Sudando en el gimnasio (Lemon)

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Zoro - Arg! Me vas a dejar marca!

Lola - Llorón

La mediomink había mordido rudamente el cuello del muchacho, él la tenía contra el suelo, aprisionada por su cuerpo mientras con una rosca mano masajeaba sus pechos.

Zoro levantó la camiseta de la chica y su sujetador, empezó a lamer y morder los pezones de la gata mientras ella le enredaba sus dedos en el pelo.
Volvieron a besarse de forma húmeda, profunda y lujuriosa, la chica mordió el labio del peliverde y él sonrío de medio lado.

Zoro - Joder, es como intentar follarse un animal salvaje...

Lola - Oye! Kya!

Al indignarse el chico aprovechó para voltearla y aplastarla con su cuerpo contra el suelo, las manos de Zoro seguían amasando sus pechos mientras rozaba su dura erección en su trasero y mordisqueaba sus orejas.

Lola - Baka... Eres un bestia

Zoro - NH... Aún no has visto nada

El chico alzó las caderas de la gata para bajarle el pantalón, acto seguido bajó el suyo, el muy cerdo no tuvo ni el detalle de acabar de desnudarles.

La chica apoyó sus manos en el suelo para ponerse a cuatro, su espalda se arqueaba mientras Zoro empezaba a estimular su entrada, que a esas alturas estaba tremendamente húmeda.
Metió la punta, la chica soltó un gemido y él se relamió el labio inferior, una idea maligna pasò por su cabeza y agarró la cola de la muchacha, haciendo que se quejase y le mirase con furia.

Lola - Baka! No me tires de la...

Un gritó salió de sus entrañas cuando el espadachín entró de una aún agarrándole la cola, la utilizaba para sujetarse al arremeter contra ella. No iba a reconocerlo, pero eso era exquisito para la muchacha, que era muy sensible en su miembro felino.

Zoro - Ya no te quejas eh...

La voz grave del espadachín le puso las orejas de punta, la chica no podía hablar entre gemidos, mientras el muchacho la golpeaba con sus caderas agarrado de su cola.

Zoro - Joder!

Soltó la cola para agarrar con fuerza sus caderas, los brazos de la chica cedieron ante tanto temblor y apoyó el pecho en el suelo, arqueando más el trasero y haciendo que la penetración fuese más profunda.

Lola - Zoro...Zoro!

Zoro - Lola!

El chico recargó su pecho sobre la espalda de la chica en una última estocada, ella gritó su nombre entre espasmos y jadeos y él se vacío por completo en su interior.

Ella le miró, intentando recuperar el aliento, el peliverde se dejó caer, cayendo de culo al suelo.

Zoro - Joder... Ha sido... Brutal...

La ojiverde se tumbó boca arriba, también luchando por volver a respirar y río.

Lola - La verdad... Que no ha estado mal...

Zoro se carcajeó y se tumbó boca arriba, escuchó como la chica se incorporaba y le daba un golpe en la pierna para llamar su atención.

Lola - tengo hambre, y tú?

Zoro - Bastante

Por su lado Law había estado leyendo en su despacho, había dado algunas vueltas a lo idiota que era al haber hecho enfadar a su nakama. Pasado el rato le rugían las tripas y decidió ir a la cocina de los mujiwara, a ver si quedaba algún oniguiri.

Cuando llegó vió que había gente y saludó al entrar, Lola estaba frente a los fogones y Zoro sacando unas bebidas de la nevera.

Lola - Law! Tu también tiene hambre? Quieres huevos revueltos?

Law - Mh... De acuerdo

Se sentó a la mesa frente a Zoro, el espadachín estaba extrañamente risueño y se dejó caer en la silla de forma brusca, como si estuviera agotado.
Law analizó al peliverde con su ojo de médico, al estirar el brazo para servir las copas vió claramente, una mordedura en la unión del cuello con el hombro, cosa que le puso de mal humor.

Law - Os hacía en el río

Zoro - Nos hemos quedado en el gimnasio...

El espadachín estaba llenándose un baso de cerveza y miró desafiante a Law, se había dado cuenta del cambio de actitud del doctor.

Lola - Aquí tenéis!

La chica les tendió unos platos, los dos hombres se miraban con mala cara mientras ella se sentaba en la punta de la mesa.

Lola - Ah le falta algo!

Law miró de reojo a la muchacha que empezaba a echarse una salsa extremadamente picante a sus huevos, Zoro alargó la mano para quitárselo y la chica gruñó.

Lola - Eh! Dejame llorón, me encanta el picante!

Zoro - Te estás echando muchísimo, eso es muy picante

La muchacha se llevó una gran cucharada a la boca y sonrío, Zoro se quedó helado viendo la neutralidad con la que la gata se lo comía.

Law - Va seguro que no es para tanto, no exageres

Zoro - Esa salsa pica como el demonio

Law - Pero si se lo está comiendo tan normal!

Lola - Queréis probarlo?

Ambos hombres la miraron, luego se miraron entre ellos, Law río, por la reacción del peliverde estaba claro que no aguantaba el picante, la parte maligna del cirujano de la muerte salió a la superficie.

Law - Claro, y tú Zoro? Te atreves?

El chico gruñó y agarró una cuchara, se miraron desafiantes, como si fuera un duelo del oeste. Ambos se introdujeron la cucharada en la boca y se quedaron quietos unos segundos. Zoro se puso azul, verde y morado, se agarró la garganta y fue corriendo hacia la basura para escupir.

Zoro - Pica! Pica!

Lola - Toma leche!

Zoro abrió la nevera y no había leche, los armarios, se le iban cayendo las lágrimas mientras lo buscaba, luego fue corriendo hacia la zona del almacén a ver si encontraba algo.

Lola - Eres muy malo capitán

El chico río, en un descuido de Zoro, había comido cucharada de su plato sin picante en lugar del de la gata.

Law - Meh...

Lola - Entonces quieres probarlo?

La chica sonreía y le tendía una cuchara, el chico la miró, después de esa mala venganza con Zoro, estaba más tranquilo y se quedó mirando los hermosos ojos de la muchacha.

Law - Vale, comprobaré si pica...

Para sorpresa de la gata, el doctor se acercó, pasando de largo su cuchara y atrapando sus labios, el sabor picante estaba presente en ellos, el chico se tocó la comisura al separarse.

Law - Vaya, si que pica...

Lola - Baka

La chica sonrojada siguió comiendo, Law tuvo una media sonrisa en la cara mientras comía, incluso cuando Zoro volvió a terminar su plato después de su muerte por picante.

Rugido de tigreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora