Mentiras.
Todos somos moldes de mentiras.
Cuanto más borrosas, más suciedad esconden.
***
Un fuerte dolor de cabeza me despertó abruptamente. Luché contra mis pesados párpados y los abrí lentamente. Me encontré en una habitación de colores pálidos que se volvían más nítidos a medida que parpadeaba.
Intenté levantarme, pero un dolor punzante en el interior del codo me detuvo en seco. Torcí la cabeza con dificultad y vi que tenía una vía intravenosa. ¿Qué había sucedido?
Recorrí la habitación con la mirada hasta que me encontré con dos figuras recostadas en un gran sofá a mi izquierda. Aunque solo podía verla vagamente, reconocí a mi madre. Junto a ella, no necesité mirar demasiado para saber que era mi padre, a pesar de que solo lo veía de perfil. Lucían completamente exhaustos.
La puerta se abrió y allí estaba Jayden, su cabello rubio ligeramente despeinado, su nariz perfilada y su mandíbula fuerte. Al verme despierta, se acercó rápidamente.
- ¿Cómo te sientes, preciosa? - preguntó con preocupación.
Mi cuerpo dolía, mi cabeza pesaba, me sentía débil... Iba a responder, pero tenía la boca tan seca que no podía hacerlo. Mi garganta parecía un auténtico desierto. Vi un vaso de agua en una mesita y, con cuidado, me incorporé suavemente en la cama y estiré mi brazo derecho para alcanzarlo.
- ¡Espera! - exclamó mi madre mientras se levantaba, rodeaba la cama y me lo entregaba. Tomé unos sorbos y la sensación del agua deslizándose por mi garganta fue maravillosa. - Voy a llamar al médico - besó mi frente con ternura y luego desapareció por la puerta.
Los recuerdos comenzaron a llegar rápidamente, como imágenes borrosas.
¿Dónde estaba? Estaba segura de que no estaba en un hospital y lo más importante... ¿Por qué estaba allí?
Jayden me ayudó a acomodarme a pesar de los dolores de mi cuerpo y me recosté de nuevo. Se sentó al pie del colchón y me miró pensativo.
Dada la forma en que mi cuerpo dolía con cada movimiento, supuse que había estado inconsciente durante varias horas.
¿Cuánto tiempo había pasado?
El sonido de la puerta me distrajo y vi a mi madre entrar nuevamente a la habitación acompañada de mi padre, quien no tenía idea de cómo había salido sin que me diera cuenta, seguidos por un hombre vestido de blanco. Mis padres se sentaron en el mismo lugar y el hombre se acercó a mí.
- Señorita Johnson, soy el doctor Miller - anunció con seriedad.
Sacó una pequeña linterna y la apuntó a mis ojos. La repentina luz me molestó, pero me acostumbré en unos segundos. Se acercó a mi rostro, revisó mis pupilas y volvió a guardar el dispositivo.
- ¿Cómo se siente?
- Un poco mareada... ¿Qué ha pasado?
- Lo imagino, esos son los efectos secundarios de la sustancia que ingirió - ¿Sustancia? - Le hicimos de inmediato un examen toxicológico y encontramos rastros de GBS.
Si no hubiera estado recostada, seguro que me hubiera caído.
- Doctor, disculpe, pero, ¿no se supone que el GBS provoca una euforia intensa? - preguntó mi padre.
- Esta es una droga muy peligrosa. Para algunos, es simplemente un alucinógeno más, pero para otros es un método eficaz para cometer abuso sexual - hizo una pausa que creó tensión en el ambiente - y no solo eso, esta droga incluso puede dejar a una persona en coma e incluso ha resultado en más muertes que el éxtasis.
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Lo Desconocido del Reino
AcakÉrase una vez, en un reino lleno de intrigas y engaños, donde nadie es quien parece ser; donde la verdad era una joya preciada, reservada para unos pocos privilegiados. En ese lugar, todas las apariencias engañaban, y cada individuo ocultaba secreto...