Genial, absolutamente genial, con todo el asunto de mi madre, he olvidado comprarme un vestido para el baile. Así que mejor ni voy y espero a que Damien y el resto vuelva con mi madre.
¡Dios por fin mi familia estará completa!
Darme cuenta de eso me hace querer gritar de la emoción, y saltar y volar. En mi mente no hay cabida para otra cosa. Excepto el mal presentimiento que me está comiendo por dentro, pero trato de opacarlo imaginando como sería mi vida cuando mi madre vuelva.
Los chicos aún no han llegado, eso me preocupa, mucho mucho.Ha pasado demasiado tiempo. Quisiera haber ido. Seguro hubiese podido ayudar.
Mejor me pongo a pensar en mi vida con mi madre mientras espero.
La puerta de mi habitación se abre lentamente y sonrió al ver a mi padre, con una gran caja en sus manos. —¿Y eso? —No creo que venga a mudarse para mi habitación.
—No pensarías que dejaría que mi hija no fuera a su baile. —Sonríe. —Aunque este no sea el vestido más nuevo o más caro. Mientras correteabas por ahí, imaginé que no lo habías comprado y decidí hacerlo por ti.
¿Qué?
Un vestido.
Mi padre se tomó su tiempo para compararme un vestido. A mi. A su hija.
Es la cosa más de padre e hija que hemos hecho jamás. Es la primera señal de que poco a poco voy a tener mi vida soñada, mi familia feliz.
Siento como se aceleran los latidos de mi corazón y corro a abrazarlo con los ojos llenos de lágrimas. Joder. Lo quiero tanto y cada que me doy cuenta de eso me resulta aterrador, nunca pensé que sería capaz de amar tanto a alguien.
—Es perfecto. —Lo abrazo con más fuerza. —Es el mejor
—Ni lo has visto.
—Pero me lo regaló mi padre. —Siento como suspira y me estrecha aún con más fuerza, creo que un humano no sería capaz de soportar un abrazo como el nuestro.
—Te amo, Lara.
Dios si mi corazón se sigue pinchando de esa manera seguro que explota.
—Te amo papá.
...
—Genial, no sé que puede ser más humillante que venir a tu primer baile en esta escuela con tu hermana meno. —Masculló Joni
—No lo niegues estás encantado. —Sonrío.
—Por lo menos es el primer día en tu vida que luces hermosas.
—¡Oye!
Tengo un mal presentimiento, no sé a que se debe, pero de igual forma cada célula en mi cuerpo de dice que algo no anda bien. Además de que me siento observada.
—¿Qué pasa?
—Nada, voy a dar una vuelta. —Le sonrío a Jonathan, lo ultimo que necesito es a mi hermano paranoico.
Camino hacia la salida del salón, tal vez lo que necesite sea aire. Eso debe ser, estoy demasiado tensa y preocupada por todo lo de mi madre.
Si sigo sin tener noticias, creo que explotaré.
Voy tan distraída que no me doy cuenta cuando choco contra una mujer y sin ser mi intención la lanzo al suelo. Su rostro me resulta conocido, piel extremadamente blanca, ojos y cabello oscuros. La he visto en alguna parte.
—Lo siento. —Digo ayudándola a ponerse de pie.
—Menuda fuerza Señorita Kent.
Espera, espera, para el coche que yo no le he dicho mi nombre, menos mi apellido. Que aquí en la escuela estoy anotada como la Prince.
—Bonito Vestido. —Dice guiándome un ojo.
Estoy a punto de reaccionar y decirle algo. Me mira como si me conociera y quiero saber ¿Por qué?
Pero me detengo al escuchar la voz de Jen.
—«No volverás »—Está hablando por teléfono.
—«Hice un trato con mi madre»—Y esa indiscutiblemente es la voz de Damien. —«Además es lo mejor »
—«Damien»—Susurra y siento como cuelgan.
No, Damien no se puede ir. Seguro estoy malinterpretando algo.
¿Por qué no mencionaron a mi madre?
Camino entre las personas, no me importa parece una desagradable pero tengo que encontrar a Jen, ya en este mismo instante. Y es cuando nos vemos.
Mi ansiedad comienza a crecer a niveles desmedidos.
Una a cada lado del salón, su mirada es tan triste tan apagada y al verme lágrimas comienzan a salir de sus ojos.
Y no son solo por Damien lo sé.
La misión falló.
Me lo grita la cabeza.
El corazón.
El alma.
Mi madre no volvió.
Jen corre hasta mi y me abraza con fuerzas, yo solo puedo aprovechar el hombro de mi amiga para derrumabarme. No tengo a Damien, no tengo a mi madre.
—Lo siento. —Susurra ella. —Tratamos, tratamos con todo. Incluso Constantine buscó su alma para traerla al cuerpo pero fue "Como si nunca hubiese tenido vida".
Eso solo me hace llorar más.
—Lara. —La voz de Jonathan me paraliza. —¿Qué mierdas pasa?
....
Sin palabras de la autora. Por hoy.
Próximamente....
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Por cierto quería hacerles unas preguntas....
¿Qué tanto os gustan los dioses griegos?
¿Quieren saber que pasaría si Atenea desaparece?
Pues no dude en buscar en mi perfil la respuesta... Se encuentra en la historia.
La desaparición de Atenea.
Por cierto gracias a debbie_cavill por el gráfico allá arriba... Ella y sus gráficos son mi mayor inspiración para esta historia.
