Sueños de libertad - Levi Ackerman.

16. Titán hembra

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Titán Hembra

No había comparación de altura, sus pisadas desbordaban muerte a su paso, su grito ensordecedor avecinaba luchas interminables y la estrategia que utilizaba para arrinconar al escuadrón élite era, sin dudarlo, una de las mejores que Giselle había visto en sus días de soldado.

Estaban perdidos, si Levi no reaccionaba rápido con sus ordenes aquellos siete soldados serían exterminados para siempre, junto a la esperanza de la humanidad.

El titán hembra era despiadado, cruzaba de izquierda a derecha derrumbando árboles y pinos a su paso, llevaba vestigios de sangre en sus nudillos y una mirada azul penetrante y ansiosa que fijaba en el castaño Eren Jaeger, a pesar de todo eso era el titán más hermoso que la legión había conocido jamás.

Estaban en medio de un espeso bosque, Giselle podía escuchar como los diferentes cables de sus compañeros soldados se avecinaban para intentar derrumbar al titán, y salvar a Eren en el proceso, sin embargo, la misión estaba siendo un completo fracaso, y no solo porque el titán los mataba como simples mosquitos, sino también, por que la posibilidad de salir con vida de ese lugar era mínima.

Petra Ral fijó su mirada más allá de una inquieta Giselle, allá donde sus compañeros de la legión estaban siendo asesinados sin piedad, podía contar al menos quince muertos en su mente.

- ¡Que rapidez! -dijo Gunther.

- ¡En el bosque no podemos esquivar sus movimientos! -gritó Erd observando como el titán se encontraba a tan solo metros de ellos. - ¡Nos alcanzará!

Levi llevaba su cabeza derecha y fija en el camino, solo se podía escuchar su agitada respiración y los pequeños ruidos que realizaba para tranquilizar a su alterado caballo, él no desviaba su mirada siquiera un centímetro para observar como la rubia titán se saboreaba los labios por atrapar a Eren y matarlos en el proceso.

Sin embargo, Giselle podía darse cuenta fácilmente como todo el cuerpo de Levi se tensaba a medida que pasaban los segundos, tenía miedo de que el pelinegro quedará en blanco, de que no pensará en un buen plan de escape para sus subordinados y que solo los mantuviera cabalgando hasta encontrar una posible salida, cosa que solo los llevaría a una muerte segura.

- ¡Capitán! -gritó Giselle intentando llamar su atención. - ¡Sus órdenes, díganos sus órdenes!

- ¡Debemos hacerlos o nos matará! -gritó Auro intentando dar una orden.

- ¡Cortare sus extremidades! -dijo Erd sacando una de sus cuchillas.

Levi giro su rostro un cuarto, permitiendo que Giselle pudiese observar una media sonrisa cómplice en los labios, una sonrisa tranquilizadora que explicaba muchas cosas y, a la vez, le otorgaba tiempo para luchar a la castaña, él tenía un plan.

Ella permitió ser guiada a través de la mente de Levi, solo debía esquivar los golpes duros y certeros del titán hasta que el capitán creyera conveniente. Él debía tener el tiempo y las acciones fríamente calculadas, y, a pesar de que era una gran apuesta poner toda su confianza en aquel plan desconocido de Levi, ella sabía en su fuero interno que era la decisión correcta, y ponía su vida en las manos de ese hombre.

Un golpe duro retumbo en sus oídos, era el titán que había aplastado con todo su cuerpo a un soldado, que se acercaba peligrosamente hacia ella, contra el gran tronco de un árbol.

Giselle observó el rostro petrificado de Eren, quien poco a poco iba perdiendo el color de su piel, podía notar como este apretaba sus dientes con fuerzas intentando evitar estallar en llanto, seguramente pensando en las incontables muertes que estaban sucediendo por cuidar de él, o en sus amigos, que no los había visto en un buen rato y se habían perdido de la formación original.