Capítulo 6.
Heridas.
Mauricio escribió en el cuaderno sus recientes observaciones, miró sus propios trazos y permaneció pensativo, mordiendo su labio inferior.
Si bien, esto ya lo había leído antes en los libros del médico Enrique, aún le parecía increíble. Dejó sus notas y fue hasta el otro lado de aquél lugar, en el estante donde estaban los manuscritos de Enrique. Algunos de ellos habían pasado por sus manos hasta tres veces, así que tomó el que supo le serviría. Comenzó a pasar las páginas, el papel era amarillento en algunas partes, pero la tinta era completamente legible; entonces, antes de llegar al apartado que deseaba, se detuvo justo donde estaba aquél dibujo, ese que en un principio llamó mucho su atención, pues le recordaba a las fotografías del Antiguo Egipto que alguna vez vio en museos.
—El lycan.
Mauricio estuvo a punto de dejar caer el cuadernillo cuando escuchó la voz de Sirhan; giró para mirarle con una expresión seguramente delatadora.
—Lo siento— se disculpó Sirhan, —la puerta estaba abierta, no fue mi intención sorprenderte—, bajó un poco la cabeza.
—Oh, no, descuida— Mauricio aún no se acostumbraba a los "tratos especiales" que algunos lobos le ofrecían, jamás lo haría, —estaba distraído, no te escuché llegar.
Sirhan se enderezó y miró de nuevo, sin disimulo, el manuscrito que Mauricio aún sostenía.
El más joven claramente lo notó y decidió preguntarle, —¿así es como se llama, lycan?— era una figura humanoide, al menos del cuello hacia abajo, pues la cabeza claramente evocaba a un cánido.
Sirhan ladeó un poco su rostro, —sí, era conocido por nuestros antepasados.
—¿Es un cambiaforma?
—En esencia, sí—, Sirhan extendió la mano, solicitando silenciosamente el manuscrito, el otro se lo ofreció.
—Como sabes, nosotros poseemos dos formas: humana y animal— explicó Sirhan, mientras miraba minuciosamente y tocaba con la punta de sus dedos el dibujo, —cuando estamos en nuestra forma lobo, la parte humana queda relegada a algún rincón de nuestra consciencia; cuando cambiamos por primera vez suele ser doloroso y el comportamiento salvaje predomina— dejó de mirar el papel y centró su atención en Mauricio, —es con entrenamiento constante que logramos cierto equilibrio entre la parte humana y animal.
El joven veterinario asintió, él había escuchado sobre ello: en la manada de Rilltown, Julián tenía un buen control de su lobo, pero Duncan más, mucho más.
—El lycan— continuó Sirhan, —es un cambiaforma especial, él no solo tiene pleno dominio de su parte humana y animal, sino que puede controlar la transición y permanecer en el punto intermedio— le enseñó el dibujo, señalando el cuerpo y luego la cabeza; —es, literalmente, mitad humano y mitad animal.
Mauricio iba a preguntar un poco más sobre su naturaleza, pero cayó en la cuenta de algo, —¿has dicho que era conocido?
—Sí, hace varios siglos atrás.
—¿Como sucedió en el Egipto antiguo?— Mauricio fue específico.
Sirhan asintió, —la egipcia es la civilización más popular que ha registrado su existencia; el lycan era conocido como uno de los dioses más antiguos, se creía que guiaba a los muertos al más allá, iluminando su camino con la luna.
—Pero, ¿qué no era un dios con cabeza de chacal?— de lo poco que podía recordar, Mauricio remembraba en los relatos la cabeza de chacal, no de lobo.

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Starlight
WerewolfUna noche, Dafne recibió una llamada inesperada de Rita, la hermana menor de su difunto esposo, solicitando ayuda debido a que las manadas cercanas a la suya estaban siendo atacadas. Según la evidencia, desde hace un par de meses, varios cachorros h...