Sueños de libertad - Levi Ackerman.

27. Titanes - Parte I

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Titanes - Parte I

Cuando Historia Reiss pensó que era su último instante de vida junto a sus camaradas, un ángel en forma de soldado de la legión llegó volando desde el cielo, con unas filosas cuchillas a matar a los múltiples titanes que se comían el cuerpo moribundo de su especial Ymir.

Era Giselle Church, la soldado élite de la cual todos hablaban.

Ella era especialmente famosa por ser la última sobreviviente del primer escuadrón de operaciones especiales del capitán Levi, pero, por sobre todo, por su gran número de titanes muertos en combate.

Todas querían ser como Giselle Church, especialmente Historia Reiss, a quién siempre se le dio bien el ser una chica suicida y anteponer las necesidades de los demás por sobre las suyas, especialmente si se trataba de llamar la atención.

Historia quería imitar con todas sus fuerzas la personalidad de aquella pequeña soldado, aquella personalidad bondadosa y valiente que caracterizaba a la castaña, y lo haría, ahora que finalmente su identidad ya no era un vil secreto de la familia Reiss, ella viviría su vida de la mejor manera posible.

Y para lograrlo, necesitaba con todas sus fuerzas tener a Giselle de su lado, o al menos sentir un mínimo de la confianza que aquella chica trasmitía.

Historia Reiss corrió desesperada hacía el cuerpo de Ymir una vez que las valientes soldados habían asesinado hasta el último titán en kilómetros a la redonda, tenía la adrenalina corriendo por sus venas y sentía que el corazón se le saldría por la boca, pero eso no evito que acariciara de forma delicada el rostro ensangrentado de su amiga.

Ella no tenía signos de haber sido herida a muerte, sin embargo, su cuerpo no reaccionaba ni con los gritos eufóricos de Connie Springer o el retintín tan característico de las cuchillas.

Suspiró.

Nunca se iba a imaginar que los secretos mejores ocultos de ambas chicas serían rebelados en una fea torre a segundos de ser devoradas, pero, como siempre se recordaba, nada en su vida era lo suficientemente normal como para sorprenderse.

-Yo te protegeré, Ymir -dijo Historia en un susurro.

La rubia chica suspiró profundamente una vez más al tiempo en que un par de soldados desconocidos se llevaban a Ymir al ascensor de la muralla. Se sentía extremadamente sola, casi como si le hubieran quitado un pedazo de su alma. Busco con la mirada a su heroína, quién se encontraba alejada del grupo discutiendo acaloradamente con Jean Kirschtein, algo sumamente anormal, porque sabía a ciencia cierta que Jean no conocía a Giselle.

Pero sí lo hacía, esa extraña unión se había formado debido al difunto Marco Bott, quién había dejado el camino despejado para que las vidas de Giselle Church y Jean Kirschtein se juntaran en ese impensable dúo.

-Tienes que ser más discreta -dijo Jean en un murmuro nervioso. -Se que te quieres vengar, al igual que yo, pero no podemos dejar que nos descubran.

- ¿¡De que hablas!? Si has estado todo el tiempo mirando a Reiner y Bertolt con la cara alargada -contratacó Giselle.

-Ya, pero no podemos dejar que el plan se arruine...-sentenció Jean. -Ya oíste al capitán Levi, no pongas tu vida en peligro con tus acciones precipitadas.

-Todo el tiempo estoy poniendo mi vida en peligro -dijo Giselle cruzándose de brazos. -Levi no puede...él no...

Jean, quién extrañamente se sentía tranquilo en compañía de la soldado élite, sonrió.