Capitulo 35

2.1K 207 67
                                    

Taylor

Se suele decir que contar lo que tanto tiempo llevas guardado y lo que tanto tiempo te lleva abrumando, es liberador y tranquilizante, pero, ¿Cómo no me senti así?, ¿Por qué siento más miedo ahora que antes?

—¿Que piensas de haberlo contado?.—me pregunto la Lara, la psicóloga a la comencé a ver cuando me di cuenta de que todo estaba volvió a parecerme enorme y angustiante. Ella se encontraba en frente de mi, estudiándome con la mirada y con un cuaderno apoyado en sus piernas. Observé la silenciosa sala que tenía algunos juguetes terapéuticos y luego volví la mirada hacia ella mientras iba reuniendo las palabras para responder a ello.

—Siento controversia.—admití

—¿Por qué?.—pregunto cruzando las manos sobre su regazo

—Porque no me siento mejor, me siento ansioso y con miedo.

—Taylor se que la reacción de ella asusta, porque crees que todo se ha arruinado, pero debes darle tiempo. Es una persona a la cual también le han pasado cosas y que escuchar este tipo de situaciones la toman por sorpresa, pero debes enfocarte en ti ahora.

—¿Y como hago eso si ella es lo que más me importa?.

—Pueden intentar que el pensamiento de que ella esta analizando las cosas, te tranquilice

—Juro que lo intento, pero temo que todo se siga arruinando.—dije mientras tomaba uno de los juguetes. Lara se puso de pie y comenzó a caminar por la sala

—¿Como es ella?.—pregunto. Yo permanecí en silencio por unos segundo, porque estaba intentando hallar las palabras correctas para definir a la chica que me hacia sentir tantas emociones y que me hacia reír con sus palabras o con una simple sonrisa curvando sus labios

—Esta loca.—articule con una sonrisa traviesa, ella me observo detenidamente mientras que yo me inclinaba hacia adelante apoyando mis codos en mis rodillas.—Pero es ese tipo de locura que, te transporta a otra dimensión, es raro y maravilloso a la vez.—continué con un tono tranquilo. Pase mis manos por mis rodillas mientras que, en mi cerebro se iba materializando su rostro y su maravillosa sonrisa

«¡dios la extraño tanto!»

—¿Que sientes cuando la observas?.—pregunto,

—Es una sensación extraña, es como entre temor y maravilla.—respondí

—¿Por qué sientes temor al verla?.—pregunto frunciendo el ceño y ladeando ligeramente la cabeza para hacer más notoria su intriga

—Es muy impulsiva y en parte la entiendo, porque yo era así o quizás aún lo soy. El punto es que, temo que salga herida o que la lastimen, pero se ve tan capaz y fuerte, y ha pasado por mucho que, verla ahí de pie, mostrando una sonrisa ante las peores situaciones me maravilla y me asusta a la vez.

—¿La amas?.—su pregunta me causo extrañeza, porque era muy obvia la respuesta: que sí, que la amo de una manera inimaginable y que la necesito más que nada

—Sí.—respondí mientras asentía

—¿Le temes?.—pregunto haciendo que soltará una carcajada

—No a ella, pero le temo a qué se siga haciendo daño y que lo que algún día estuvo apunto de pasar se cumpla.—aclare tensado mi mandíbula tratando de ahuyentar la imagen mental que estaba teniendo de ella en un momento horrible.

—Entonces, ¿a qué le temes?.—pregunto nuevamente la mujer. Le dedique una mirada confusa y ella simplemente asintió como si supiese perfectamente mi respuesta

El amor se asemeja a una drogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora