Capítulo 37.
Lobo.
Noah abrió los ojos de repente, mirando hacia las sombras que se reflejaban en el techo y parte de las paredes. No estaba totalmente oscuro, la luz tenue del pasillo entraba a la habitación.
Su corazón latía rápido, así que trató de apaciguarlo tomando respiraciones profundas y con calma.
—¿Tuviste un mal sueño?—, la voz de Lucian a su lado fue rasposa.
—Lo siento, no quise despertarte—, se disculpó.
—No lo hiciste— respondió tirando de las sábanas para salir de la cama y dirigirse fuera de la habitación.
La mente de Noah tardó en comprender lo que sucedía, solo atinó a sentarse en la orilla del colchón cuando vio a Lucian regresar con un vaso de agua en la mano.
—Mentiroso—, murmuró antes de tomar un sorbo; porque claramente había interrumpido el sueño del hombre.
Lucian sonrió, sus ojos adormilados miraban con afecto a su compañero.
—Lamento haberte despertado—, se disculpó de nuevo cuando hubo bebido la mitad del líquido y dejó el vaso en la mesa de noche.
—No te preocupes por eso—, exclamó al sentarse a su lado, rodearle los hombros con el brazo y atraerlo hacia él; le besó la sien y preguntó: —¿fue muy malo?
Noah sacudió la cabeza en negación.
—¿Quieres hablar de ello?
Noah suspiró y se apoyó en Lucian, —no tuvo mucho sentido, tampoco fue algo aterrador; solo lo sentí demasiado real.
Los extraños sueños habían estado ocurriendo con mucho menor frecuencia y mucho menos espeluznantes. En sus sueños había un bosque, un lago y el cielo estrellado con, lo que suponía eran dos lunas. Lo que aún sorprendía a Noah, y le dejaba el corazón latiendo desenfrenado, era cuando sentía las ramas y piedras bajo sus pies desnudos, la lluvia, la brisa, los aromas y los sonidos en el ambiente; todo era, como había dicho, demasiado real. A veces era como si, literalmente, estuviera allí; como hacía unos instantes, cuando se encontró a sí mismo corriendo a toda prisa entre las altas hierbas.
Lucian se llevó una mano a la boca tratando de contener un bostezo.
Oh, cierto; Noah cayó en la cuenta: después de haber sido dado de alta del hospital, y cuando sus amigos estuvieron fuera de peligro, Lucian había tenido varias cosas que solucionar en la tienda, algunas reparaciones y demás. Hoy en particular había sido un día ocupado, y ahora Noah estaba aquí, quitándole preciosos minutos de descanso.
Ondeo la mano, tratando con ese gesto de restarle importancia a sus últimas palabras y agregó, —pero ya, olvídalo, será mejor irnos a dormir.
Lucian lo miró indeciso, en ocasiones anteriores se quedaban despiertos hasta que los recuerdos más significativos del mal sueño se esfumaban.
Pero Noah pidió; —¿podrías abrazarme?, así podré dormir de nuevo.
Lucian no podía negarse, así que le empujó con suavidad, ambos se recostaron y rodaron un poco hasta que los dos se acomodaron sobre su costado. Abrazó a Noah por la espalda, pasando el brazo izquierdo sobre él hasta pegarlo a su pecho y entonces la palma de su mano descansó sobre el abdomen de Noah; luego, besó el hombro de su compañero.
Noah se sintió cálido y protegido. Esa posición era su favorita para dormir, para hacer el amor, o simplemente para pasar la tarde acurrucados, hablando de su día.
Acarició el brazo que le envolvía, hasta llegar a la mano de Lucian, aquella mano que había perdido el meñique tras el altercado. Entrelazó sus dedos y trató de dormir; y aunque el sueño no lo reclamara de inmediato, estaba tranquilo abrazado por el aroma a dulce vino que tanto amaba.
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Starlight
WerewolfUna noche, Dafne recibió una llamada inesperada de Rita, la hermana menor de su difunto esposo, solicitando ayuda debido a que las manadas cercanas a la suya estaban siendo atacadas. Según la evidencia, desde hace un par de meses, varios cachorros h...