Tras recordar todo lo que conllevó su vida pasada Tanjiro deberá reconstruir su futuro así como lidiar con las consecuencias de su repentina "desaparición" mientras sigue el rastro a las "Lunas superiores" y busca respuestas de un malévolo plan que...
Otro día otros retos a superar. En la academia Kizuki específicamente en dirección el dúo conformado por el chico de ojos rojos y la chica de ojos verdes conversaban con la adulta acerca de lo vivido ayer.
—Yo tengo mis dudas de que es exactamente ese tal Ønïkªnzęn. Es estupendo encontrar un tratamiento para curar enfermedades diversas pero viniendo de Muzan no creo que sea algo bueno– Les dijo Tamayo. Siendo ella una conocedora experta en la medicina sabía que era imposible una fórmula con resultados tan ridículos.
—Lo que sea debo ir a detenerlo. Yo también tengo mis dudas y el aroma que emanaba ese sujeto es la principal razón– Dijo Tanjiro.
—¿Piensas ir tú solo a detener un tren propiedad de Moon Horizons?– Le cuestionó Tamayo a la locura de su "hijo"
—Detendremos, no pienso dejar a Tanjiro solo en esto– Aria se le unió sin dudar, igual de loca que el.
—Se que les bajaré el ánimo pero ¿Que podrían hacer 2 chicos contra un ejército de hombres armados hasta los dientes?– La mujer seguía insistiendo más que nada para que recapacitaran.
—Mas de lo que usted cree– Respondió Tanjiro seguro de si mismo.
—Vale, se que no les haré cambiar de opinión así que solo queda confiar.
—Aria esto es un punto al que no se tendrá retorno, ayer me apoyaste mucho y por lo mismo quiero que te quedes, esto es un asunto de la señorita Tamayo y yo– Totalmente preocupado por ella Tanjiro igualmente quería hacerla recapacitar. Enfrentar a los demonios así como una megacorporación con fines no tanto éticos era algo muy serio.
Sin embargo Aria se negó a ello y se mantuvo firme, lo acompañaría a donde fuera simplemente por algo que le hacía sentir cosa que Tamayo si captó.
—Bueno... Como sea ¿Puedes ir a mi casa saliendo de clases? Quiero enseñarte algo.
—Bueno.
Ya tenían planes para la noche solo quedaba esperar.
—Siempre e tenido la curiosidad de ver que hay en el ático– Llegó de la escuela, al parecer su tío no se encontraba en la casa y su prima tampoco, estaba solo.
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El ruido de su respiración agitada con el sonido de un eco vacío le daban seguridad, era la oportunidad perfecta para hacer algo que esperaba desde hace rato.
Tiró su mochila en el sofá y con toda prisa subió las escaleras hasta la segunda planta corriendo por el largo pasillo llegando al final, una pequeña puerta sobre suyo. Tras dar un salto alcanzó la cuerda para abrirlo, las escaleras bajaron y subió.
