Narra Alba:
La luz que ingresaba por la ventanilla del avión me despertó. Frote mis ojos con intensidad. ¿Quién diría que me encontraría acá en el mismo avión que hace siete meses?Ahora con destino España, mi país natal. Y no pretendía volver a salir de allí jamás. Tan sólo pensar en Argentina, me provocaba náuseas.
El tiempo que estuve allí fue tan intenso, como yo claro. Igualmente, pese a todo lo malo que me ocurrió sentía que por primera vez en la vida, algo había vuelto a mí. La niña, la sensibilidad que creía no tener. Había experimentado en siete meses, emociones que jamás creí tener: inseguridad, miedo, añoranza, y lo más importante amor.
¿Acaso creen que esto se acabó, así como así? No, queda algunas cosas que deben saber.
Flashback.
Todo mi mundo se volvió oscuro desde ese día. Y todo parecía soledad, aunque claro si había alguien que me incitaba todos los días a salir de ahí. Durante tres semanas enteras Facundo, venía cada día a mi habitación. Me acariciaba, me hacía ver películas alegres, sin saber que para mi eso no existía en lo absoluto.
Recuerdo claramente el primer día que llegó, e intente echarlo de mi espacio. Le gritaba, lloraba desconsoladamente para que se fuera de ahí. Sólo quería estar sola. Sin embargo, él llevandome la contra—como si no fuese habitual— se mantenía firme en su postura, y me abrazó. Solté todo en llanto que caía por mis mejillas, luego pasaba por sus hombros. Le golpeaba los brazos que apretaban mi los míos. El sólo hacía sonidos relajantes, para que yo me calmara.
El tercer día, llegó con una bolsa con comida, y películas. Yo estaba en mi cama agarrando mechones de mi cabello.
-Abre la boca Alba.- ni me inmute. -No me iré de aquí hasta que comas algo, lo que sea.Seguí evitandolo.
Él pasó sus manos por debajo del poleron ancho que llevaba.
-Estás demasiado delgada, Dios mío.
Me sobresalte ante este tacto. Y casi lo golpé.
-Alba ¿Qué te pasó? Cuéntame. No te haría daño jamás. ¿Por que me tienes miedo?
Las lágrimas caían una y otra vez por mis mejillas. Junto con el dolor.
-Quiero calmar tu dolor Alba. Me atrapó entre sus brazos. Pero si no dices que te pasó, jamás sabré como hacerlo. Créeme te puedo ayudar a curar tus heridas.
-¡No!-salió gutural de adentro mío. No lo entiendes- sozollé. -Nadie puede.
-Si, si Alba, yo puedo. Tranquila, bonita. Pasará.
-Me violaron. Facundo. Me violaron.-y junto con esas palabras suspire, para darle intensidad a mi llanto violento.
El sólo me abrazó más fuerte, mucho más mientras que su puño se volvía cerraba y acumulaba rabia.
Octavo día; Todo había sido habitual, Facundo llegó después del colegio un viernes, me dio de comer. Me abrazó. Me acaricio mi cabello. Y así de a poco el dolor comenzó a bajar, siempre estaba, pero ahora lo sentía menos intenso.
-Me voy. Que duermas lindo- me dio un beso en la frente, intenso y dulce.Cuando estaba en la puerta. Mire la ventana y grite su nombre.
-¿Qué pasó?-
-No lo sé, sólo una crisis. Creo-
Se sentó a mi lado y volví a calmarme, poco a poco.
-Quédate conmigo. Facundo-
-¿Eso quieres?
Sólo asenti. Y el lo comprendió, vio el miedo que había en mi interior y se quedó.
Se acostó encima del cobertor, con otras frazadas que mi tía le pasó. Nisiquiera se le pasó un mal pensamiento por la cabeza. Con mi estado, no era una remota opción.
Desperté gritando, al ver una figura a mi lado, me llene de recuerdos de ese día asqueroso que no sale de mi cabeza.
Una voz apareció en la oscuridad.
-Alba. Alba. Hermosa. Soy yo, Facundo. Tranquila.
Y me lancé a sus brazos nuevamente.
-Estoy acá contigo, no te pasará nada.
Me acariciaba el cabello, yo mi cabeza en su pecho me dormí.
Día 21; Salimos de la mano, a un parque que estaba al lado del hotel. Desde hace unos días que lo hacíamos por que según el si seguía ahí encerrado en mi pieza, terminaría muriendo.
Claro que él no sabía, que una parte mía ya lo estaba. La bufanda roja, corría al viento junto con mi pelo.
Me senté en una banca. Y Facundo lo hizo a mi lado, me agarró de la mano y jugeteaba, con la mía y le daba besos en los nudillos.
-Me voy.
-¿QUÉ?- dijo él parando sus movimientos.
-Me voy Facundo,me vuelo a España.
-¿Por qué? Alba tú no puedes...-
-Lo necesito. Necesito mi casa, recuperarme, volver a vivir. Acá terminaré muerta.
De pronto, se quedó callado. Vi como una lágrima cayó por su ojo.
Con mi mano la saqué y lo acaricie levemente.
Lo abrace fuerte como el lo había hecho, le acaricie los rulos como siempre me lo hacía, le besé la frente.
-Gracias Facundo, no te olvidaré. Que cliché sonó eso, dios apesto- dije sacando una última lágrima. Caminé por el parque con la poca seguridad que tenía.- lo miré por última vez. Y le guiñe el ojo. El repitió mi acto.
-------------------- La chica rebelde.
¿Quién lo diría? Un año después (y algo más) diría adiós. Sólo puedo decir gracias, en general a las que siguieron ahí siempre, después de tanto tiempo. Es por eso que quise seguir. ¿Cómo no? Bueno si estás por ahí leyendo esto, me gustaría que me dejaras una breve opinión de esta historia, lo agradecería y me haría inmensamente feliz.
¿Adiós? ¿Quién sabe?
;)
Xoxoscb.
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La Chica Rebelde •Falba
RomanceUna joven dulce, tierna y timida de 16 años, notas destacables y una familia tranquila. ¿A quien diablos engañó?... Alba Rico sufrió las consecuencias de bullying en su colegio, posteriormente las de un primer amor muy sufrido. Desde ese día decidió...