4. "Respeto - Parte 4"

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"Respeto – parte 4"

Si había algo que a Hange le gustaba hacer, era dormir. Las mejores ideas y teorías sobre titanes se le ocurrían en sueños, era casi como si pudiera observar en cámara lenta sus recuerdos de batalla y analizar meticulosamente los movimientos y acciones de los titanes.

Definitivamente no tenía planeado en su agenda saltarse horas de sueño, y claramente odiaría a todo aquel que interrumpiera su descanso.

-Hange -dijo Levi abriendo la puerta de la habitación de par en par. -Levántate, necesito que vayas a mi oficina.

Excepto a Levi.

Hange cubrió sus ojos con el antebrazo, la luz la había cegado de inmediato y necesitaba un par de segundos para asimilar la pequeña presencia en su habitación.

-Toma -habló Levi otra vez entregándole sus lentes. -Rápido.

- ¡LEEEEEVI! -gritó finalmente molesta. -Estaba teniendo el mejor sueño del mundo, se encontraba este titan a punto de masticar a uno de los soldados y...

-Anormal -bufó Levi mientras paseaba sus ojos por todos los rincones de la habitación.

- ¿Qué estás haciendo? -preguntó confundida.

-Necesito que lleves tu botiquín, el mío no esta en la oficina -dijo Levi con parsimonia.

- ¿Estas herido?

-En el camino te explico.

Hange recolectó todo lo necesario, incluso algunos objetos y medicinas que definitivamente Levi nunca podría descifrar para que servían, o sí al menos servían.

Caminaron a paso apresurado hacia la oficina de Levi, sin siquiera preocuparse de hacer ruido por los estrechos pasillos de madera del edificio. Sus botas de combate emitían un eco ensordecer por el camino.

El pelinegro le iba explicando todo el panorama a la excéntrica Hange a medida que avanzaban hacia su oficina.

A pesar de que las heridas de Giselle eran superficiales, y probablemente en algunas semanas más ya no existiría vestigios de estas, era de vital importancia para Levi que alguien experto en la medicina le echara un vistazo a su soldado.

Estaba preocupado, principalmente porque Giselle al pisar suelo cayó inconsciente y no despertaba. Para ojo de Levi ella se encontraba débil, y el definitivamente no podría tener un soldado débil en su equipo.

- ¿Dónde está ella? -preguntó Hange entrando a la pulcra oficina de Levi.

El pelinegro había dejado a Giselle recostada en uno de los sofás de su oficina, específicamente en aquel en donde el se sentaba a beber una taza de té negro todas las mañanas. Ella estaba cubierta por la capa verde de la legión de Levi, para ocultar la sangre de su vestido y las piernas descubiertas.

Hange se acercó con su botiquín.

- ¿Aún está inconsciente? -preguntó Levi observando desde un rincón.

Hange observó detenidamente al soldado Church, un rostro bonito y magullado que había entregado su corazón a la legión, y por pertenecer a este regimiento había vivido una terrible escena. Hange estaba decidida a hablar de ello en la mañana con Erwin y que tomarán cartas en el asunto.

Sabía, por los informes de los soldados y por su nuevo integrante al escuadrón, Camille, que Giselle Church provenía del subterráneo al igual que Levi, por lo que no le extrañaba que hubiese peleado contra esos hombres hasta agotar la última gota de energía. No rendirse era algo muy común en los soldados provenientes del subterráneo.

Sueños de libertad - Levi Ackerman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora