Capítulo 22.
Sinceridad.
Johan frunció el ceño cuando intentó, por tercera vez, colocar el zapato con lunares azules en el pie de Cassidy; la pequeña se encontraba dentro de su carrito, con las piernas colgando.
—¿Podrías, por favor, dejar que lo ponga en su lugar?— exclamó el lobo.
Ella solo hizo un ruido extraño con los labios y agitó más los pies.
Johan suspiró rendido y guardó el calzado en el compartimiento inferior del carrito; al fin de cuentas, ¿para qué necesitaba zapatos un bebé? Era algo absurdo, si se lo preguntaban.
La brisa de la tarde era agradable, y lo mejor era la sombra que brindaba el árbol a unos pocos metros.
Ese día, Johan había ido al apartamento de Duncan y Jared después del almuerzo, y bueno, aunque no lo admitía en voz alta, Cassidy en verdad le agradaba; y era extraño, es decir, no podía explicarlo pues no era como si se pudieran comunicar siquiera. Además, estaba el hecho de que nunca había convivido con niños pequeños, en su familia no había cachorros y pues, casi toda su vida la había pasado entre adultos.
Jared aún estaba convaleciente y fue evidente para Johan que Duncan, al menos en ese momento tenía las manos llenas: Cassidy y Jared estaban bajo su cuidado, aunque este último decía que no era necesario y qué el mismo podía servir su propio jugo, Duncan fue hasta la cocina, tomó un vaso del estante y luego halló en el frigorífico la bebida para su esposo; en cambio, Cassie parecía inquieta dentro del corral en la sala de estar, pues ni el televisor parecían entretenerla, ella parecía rebotar de esquina a esquina en ese cuadrilátero delimitado por tela de red, arrojando algunos juguetes fuera del perímetro.Fue entonces que Johan, sin pensarlo demasiado, es más, sin pensarlo siquiera, se ofreció a dar un pequeño paseo con Cassidy.
—¿Estás seguro?— había preguntado Duncan, algo dubitativo.
—Oh, vamos, no es como si fuera a ir con ella muy lejos, solo daremos una vuelta por la manzana; además, aún falta varias horas para que anochezca—, añadió lo último en caso de que pensara que los monstruos aquellos pudieran estar merodeando; algo imposible por la hora del día, además de la ubicación del edificio, que estaba rodeado de parques, jardines y otras construcciones que fungían como viviendas, así que siempre había gente yendo y viniendo; a pesar de que el suceso había sido reciente, los cazadores estaban descartados, pues era poco probable que alguno se arriesgara a atacar con testigos.
Duncan miró hacia el pasillo, por donde Jared se había dirigido a su habitación; luego, volvió su atención de nuevo a Johan; el más joven levantó una ceja, en espera de su respuesta.
Y bueno, ahora estaba allí, tomando el aire fresco, en una banca a unos metros de la entrada principal del edificio donde residían.
Cassidy levantó los brazos hacia Johan y soltó algo como una risa, una llena de saliva. El lobo la miró y tomó del compartimiento lateral del bolso que colgaba del carrito, una toalla suave y con dibujos de patos amarillos. Luego, sacó a Cassie del carrito y la sentó en su rodilla para limpiarle las mejillas.
—Estás hecha un desastre— exclamó, antes de comenzar a frotar con cuidado la tela en el pequeño rostro.
Cassie balbuceó y se retorció tratando de evitarlo, pero Johan no iba a permitir que se saliera con la suya esta vez, por lo que insistió hasta que las mejillas de la niña estaban lo suficientemente secas.
—Listo, ¿ya ves que no fue tan malo?— le habló de nuevo; pero Cassie pasó de él, pues algo llamó su atención, se quedó quieta mientras miraba con curiosidad más allá de su cuidador.
![](https://img.wattpad.com/cover/128307766-288-k518943.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Starlight
WerewolfUna noche, Dafne recibió una llamada inesperada de Rita, la hermana menor de su difunto esposo, solicitando ayuda debido a que las manadas cercanas a la suya estaban siendo atacadas. Según la evidencia, desde hace un par de meses, varios cachorros h...