaba aprendiendo! Y Jungkook lo ayudaba mucho a avanzar.

La mujer tomó el pequeño trozo de papel y leyó lo que decía e inmediatamente empezó a preparar la bolsa con el pan. Mientras ella hacía eso, el lobito miraba todo el lugar con curiosidad, aunque muchas veces ha ido ahí junto a su madre o hermano, pero siempre miraba todo para ver si algo cambiaba algún día.

—¿Tú crees que el líder los perdone? Han sido muy maleducados con nosotros a pesar de que les abrimos nuestras puertas —comentó la mujer que ahí estaba con desprecio. Ella ya había hecho su compra, solo se quería chismear con la dueña del local. Ya saben, lo típico.

—No lo sé. Quizás fue mala idea el tratado. Se ha demostrado que no podemos coexistir —respondió ella metiendo una hogaza de pan en la bolsa.

Taehyung sentía curiosidad a qué se referían, pues la verdad no entendía nada, y tampoco quería preguntar. Así que se quedaría con la duda.

—Aquí está tu pedido, Taehyunggie —dijo la omega con una pequeña sonrisa.

El nombrado buscó entre los bolsillos de su pantalón el dinero que su madte le dio. Tuvo que pararse de puntitas para llegar a darle el dinero a la mujer, y así recibir las bolsas. Para no le sea tan pesado, la omega había decido dividirlo en dos bolsas.

—Ten mucho cuidado en volver a casa, Taehyunggie.

—Sí, señora Choi, muchas gracias. —Hizo una pequeña reverencia a modo de despedida antes de irse.

De regreso a su casa, Taehyung podía notar que cada vez había más gente en la calle que llevaba maletas. Quizás muchos se iban de vacaciones, pues las clases ya casi acababan, ¡Y se acercaba su cumpleaños! Era lo mejor de todo.

Cuando estuvo cerca de su casa, pudo divisar a la lejanía el carruaje que pertenecía a la familia de su amigo y varios de los escoltas a un lado de la puerta, todos llevando su sombrilla. Taehyung sonrió al ver aquello, ¡Eso significaba que la mamá de Jungkook lo había dejado ir a jugar! Después de todo, el plan no iba a ser necesario.

Emocionado, se apresuró a llegar a su casa. Pasó de largo de los guardias, aunque sí se dio el tiempo de hacer una reverencia a modo de saludo, antes de ir directamente a la puerta. Con algo de dificultad consiguió abrirla, solo para encontrarse con aquel hombre de espalda que hablaba con su madre. Ambos voltearon a verlo cuando notaron su presencia.

—Taehyung... El señor Jeon quiere preguntarte algo —habló su madre afligida. Parecía triste y no entendía el porqué.

El lobito miró al hombre parado en la sala de su casa, era la primera vez que no lo veía con esa expresión tranquila y que a veces daba miedo. En cambio, alrededor de sus ojitos y la punta de su nariz se encontraban rojas, estaba haciendo mucho frío afuera, y el color de sus iris habían cambiado. No eran de ese color rojo sangre que siempre había tenido, ahora eran negros, muy parecidos a los de su amigo.

—¿Sabes a dónde iría Jungkook si se sintiera triste? —preguntó el hombre mantenido la compostura. Aun que su voz sonaba rara.

—Uhm... Con su mamá —respondió el lobito sin problema. El hombre respiró profundo antes de volver a hablar.

—¿Y si no pudiera ir con su mamá? —Volvió a cuestionar.

El lobito lo pensó un momento, la verdad es que tenía que una idea de dónde podría estar, pero no quería decirlo. Era un secreto que se supone nadie debía saber. Con eso en mente, negó con la cabeza, y el hombre suspiró.

—Bien... Gracias. —El vampiro volteó a ver a la omega.— Si sabe algo de Jungkook, por favor, avísame inmediatamente —pidió casi con desesperación, aun que su rostro luchaba por mantenerse tan serio como siempre.

La omega asintió al pedido y solo así el hombre dio media vuelta para retirarse de su hogar. Sunnie tomó las bolsas de pan, agradeciendo a su cachorro, y las llevó a la cocina para guardarlo. Se sentía intranquila.

—Mami, ¿Qué le pasó al señor papá de Jungkookie? —Preguntó siguiendola a la cocina.

—Él no encuentra a Jungkookie, cariño, y está muy preocupado —respondió ella mordiendo la uña de su pulgar. Le daba mucha ansiedad el saber que el pequeño estaba desaparecido en una situación así.

Ella estaría completamente desesperada si uno de sus hijos huyera de la nada. En verdad no podía creer que estuvieran en aquella situación, era tan irreal, tan sacado de una película de acción que fácilmente podía ser la premisa de una. No iba a negar que también estaba preocupada por el pequeño amigo de su hijo, Jungkook era un cachorro muy tierno y que poco se había criado fuera de la seguridad de su hogar. Suspiró profundamente, no se sentía tranquila hasta saber dónde se encontraba el vampirito.

—Taehyunggie —llamó a su hijo que se había ido a la sala con intensión de jugar—, iré a ayudar al señor Jeon a buscar a Jungkook, ¿Si? Puede ser peligroso para un niño como él andar solo por ahí.

Se acercó al pequeño armario donde guardaban los abrigos de los tres y de ahí sacó una chaqueta, estaba refrescando a fuera. Una vez lista, se acercó a su cachorro y se arrodilló para estar a su altura.

—Cerraré la puerta con llave. Manten las ventanas cerradas y no hables con nadie, si viene alguien solo ignoralo. Volveré en treinta minutos. —Taehyung asintió a lo que dijo y sonrió cuando un beso fue depositado en su frente.— Portate bien y no ensucies nada. Espera tranquilo jugando hasta volvamos Baekhyun o yo, ¿Si?

—Sí, mami.

Sin más, la mujer se fue de la casa cerrando la puerta con llave como había dicho. Taehyung por su parte se sentó en el suelo frente a la lácrima de visión dispuesto a jugar con sus cochecitos, pero ahora se sentía un poco intranquilo. Su mamá había dicho que podía ser peligroso para su amigo andar solo por ahí, y tenía razón. Jungkook a veces era muy tonto.

Suspirando, caminó hasta su habitación y ahí se subió a su cama, abrió la ventana y saltó para quedarse colgado en el marco. Con cuidado se dio vuelta sobre el marco, cuando estuvo seguro saltó hacia afuera, aterrizando ileso. No era la primera vez que se escapaba de casa cuando su mamá no estaba. Desde muy pequeño huía con Baekhyun.

Sin más, comenzó a correr hacia donde creía estaba Jungkook. En su escondite.

Garritas y colmillitos •ᴷᵒᵒᵏᵛ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora