• Capítulo 19 •

5.4K 442 164
                                    

19:

" Él solo estaba siendo amable. "

El fuego calentaba los cuerpos helados de los habitantes de Kattegat, mientras que la alegre música ayudaba a que el calor de los pueblerinos disminuyera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El fuego calentaba los cuerpos helados de los habitantes de Kattegat, mientras que la alegre música ayudaba a que el calor de los pueblerinos disminuyera. Las mujeres danzaban por todo el gran salón y los hombres y guerreros se regocijaban entre alcohol y risas.

El invierno había llegado pesado y frío, pero en el gran salón, donde lideraba el gran Earl Ragnar Lothbrok, todos eran bienvenidos: alcohol, fogatas, bailes, fiestas... Todo era buena excusa para soportar el frío.
El pequeño Ubbe danzaba con alegría junto a Elizabeth, ambos tomados de la mano, mientras eran observados de cerca por los ojos celestes de la madre del niño.

El pequeño Hvitserk había nacido hace pocos días, por lo que le pareció conveniente a Aslaug llevarlos a dormir. La noche llegaba cargada de frío y era mejor que sus hijos estén resguardados de él en sus pequeñas camas. Caminó hasta donde estaban Ubbe y Elizabeth y estiró su mano para que su primogénito la tomara.

— Vamos, Ubbe, ya es hora de dormir — el niño le sonrió a Liz, la soltó y tomó la mano de su madre. Cuando ésta la soltó, Aslaug dirigió su mirada al trono donde su esposo se encontraba semirecostado, con un cuerno en su mano y observando con una sonrisa todo el lugar — Tu también vete a dormir, Elizabeth. Mañana te necesitaré temprano.

La cristiana no contestó, ya que sabía que el pedido de Aslaug era una advertencia por su esposo, pero muy en el fondo, Aslaug ya intuía que entre su esposo y la cristiana ya no existía la relación de antes. Y todo acabó el día que Elizabeth planteó su idea de vivir lejos de él.

«

— ¡Tú no puedes irte! — gritó Ragnar en cuanto alcanzó a la joven, después de su encuentro en el bosque — ¡No tienes a dónde! ¡No tienes porqué!

— ¿No tengo porqué? — cuestionó indignda, mientras se giraba sobre sus talones para enfrentar al vikingo — Esperas tu segundo hijo, yo ya no soy tu esclava... Dime, Ragnar, ¿Por que no puedo tener mi propio hogar?

Ragnar acortó la distancia entre ambos, dejando su rostro a centímetros del rostro de Elizabeth — Porque no puedes alejarte de mi. No quiero que lo hagas — murmuró con tono triste.

Elizabeth dejó salir un suspiro mezclado con risa, sin comprender el dolor que podía llegar a sentir Ragnar. Posicionó sus manos sobre su cintura y bajó su cabeza mientras analizaba las palabras que Lothbrok había utilizado — ¿Tú entiendes lo que dices? Ragnar, tú no puedes prohibir que me vaya...

— No quiero que lo hagas. No quiero que te vayas — contestó con suavidad, mientras intentó posar su mano sobre la mejilla de la joven. Ésta notó lo que quería hacer, por lo que rápida a su acción, evitó que acariciara su rostro.

Dió un paso hacia atrás y solo negó con su cabeza — Me quedaré aquí solo porque tú me obligas. Pero ojalá no olvides eso, Ragnar — sus ojos azules ya se encontraban cristalizados, colmados de lágrimas — Me quedo aquí...solo porque tú me obligas a hacerlo.

Más allá del destino • [ Vikings] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora