—¡Madie, despierta! —la voz de Gabi retumba en mi cabeza, rompiendo el tranquilo sueño en el que me encontraba sumergida.
—Mmm —logro murmurar, aún envuelta en un estado de somnolencia.
—Jayden está en la sala —añade, su voz llena de emoción y urgencia.
De repente, toda mi modorra desaparece y mis ojos se abren de par en par, sorprendida y despeinada.
—¿Qué? —balbuceo, tratando de procesar tan repentino despertar. Mi cerebro todavía no está del todo activo.
—¿Ahora no escuchas, Madie? Jayden está aquí, esperando por ti, y tú sigues durmiendo, pareciendo un espantapájaros.
Salgo de la cama apresurada, pero las cobijas parecen tener vida propia y enredan mis piernas, haciéndome tropezar y caer aparatosamente al suelo.
—¿Qué haces ahí tirada en el suelo? Ahora también te has vuelto torpe —Gabi exclama, con un tono de burla en su voz.
—¡Si no vas a ayudar, lárgate! —respondo enfadada, lanzándole una almohada directamente a su rostro.
—¡En vez de ponerte violenta, alístate! Te están esperando —me recuerda, levantando la almohada y devolviéndome una mirada desaprobadora.
—¿Qué hora es? ¿Cuánto tiempo ha estado esperándome? —pregunté, tratando de recuperar la compostura y controlar mi creciente ansiedad.
—No lo sé, no me molesté en contar los minutos, pero ya son las once de la mañana.
Vaya, definitivamente nos hemos pasado de la hora, pienso mientras me reprocho internamente.
—¿Le dijiste que estoy aquí?
—Claro, ustedes son novios. Además, papá fue quien lo recibió y mamá me mandó a buscarte, así que, por más despeinada que te veas, no podemos fingir que no estás aquí.
—Deja de repetir que somos novios, porque no es cierto —respondo, tratando de ocultar las aceleradas pulsaciones de mi corazón ante la simple mención de Jayden.
—Ustedes se pasan el tiempo juntos, y juntos descubrieron tu pasado. No me mientas. Por cierto, ¿ya se han besado?
—¡Gaby! ¿Qué te ocurre? —la reprendo, sorprendida por su repentina inquisitividad.
—O sea que no se han besado —murmura, su decepción latente en la voz.
—¡Pues claro que no! — mentí descaradamente.
—¡Déjame entender! Han tenido tanto tiempo juntos, solos, y no se han besado —me mira detenidamente, como si tratara de estudiar cada una de mis reacciones —. No lo sé... haré que te creo al cien porciento, entonces, ¿qué tanto han hecho?
—Además de investigar como locos, hemos hablado —respondí fríamente.
—¿Solo hablan como dos ancianos?
—Eres una entrometida, Gabi.
Decido ignorar su presencia y me dirijo rápidamente al baño para asearme y cepillar mi cabello, en un esfuerzo por lucir lo más decente posible al despertar y mostrar mi apariencia más natural.
Al observarme en el espejo, finalmente satisfecha con mi aspecto, me siento lista para salir al encuentro de Jayden.
Bajo las escaleras con extremo cuidado y, al llegar abajo, lo contemplo. Está sentado en el sillón, esperando pacientemente mi llegada.
—Algo me dice que se te olvidó por completo lo que teníamos planeado para hoy. — comentó con una sonrisa.
—Más bien tenía la esperanza de que todos lo olvidaran. —respondí con un tono de sarcasmo.
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Lo Desconocido del Reino
Ngẫu nhiênÉrase una vez, en un reino lleno de intrigas y engaños, donde nadie es quien parece ser; donde la verdad era una joya preciada, reservada para unos pocos privilegiados. En ese lugar, todas las apariencias engañaban, y cada individuo ocultaba secreto...