xxCapítulo 18xx

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Nuestros ojos se encontraban en una batalla, la mano de Facundo se había posado en mi cintura en contacto con mi piel.

-¿Tienes calor?- pregunto con doble sentido. Quería jugar.

Me acerqué a él con actitud desafiante.

- La verdad es que no-dije haciéndome la interesante, mientras pasaba mi mano por el costado de su cintura, luego su cadera, sintiendo el traje de baño mojado.

El río levemente.

-Yo en cambio estoy ardiendo en llamas- susurro acercando nuevamente sus labios a los míos.

Esto estaba perdiendo el control.Nunca pensé que Facundo estuviese perdiendo el control de algo. Pero por esta vez se dejó llevar por el ritmo de mis besos, y caricias.

Si esto seguía no pararía jamás. Por lo que me aleje un tanto brusca de él. Quedó algo aturdido y sorprendido, mirando cada uno de los movimientos y gestos que realizaba.

-Así que tengo que ahora podemos sumarle bipolar a la lista, ¿no?

Solo reí levemente y desvié el tema invitándolo a un helado.

-Eso suena bien- resultó más fácil de lo que creí distraerlo.

Nos vestimos, y noté la mirada de un par de personas en nosotros. No les di mayor importancia.

-Pues vamos, rizos.

-Si, sirenita del mar- hable caminando a su lado.

-Deja de llamarme así niña-bufó mientras llegábamos a su moto.

-Entonces deja de decirme niña, pues no lo soy- hable acercándome de su oído. Por si no te has dado cuenta te puedo enseñar- hable desafiante y coqueta.

-Ya volvió la juguetona y sexual Alba- conversaba mientras caminábamos buscando un lugar para comernos un helado.

Tras elegir ambos nuestros gustos, la chica que atendía de unos 20 y tantos años le coqueteaba levemente con la mirada a Facundo y el parecía ni darse cuenta.

Ambos estábamos sentados frente a frente en una plaza que se encontraba cerca del negocio de helados. Ya lo habíamos terminado y conversábamos sobre tonterías en realidad.

-Creo que es hora de que vuelva a casa- hable mirándolo.

-También lo creo- afirmó sonriendo con esos hoyuelos que desvían mi mirada y distraían mi conciencia.

En el camino de vuelta a mi casa, venía tan relajada con el viento en mi cara y soltando los brazos, mientras que Facu me regañaba. Decía que en caso de accidente, yo asumiría toda la culpa por delito de negligencia. Yo me reía por que en realidad eso no tenía ningún sentido.

Me baje de su moto, el mantenía su temple, ya que ni se movía. Entonces decidí acercarme y darle un beso en la mejilla. El algo desconcertado se despidió. Deseaba besarle la boca, esos tentadores labios, pero no podía, una parte de mi pasado me decía que no debía hacerlo. Antes de siquiera abrir la puerta del edificio, me devolví corriendo y lo besé. Lo que resultó con un aullido que se escapó de sus labios ante la sorpresa.

Me fui pensando tantas cosas al mismo tiempo, pero se puede resumir en la conclusión de que nuestra relación es extraña. Es como si ambos estuviéramos probando algo de lo que se nos esta prohibido, nos resulta extraño, algo que nos hes ajeno.Sin embargo, nos atraíamos de sobremanera. Y eso que no había tenido sexo con el, la guinda de la torta. No es que no estuviera en mis planes, pero en esta ocasión la mera idea me resultaba una locura. 

----------- La Chica Rebelde.

Hola, se preguntarán que hago acá después de tanto tiempo.Probablemente algunos me quieran matar, y asumo que la gran mayoría ni se acuerda de la trama central de la historia. Pero bueno la vida da vueltas, y paré acá. La nostalgia es la que me llevó a continuar esta historia, además del hecho que me siento completamente renovada. No les puedo decir cuanto de la historia queda, por que ni yo lo sé. Sin embargo, si se que terminaré la historia. Tranquilidad, máximo  el otro año la termino. Es broma, espero terminarla antes de las vacaciones de invierno acá en Chile. (Julio 2017) Nos estamos leyendo pronto.

La Chica Rebelde •FalbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora