Capitulo 34

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Ronny

Me quede pensando en Izzi por unos minutos, en su vida, y en lo mal que la tenía esa relación. Cuando esa relación comenzó el estatus de Izzi subido mucho en esta escuela, pero a ella jamás le intereso eso, jamás le intereso ser popular aunque tenía todas las de serlo, pero ahora todo era distinto, porque las peleas entre ellos eran más frecuentes y eso solo hacia que mi odio por él creciera aún más. Nos conocíamos desde primer años, y sí, él fue quien me denomino aquel apodo, que con el paso del tiempo paso de boca en boca. Él fue quien se encargo de esparcir el rumor de la muerte de Henry. Él fue el idiota que amargo la mayoría de mis días el año pasado, así que es por eso que lo odio tanto, odio su cara, su forma de ser, y los más terrible: odio como trata a la persona que más me importa en el mundo.   

Aún seguía en el salón, ya que me distraje con los mensajes de Taylor y su foto demostrando el dolor que sentía por el juego, pero luego no hubieron más mensajes que responder, así que comencé a ordenar unas últimas cosas antes de que comenzara la estampida de alumnos en los pasillos, por el cambio de salón. Me puse de pie, me puse mi mochila en la espalda y cuando creí que nada podría detenerme, Mía apareció ante mi para contradecirme aquel pensamiento

—Mía, hola.—salude con cortesía, aunque su expresión no fuese de las mejores  

—¿Tuvieron sexo?.—si su miradas se me hacia confusa, esto me dejo aún peor. Con el ceño fruncido trate de entender a que venia eso.

—¿Disculpa?.—pregunté con cortedad. Ella mostró una sonrisa torcida y se sento en uno de los puesto de adelante

—Tú y Taylor, ¿ya se acostaron?.

—Espera un segundo, ¿a que diablos viene todo esto?.

—Bien, asimilare que sí, pero te diré una cosa, él no es el chico que crees.—dijo

«¿qué diablos le pasa?».

La mire con furia, porque en verdad no entendía nada

—¿De que hablas?.—pregunte, ella suspiro, dio unos cuantos pasos hacia mi y luego intensificó la mirada con una expresión malévola.

—Hablo de lo hipócrita que es tu novio.

—Oye en verdad me gustaría entenderte, pero esta claro que no estas siendo sensata al respecto.—dije y pase por su lado, para evitar lo que haya sido eso, pero ella me detuvo tomándome del brazo. Me zafe de su agarre, pero me quede inmóvil

—Taylor es mi ex novio, fuimos a rehabilitación juntos.—antes me quede inmóvil, pero ahora me quede en estado de chock

«¿qué acabo de oír?, ¿que pasa, por qué no soy capaz de articular palabra?».

Mía seguía en su postura, pero yo aún no lograba comprender, y con un nudo en la garganta, entreabrí los labios

—¿Qué?.—tartamudee. Ella sonrió como si estuviese disfrutando de aquello, se dio unas vueltas a mi alrdedor como tiburón acechando a su presa, y luego volvió a mi anonadada expresión

 —Déjame adivinar, te contó la triste historia de que su padre los golpeaba al igual que a su madre, ¿no es así?. Bueno, esa es una parte de la historia, la otra parte es peor.—mis manos comenzaron a temblar al igual que mi mentón, pero lo presione con fuera para no mostrarme débil ante ella mientras que, en mi cabeza imaginaba a Taylor y su reservado pasado, el cual emitió a la hora de contarlo.—Era un maldito adicto que, ni siquiera podía mantenerse en pie y ahí me conoció. Hasta que fuimos a rehabilitación, pero luego el muy imbécil se recuperó y me dejó ahí, sola.—ya no quería oírla más, me estaba quebrando por dentro, pero en mi cabeza todo era una controversia, porqué necesitaba unir cabos sueltos, y para ello necesitaba saber más.

El amor se asemeja a una drogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora