49. Muerte antes de tiempo

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Muerte antes de tiempo

El plan era bastante sencillo, y muy poco practico para Giselle, sin embargo, era lo mejor que se les había ocurrido y estaban utilizando sus últimos recursos en ello, por lo que, como siempre, su última jugada era una apuesta.

Todo consistía en que las últimas tres lanzas relámpagos debían ser puestas en la mandíbula de Reiner para que la hinchazón del golpe logrará que su boca se abriera, entonces así, Mikasa Ackerman podría lanzar su última arma y expulsar el cuerpo de Reiner del titán.

Todo parecía bastante sencillo, a excepción de que para ello se necesitaba un señuelo.

-Bien, entonces yo voy e intento distraer a Reiner -dijo Jean con seguridad.

Los ojos azulados de Giselle se posaron en su amigo y, casi inconscientemente, toca el pequeño dije en forma de corazón que colgaba de su muñeca, aquel que había sido regalado por él en su confesión el día de su boda.

Iba a ser sincera con ella misma, Jean Kirschtein era una persona importante en su vida, y si bien nunca llegó a amarlo, de la misma forma en que él lo hace con ella, si estaba completamente segura de algo, daría su vida por él.

Entonces, sin siquiera pensarlo, decidió que como segunda capitana del escuadrón élite, y mejor amiga de Jean, el señuelo finalmente tendría que ser ella.

Las razones eran obvias, para ella, por lo que tendría que utilizar una mejor estrategia con Jean para que este no se interpusiera en su plan. Afortunadamente todos conocían la historia de Reiner y Giselle, por lo que estaba más que claro que si alguno de los cinco distraería al titán, sería ella.

Suspiró profundamente y carraspeó llamando la atención de sus subordinados, era hora de ponerse en el papel de capitana que Levi con tanto orgullo le había dejado.

-No, Jean -se rehusó. -No dejaré que nadie más haga de señuelo para distraer al maldito, ya vimos como se quemó Mikasa por su culpa.

Mikasa la observó con la mirada seria, sabía lo que la castaña estaba intentando hacer, pero no la detendría, era su decisión.

-¿Qué estas tratando de decir? -preguntó Jean en un murmuro acercándose a Giselle.

-Si alguien tiene las habilidades para hacer eso y sin salir herido soy yo -explicó con fingida altanería. -Tú te quedas aquí, por si algo sale mal, necesitamos que estar al pendiente de Armin y los demás.

-No, Giselle.

-No es una pregunta, Jean -dijo la castaña con la voz más seria de lo normal. -Es una orden ¿entendido?

Los labios de Jean se contrajeron en una mueca, sabía que su amiga estaba intentando salvarlo de una lesión o muerte segura, pero maldita sea no quería perderla, él había prometido protegerla y esa estúpida decisión no se lo estaba permitiendo.

Intentó acercarse un paso a Gi, quién ya estaba preparando sus filosas cuchillas para enterrarlas en la dura coraza de Reiner, pero esta lo esquivó con habilidad y, antes de emprender vuelo hacia el titán que descansaba en cuclillas a metros de ellos, le sonrió con alegría y se alejó.

Allí iba, la chica más valiente e imprudente que había conocido.

Pero debía confiar, porque su amada Giselle Church, su capitana Ackerman, era la mujer más valiente que había conocido en toda su vida.

La trenza de la castaña flotó en el aire mientras se acercaba con rapidez al cuerpo de Reiner, el cual tras un pequeño paseo por las ruinas de Shiganshina, debía descansar para recuperar energías.

Sueños de libertad - Levi Ackerman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora