xxCapitulo15xx

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Narra Facundo

Ya llevaba un día entero encerrado en mi habitación, ¿por que ella me hacia esto? ¿Tan poco le importaba? Una rabia comenzaba a brotar por mi interior.

Hace dos días mía se había ido. Con un simple "Hasta la próxima Facundito". Y me había dejado nuevamente sólo. La diferencia es que no se si sería capaz de esperarla otra vez más. No se si este pobre idiota se dejaría pasar a llevar otro año más.

Cuando decidí que ya era suficiente de encierro, pensamientos y estúpidas teorías, bajé rápidamente por las escaleras para llegar a la cocina de mi departamento. Y ahí estaba, me llamaba, me decía " Si me bebes tus problemas desaparecerán". Lo medite dos minutos golpeándome la pierna con la puerta congelada.

A la primera probada, senti la garganta arder como los mil demonios, y comencé a toser como un torpe. ¿Tan difícil era? Ya luego me acostumbre poco a poco y aunque no sabía bien, me hacia sentir mejor. Mis pensamientos se dispersaban, no podía concentrarme en casi nada por mucho tiempo seguido, mi cuerpo estaba reaccionando.

Cuando intente pararme, me puse a tambalear y junto con eso surgió un pequeña risita, que luego se convirtió en carcajada al ver la botella de licor ya casi por la mitad, que estaba antes llena.

Me tire al sillón. Al ver una foto en el living de mía conmigo, la tome entre mis dedos, y la tire al suelo rompiéndola, mas bien el vidrio que la protegía.

El timbre de mi departamento sonó y no pensaba abrir. Sonó por segunda vez, mi cuerpo no respondía lo que mi cabeza le ordenaba. Cuando ya era demasiado abrí la puerta, aún con tropezones al caminar. Vi a mis dos amigos frente a mis ojos. Lucas me miró de abajo a arriba seguidas veces y Mateo fijo a los ojos y soltó un bufido.

- Wop! Facundo ¿que te paso?-

-Hola Chiiicos- la alegría se difundía por mi cuerpo al hablar. Era algo que no podía evitar, intente sonar lo más normal y decente posible pero en cambio salió algo estúpido.

Comencé a caminar concentrando me en cada paso y rogaba no caerme ahí al frente de estos dos.

-¿Estas borracho bro?- hablo el rubio Lucas sentándose en el sillón.

-Yooo... No para nada-

-Y entonces ¿que hace esta botella acá?- completo el mellizo moreno.

Caí rendido al sillón y me agarre la cabeza con las manos. En un intento por aclarar mis pensamientos.

-Nos preocupamos cuando no te vimos en la universidad. Tu nunca faltas, no lo haces hasta al punto de estar muriendo-

-Se fue chicos, yo se que no era seguro. Pero se fue igual -

Creó que al rubio se le abrieron los ojos y el moreno tenía cara de preocupación y confusión al la vez.

-¿Que? No me digas que estas así por ella. Tomaste hasta los sesos sólo por mía - hablo irónicamente Mateo.

Lo miré con la cara más sufrida que he puesto. - ¿Acaso no es suficiente motivo? Chicos se fue a otros país por un año. No va a volver y de seguro me engaña con otro allá- la rabia volvió a surgir por mi sangre. Me la imaginaba con otro. Rubio y alto.

-¿Tu eres estúpido o que? Lo acabas de decir, ella te engaña cada vez que se le da la puta gana, no tienes que sufrir por un mujer como mía-

-Has tu vida de nuevo hermano. Ahora que tienes la posibilidad. Sale, pasalo bien , conoce a gente. -

-Ustedes no entienden. Jamás lograre tener algo parecido a lo que teníamos ella y yo. Casi dos años juntos, algo estable.

-¿Y como lo sabes si no lo intentas?-hablo Lucas.

Fruncí el ceño.

-Déjenme aunque sea tener una semana de luto, par de idiotas - dije e inevitablemente se me salió una carcajada. Los roles estaban cambiados. Normalmente ellos eran los borrachos y yo era el amigo consejero.

-No puedo creer que la primera vez que tomes te emborraches. Te comportas como un mamón con trago encima -dijo Lucas siguiendo mis risas. -Ah y una semana es mucho. El viernes mismo nos vamos de parranda-

- ¿Que? No, no quiero- solté cruzado de brazos.

-Vamos Facundito. Yo se que quieres - hablo Mateo y lo miré serio.

-En realidad no. Siempre hago estupideces en las fiestas cuando voy con ustedes -

-Tendras que ir si o si-

-¿Hay otra opción? - suspire revoloteando los ojos.

-No- ambos al unísono.

- Y ahora te dejamos en tu día de borrachera. Te vemos mañana en la U-

-No lo sé -

-Nada que no sabes. O si no mandare a mi primita a buscarte. - soltó Mateo levantando las cejas provocativa mente

Me despedí con la mano de ambos.

-Ah y no te suicides de aquí al viernes por favor- habló Lucas riéndose. Mateo al escucharlo le pego en el hombro serio.

-No le hagas caso. Parece que este también esta borracho -dijo y lo agarró de un brazo llevándoselo afuera. Cerré la puerta. Por lo menos con estos dos el las horas se me pasaban más rápido.

Se me vino a la mente la imagen de Alba. Su pelo negro y rizado. Sus ojos grandes, castaños. La última vez que nos habíamos visto me comporte como un idiota. Y ella había prometido no verme. Eso a menos que el destino nos juntará. Creo que no le vendría mal al destino echarle una mano.

La Chica Rebelde •FalbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora