xxCapitulo 4xx

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Así que ahi estaba decidida a hacer surf.Sin pensarlo dos veces me acerqué al puesto.

-Hola, quería saber si puedo hacer una clase ¿me pueden enseñar?.

-Claro preciosa, mira hoy tenemos dos ayudantes a disposión, por una parte Ríos y Gambandé-dijo una señorita.

-Con Gambandé si se pudiese.

-¿Has hecho alguna vez Surf?-cuestionó la morena creída, con su postura en alto.

-No, pero la verdad es aprendo rapido y fácil- declare imponente y sonriente.

-Igual, si eres novata te recomiendo a Ríos, normalmente tiene mucha experiencia en casos como tú-hablo como si hubiese delatado mis reales intenciónes.

-Te lo agradezco, pero me quedo con Gambandé-dije sonriendole, falsamente.

-Perfecto-dijo la chica algo confundida ante mi reacción.

-Hola-me acerqué al moreno por su escultural espalda.

Se dió la vuelta, estaba sorprendido. Y algo tenso ahora ante mi cercanía.-Eh, hola Alba-habló confundido.

-¿Así que practicas Surf?.

Me dediqué a observar discretamente su figura, créanme lo prefería con esta clase de ropa.

-Si, soy muy deportista y tu ¿que hacés por aca?-me miraba atentamente mientras sostenía relajado su tabla de surf con el brazo.

- Bueno la verdad es que quiero aprender Surf. Tendre una clase contigo- hable desafiante, levantado las cejas y haciendo una mueca.

-¿Ah si? los gemelos me habían dicho que jamas hacías nada de actividad física-dijo mirandome a los ojos, me descubrió.

-Mis primitos siempre hablando de mas. Me gusta hacer cosas nuevas y locas.

-¿Quieres que empezemos? -sus rizos mojados me tenían levemente distraída, creo que me demore en reaccionar.

-Claro-sonrei, intentando que no hubiese percatado lo de recién.

Los primeros diez minutos calentamos para comenzar, la clase de ejércitos de elasticidad, lo cual por suerte me favorecía ya que era dislexica.

Un rato después me pasó una tabla roja, me empezó a hablar lo básico del deporte, como enfrentar las olas y la posición de mi cuerpo en la tabla.

-Bueno y si viene una ola muy fuerte, tienes que guiarte por el lado contrario, o si no la ola te atraparía-dijo tan sonriente, me preguntaba como seria verlo enfadado.

-¿Una ola atrapandome a mi? Si claro-dije mientras él se ponía en la posición que tenía que ocupar sobre la tabla.

-¿Así esta bien?-dije imitandolo, de forma mal a proposito, claro esta.

-Tienes que soltar mas la cintura y los brazos en diagonal-me indicó. Volví a hacerlo mal y comenzó a hablar, corrigiendo mi postura con sus brazos en mi cintura relajando la pose. Y luego en mis brazos dirigiendo mi cuerpo hacia el lado que el quería.

-Si así es, Alba-dijo, sonriendome. ¿Cuando se supone que dejará de sonreir?

-Bueno ahora ¿querés probar?-dijo emocionado sacandome de mi lapsus.

-Sí, claro.

Me metí y solo probamos sobre la tabla pero acostada

-¡Facu! ayudame ¡No sé nadar!-dije saliendo entre las olas.

-¿Qué? ¿Como que no sabés nadar?-escuché su vos ronca  preocupada.

Vino rapidamente hacia mí sin pensarlo me tomo entre sus fuertes brazos y me llevo afuera del mar.

-¿Alba estas bién?-dijo mientras me acostaba en la arena caliente.

- Facu...No se que me pasa-solté casi en un susurro fingiendo un desmayo.

-No, Alba respira- comenzó a intruirme.

Tomé su brazó fuerte y no puede evitar comenzar a reir a carcajadas.

El me miraba confundido, aún sin entender y un segundo después se relajó y cruzó sus brazos.

Reí mas fuerte, viendo su postura.

-¡Que mala eres!-dijo ya en un bufido y lanzó una risotada.

-¿Facundo como fue que te creiste eso? -seguía riendome.

-No me pegues tales sustos, Alba-dijo adviertiendome.

-Solo me divertía, señor aburrido-dije levantando los hombros con una sonrisa traviesa.

-Alba con tu  vida no se juega, además prácticamente hubiese me sentido culpable toda la vida.

-Ya, que esteís tranquilo, no os volveré a hacer-dije mostrando las manos inocente.

-Perfecto-y como magia la sonrisa volvió a su rostro.

-Ya ahora sigamos con la clase,no pagué para hablar con vós-dije riendo.

-Qué pesadita.

Volvimos a retomar la clase, ahora lo hice con ganas, en realidad era facilísimo, cada vez me resultaba mejor.

-¿Que te parece si vamos a tomarnos un jugo?-dijo sonriendome

-¿Y eso por qué?-dije coqueta.

-Para calmarme, por el susto que me has dado hoy, mala.

-Perfecto, entonces yo invito.

Nos sentamos y pedimos licuados.

-Alba de verdad, me tienes soprendido, eres muy buena cuando te lo proponés.

-Sí, pues claro, siempre consigo lo que quiero-dije sonriendole.

-¿A sí? ¿Niñita mimada?-dijo sonriendome.

-Para nada, pero el objetivo que me pongo siempre lo tengo, soy perseverante-dije.

-Eso es genial, aunque aveces me cansan las personas así-dijo.

-¿Osea que te canso?-dije mirandolo fijo a los ojos.

-No, para nada, pero esas personas aveces se obsesionan tanto en algo que no se dan cuenta de lo que esta a su alrededor, de lo que de verdad importa-dijo.

Wow! Me podía quedar horas escuchandolo.

En eso sonó mi celular.

Lo saqué.

-Perdón-pronuncié.

Era lodovica, tenía muchas llamadas perdidas.

Me regaño por que estaban todos esperandome en el bus.

-¿Qué paso?-dijo Facundo.

-Me tengo que ir-dije mirandolo.

-¿No querés que te lleve?-dijo.

Lo pensé, que increible sería eso, pero no yo no era una chica facil, el se la tendría que jugar por mí.

-No os preocupeís, ha sido suficiente por hoy, gracias por las clases han estado increibles-dijo dandole un beso en la mejilla, el cual le quedó marcado.

Y comenzé a caminar rapidamente.

-Bueno, adiós eh...alba ¡Alba!-dijo.

Me di la vuelta.

-¿Ah?-dije intentando sonar normal.

-¿Nos volveremos a ver?-dijo al frente mío.

-Si el destino lo quiere, claro-dije guiñandole un ojo.

Salí de ahí.

------ La Chica Rebelde.

Espero que les este gustando la novela, si es así voten y comenten.

👉 Facundo Gambandé en multimedia😍.

La Chica Rebelde •FalbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora