Esperanza.

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Capítulo 34.

Esperanza.

Duncan sabía que Mauricio se había obsesionado con unas notas viejas y que había hecho algunos experimentos. Bueno, no estaba seguro de que la palabra obsesionado fuera correcta; pero lo que le acababa de explicar no dejaba mucha duda de ello. Incluso la doctora Glenna parecía convencida de los hallazgos.

De los presentes, sobre todo Noah lucía ligeramente aturdido por lo que recién él también había escuchado.

—¿Estás seguro?—, preguntó Duncan.

—Bastante seguro, es posible que funcione— dijo Mauricio, y luego miró a Glenna.

—Las enzimas que Mauricio ha logrado aislar, sumado a los componentes de los injertos que ha cultivado, sin duda han dejado boquiabierto al equipo médico— expuso la doctora, —esta sustancia, en el organismo de un cambiaforma, acelera la curación y la hace más efectiva, no solo en una herida cutánea evitó que hubiera infecciones de los rápida que es, sino que incluso contribuyó a la cicatrización y la producción de glóbulos blancos de manera sorprendente.

Mauricio había explicado algo sobre la regeneración; que una vez que la sustancia entraba en el sistema, al llegar el torrente sanguíneo "hacía su magia". En resumen, así lo había entendido Duncan, porque le era difícil ponerse al día con tantos términos médicos.

Pensativo, Duncan se frotó el rostro, echando su ya largo flequillo hacia atrás mientras se removía en su lugar en el sillón. A un lado estaba Noah y al otro Mauricio; Dafne ocupaba una silla mientras los demás se encontraban de pie, también escuchando.

Aunque Glenna se notaba optimista acerca de los resultados obtenidos en sus observaciones, al principio también dejó claro que las pruebas que había logrado realizar con Mauricio justo habían sido solo eso, pruebas experimentales; además de que el tamaño y la cantidad no habían sido suficientes para dar un margen de eficacia lo suficientemente certero; pero tampoco podían descartar la posibilidad de éxito.

Si tuvieran más tiempo, podrían hacer más pruebas y tal vez así reducir margen de error. Pero tiempo era lo que no tenían.

Se dejó caer en el sofá, apoyándose en respaldo y resopló, no se había dado cuenta de lo rígido que había estado hasta que descansó su espalda en la superficie blanda.

Duncan se preguntó si estaría bien dar su aprobación para que Jared fuera parte de este tipo de experimento; aunque tampoco tenía muchas opciones y lo peor que podría pasar ya estaba sucediendo, a cada hora que transcurría, Jared dependía más de las máquinas a las que estaba conectado.

Un vaso con agua apareció en su campo visual, era Lucian quien le ofrecía el fresco líquido. Duncan le miró y notó que él siempre había estado allí todo este tiempo, al lado de Noah; Lucian era un alfa, pero en ocasiones el hombre probablemente a propósito pasaba desapercibido para los demás, él solo estaba allí, siempre al lado de su compañero; igual como él deseaba siempre estar junto a Jared.

Decidido, aceptó el vaso y tomó el agua; pero mientras el líquido fluía por su garganta una duda surgió.

—Jared está en coma—, dijo Duncan mirando a Mauricio y luego a Glenna antes de preguntar, —¿cómo sería administrada la sustancia?

Glenna respondió, —tendríamos que sintetizarla para que ingrese a su organismo directamente por vía intravenosa.

Duncan rascó su cicatriz ocular y exclamó, —¿y hacerlo así no lo haría menos efectivo? Dijeron que los resultados de las pruebas mostraron que sería mucho más seguro si es ingerido, así que supongo que sería mejor si ese proceso de sintetización que mencionan se da de manera natural, ya saben con ayuda del sistema digestivo—, contrario a lo que podía parecer, a su manera Duncan en realidad sí estaba prestando atención, y sus dudas eran genuinas.

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