PARTE FINAL. 3.

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La nieve caía lentamente sobre su cabello oscuro

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La nieve caía lentamente sobre su cabello oscuro.

Seren mordía su labio inferior con su cabeza gacha, esquivando la insistente mirada de su padre.

— Seren...

— ¿Por qué te vas de nuevo? — preguntó la niña con sus labios temblando apunto de soltar el llanto. — Llegaste hace poco.

Su reproche le saco una sonrisa tímida a Ironside.

— Debo ir.

— No vas en barco. Te vas solo. — pasó el dorso de su mano sobre su rostro limpiando una pequeña lágrima que escapaba de sus ojos azules. — Nos dejas.

— Hey...— Bjorn tomó su mentón y lo elevó a la altura de su rostro. La niña insistía en no querer mirarlo, pero su padre no se daría por vencido. — Jamás las dejaré. Ni a ti, ni a tu madre, ¿Lo entiendes, hija?

Seren solo lo observó de mala forma, se bajó de su silla y huyó hacia el interior del gran salón, mientras Elizabeth se mantenía en un silencio sepulcral con los brazos cruzados sobre su pecho. Bjorn se puso de pie y terminó por acercarse a ella, quien estaba igual o más enojada que su hija.

— ¿A ti también debo convencerte de que jamás te dejaré?

Ella no contestó. Se mantuvo firme en su posición aún confundida por el repentino viaje que Bjorn haría.

— Debo hacerlo, Liz. Debo demostrar que soy un hombre. Que puedo sobrevivir por mí mismo.

— Es peligroso, Bjorn. La nevada no tarda en caer y, ¿Tú te irás así como así? ¿En medio de la nada y solo? — negó con su cabeza mientras rodeaba el cuerpo del joven y le daba la espalda. — Temo por ti.

Él siguió sus pasos y la abrazó por detrás. Pegó su rostro sobre la cabeza de Liz y aspiró su delicioso aroma. Llevó sus manos a sus brazos cruzados y la giró para ubicarla frente a su cuerpo. La besó sin pedir permiso y acunó su rostro entre sus grandes manos.

— Volveré por ti y por nuestra hija. Volveré para que seamos una familia. Y, quizás...— abandonó su rostro y llevó su mano derecha al vientre plano de la ex cristiana — ...podríamos agrandar nuestra familia, ¿no crees?

Para Elizabeth fue imposible que un revoltijo de emociones viajara por su cuerpo y explotará en su estómago. Lo que Bjorn acababa de confesarle era una de las frases más dulces que alguien podía decirle. Sonrío casi sin darse cuenta e intentó ocultar el sonrojo de sus mejillas de forma inútil, ya que fue visible para Ironside el color carmesí que tomó su rostro.

##

— Cuiden de Ragnar, ¿De acuerdo? — Ubbe y Hvitserk se encontraban firmes frente a su hermano mayor, quien cargaba con algunas pieles y sacos útiles para su travesía. Ubbe asintió orgulloso de poder, al fin, hacerse cargo de su familia como todo un hombre mayor.

Más allá del destino • [ Vikings] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora