Capítulo 9
Rescate.
Aviso: El capítulo puede contener escenas fuertes e impactantes; se recomienda discreción.
Cameron sintió que se le hacía difícil respirar, abrió los ojos con pesadez y trató enfocar su mirada para averiguar qué era en realidad ese bulto encima de él; pero estaba demasiado oscuro. Intentó mover aquello que le estaba aplastando, al menos para que pudiera respirar mejor, entonces debido al esfuerzo notó un dolor punzante en el tobillo izquierdo y uno mucho más fuerte en la pierna derecha; siseó de dolor y continuó empujando hasta liberarse de aquel peso, notando que era un cuerpo.
Los recuerdos llegaron a su cabeza de repente: él había ingresado a la cueva, Johan le siguió yendo en contra de su mismo consejo; Cameron le ignoró y pensó en investigar un poco, sin embargo, descubrió que la dichosa cueva solo era un callejón sin salida de algunas decenas de metros; eso le estaba informando a Jared por medio del intercomunicador cuando el lugar se "desfondó"; al parecer estaban parados sobre unas tablas viejas que bloqueaban el acceso a una caverna, tan profunda que ahora estaba en penumbras, o tal vez había estado inconsciente por varias horas y ya era de noche. Miró su reloj de pulsera para confirmarlo, la pantalla tenía un brillo fluorescente que se notaba en la oscuridad; apenas eran las nueve de la mañana.
—¿Johan?— exclamó, su voz hizo eco, pero no hubo respuesta. Agudizó sus sentidos, tratando de ignorar el latido de su propio corazón y el dolor que se estaba incrementando en sus extremidades inferiores; solo entonces pudo escuchar la respiración de su primo y el aroma a sangre.
Cameron tanteó en la penumbra hasta encontrar el rostro de Johan, tocó su nariz y sus pómulos, sintiendo algo húmedo y viscoso; siguió ascendiendo con mucho más cuidado hasta que llegó a su sien, donde dedujo que brotaba la sangre.
Con cuidado, y como le fue posible, tiró de él hasta colocarlo en una posición menos incómoda, sus ojos ya se estaban acostumbrando a la penumbra. Intentó mover las piernas descubriendo que la derecha no le respondía en lo absoluto y por eso comenzó a desesperarse, pero el quejido de Johan a su lado le hizo calmarse de nuevo: no debía caer en pánico, en la situación actual él era el único que los podría sacar de allí.
"Vamos, piensa, Cameron", se animó a sí mismo, y una vez que despejó su mente, se le ocurrió buscar entre el cuello de su propio chaleco el interruptor del intercomunicador.
—¿Jared, Jacob?—, llamó.
Hubo un ruido de interferencia, luego la voz apurada de Jared, —¿Cameron?, ¿Dónde están, ¿qué sucedió?
—Bajo tierra, caímos por el acceso a una caverna y...—, miró alrededor para informar, —parece profunda— luego tragó saliva y añadió; —Johan está inconsciente y creo que yo me rompí las piernas.
Jared maldijo, después exhaló y explicó, —iremos hacia el auto, hay unas cuerdas en el maletero; aguarden.
Cameron estuvo a punto de decir, "claro, no es como si pudiéramos ir a otra parte"; pero se lo calló, no era el momento para bromas estúpidas, aunque lo que fuera sería bueno para distraerle del dolor que cada vez le invadía más.
Para entretenerse buscó en sus bolsillos, estaba seguro que había guardado medio paquete de goma de mascar; por fin lo halló en el bolsillo diminuto del lado izquierdo. Apenas estaba por masticar uno de ellos cuando sintió a Johan moverse a su lado al mismo tiempo que se quejaba.
—Ey, ¿qué tal tu siesta?— preguntó Cameron.
Johan le gruñó con molestia y después se frotó la sien, descubriendo la sangre en su rostro.

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Starlight
Loup-garouUna noche, Dafne recibió una llamada inesperada de Rita, la hermana menor de su difunto esposo, solicitando ayuda debido a que las manadas cercanas a la suya estaban siendo atacadas. Según la evidencia, desde hace un par de meses, varios cachorros h...