Una semana antes...
—Ay, mira —me dijo Joshua, dándome un codazo—. Está Jayden. ¡Hola, Jayden!
El susodicho fulminó a Joshua con la mirada desde el porche.
—¿Y qué habéis estado haciendo, si puede saberse? —preguntó con aspereza.
— Ya sabes. Tonterías y travesuras —respondió él con solemnidad—. Siempre.
El frunció el ceño y él brincó hasta el porche y le dio un abrazo. De inmediato Jay le atizó un palmetazo.
—Crees que puedes engatusarme, ¿eh?
—¡Ni pensarlo! —respondió Joshua—. No tengo que engatusarte. ¡Yo soy el favorito del equipo!
—De eso nada —gruñó. Lo pinchó con su arma y añadió—: Venga, vete. Quiero hablar con mi chica.Joshua se fue con una sonrisa triunfante por haber molestado a su jefe. Jayden de limitó a esperar a que yo me acercara.
Jayden posó una mano cálida sobre mi mejilla y me miró intensamente. La suavidad de su palma contra mi piel me transportó a un lugar de seguridad, mientras sus ojos se encontraban con los míos.
-Tú eres precisa y yo soy un estratega, ¿verdad?- sonrió. -Somos un gran equipo- afirmó con la mirada fija en mí. -Siempre nos complementamos y esta prueba solo demuestra lo bien que lo hacemos juntos.
No aparté la mirada de sus ojos y me inundó la confianza que siempre parecía emanar de él, transmitiéndome un mensaje: -Tranquila, estamos juntos en esto.
-Necesito que saques a la Madie terca, retadora y patea traseros, porque la necesitaré-dijo Jayden.
Sonreí y él hizo lo mismo.
-¿Pueden casarse de una vez?- bromeó Logan.
Michael le dio un codazo y él reaccionó.
-Perdón, perdón-se disculpó divertido. -No pude evitarlo.
-Recuerda que ella tiene que casarse contigo, listillo-le recordó Joshua.
Rodé los ojos y volví a mirar a Jayden.
-Hagamos esto.
Presente...
Miré de reojo a Jayden. Lucía indescifrable; si había algún rastro de miedo o incertidumbre en él, nadie más lo sabría. Estaba completamente concentrado, sin perder su seguridad, mientras tomaba su arma.
En cambio, los gemelos Rodríguez estaban rojos de rabia. No podían creer que una chica les hubiera arrebatado todo.
-¡Zorra ingrata!-, gritó Carlos, haciendo que saltara de sorpresa. -¡Y ustedes! ¡Críos de mierda!-miró a Derek y a Logan. -¡Traicionados por mis propios hijos! Y tú-, se dirigió a Jayden, -¡te he criado como si fueras hijo mío! ¿Así es como me pagan? ¡Todo lo que he hecho por ustedes!- Al bajar su mirada hacia mí, cerró los puños y sus ojos se oscurecieron. -¡Voy a matarte! Todo esto es tu culpa- me amenazó. -¡Todo esto es mío! ¡Es mi...!
-Te repito que es mía-, contesté con una sonrisa aún más amplia. -Puedes perder el tiempo en los juzgados y puede que consigas recuperarla, porque sé muy bien cómo tú y tu hermano han creado una fachada perfecta para camuflar esta mafia como una exitosa empresa. Pero ¿sabes qué? Lo bueno de ser la dueña mayoritaria es que puedo jugar con todos esos documentos que tienes escondidos para que nadie los toque y los metan en un lío-. Vi miedo en sus ojos por primera vez. -Oh sí, todos esos trabajitos no muy... lícitos que harían visible la verdadera cara de esta 'empresa'. Imagina que salgan a la luz como principales carteles de drogas, trata de blancas y fraude... No creo que al mundo le guste.
-Son listos, lo admito. Sabes borrar bien sus huellas, pero no tanto. Tengo todo el material para hacerte caer, y nadie te ayudará. Ni siquiera esos cientos de políticos corruptos con los que han sido socios, porque con la mínima ayuda, los hundiré a ellos también. No se atreverán a mover un dedo, y mucho menos si de repente les llegan pruebas de las altas traiciones que les han hecho a ellos, no lo dudarán dos veces antes de darte la espalda, ni siquiera lo pensarán.
El ambiente se llenó de silencio. Noté cómo ganaba el respeto de todos estos soldados que ahora estaban bajo mi mando, y vi cómo los gemelos se retorcían de la ira.
- Vas a caer, princesa - escupió Felipe entre dientes, su voz cargada de rencor.
En respuesta, solté una carcajada, disfrutando de su irritación y sintiendo cómo mi confianza volvía a aflorar.
- ¿Sabes qué? Podría ser así, si no volvieran a caer en el mismo error de ser tan egocéntricos y controladores - me regocijé interiormente, a punto de soltar la siguiente bomba - ¿Quién ha firmado cada trabajo? ¿De quién es cada cuenta? ¿Quién ha dado el visto bueno a cada propiedad en la que habéis blanqueado el dinero? Son tan estúpidos que solo sus nombres figuran en los documentos. Derek y Logan están protegidos, incluso yo estoy protegida. Todos lo están, excepto ustedes.
Felipe y Carlos habían pecado de arrogancia. En cada contrato figuraban sus nombres, todos ellos. Y si los Rodríguez caían, solo lo harían ellos dos. Jamás arrastrarían a nadie más.
- Estás mintiendo - sisearon entre dientes.
Cada vez se mostraban más preocupados, más aterrados. Lo podía calibar por el brillo intenso que se manifestaba en sus frentes.
- ¿Quieren comprobarlo?
Hubo un interminable duelo de miradas, en el que estoy segura de que imaginaban un millón de formas de hacerme pagar.
Pude ver la duda, el miedo y la inseguridad en sus ojos.
Carlos tomó aliento, clavando su mirada llena de odio en sus propios hijos.
- Perra - escupió.
- Pero una más inteligente que tú - le recordé, alzando las cejas - se equivocaron al meterse conmigo. Deberían haberlo pensado dos veces antes de juzgar y subestimar a una mujer. No todas somos fáciles de doblegar.
Apretó la mandíbula con tanta fuerza que parecía a punto de partirse por la rabia.
Me acerqué a ambos, sonriendo triunfante.
- Esperaré con ansias escuchar vuestras sentencias.
Ellos pasaron una mano por sus rostros golpeados antes de sonreír.
- Tenemos todo el país a nuestros pies, nos hemos encargado de comprar a cada uno en esta nación - dijo Felipe, dirigiendo su mirada desafiante hacia todos.
- No piensen siquiera en que pisaremos la cárcel - añadió Carlos.
- Jamás dije que el juicio se llevaría a cabo aquí.
Sus sonrisas desaparecieron por completo y dieron un paso hacia mí con la clara intención de atacarme, pero antes de que pudieran hacerlo, fueron arrastrados lejos.
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Lo Desconocido del Reino
AléatoireÉrase una vez, en un reino lleno de intrigas y engaños, donde nadie es quien parece ser; donde la verdad era una joya preciada, reservada para unos pocos privilegiados. En ese lugar, todas las apariencias engañaban, y cada individuo ocultaba secreto...