Capitulo 17

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Taylor

—¿Que haces aquí?.—pregunté volviendo a acomodar mis pantalones. Ella no respondió, ya que las carcajadas se lo impedían, me voltee hacia ella cuando estuve presentable y reí al ver  encontraba recostada  en la bañera.—¿Qué haces ahí?.—pregunté con la esperanza de recibir algo relevante, porque al verla ahí, todo me parecía irrelevante y confuso. La chica se apoyo en el borde la bañera aún con la sonrisa en el rostro y luego dejo que sus brazos colgaran del borde

—Estaba pensando, ¿tú qué haces aquí?.—pregunto dejando que su mejilla tuviera contacto con el borde la bañera, con sus ojos fijos en mi

—Bueno, yo quería orinar, pero con una chica en la bañera no creo que sea muy apropiado.—dije, pero eso llevo a que ella se riera aún más y más fuerte. Eche un vistazo a la puerta y luego volví a mirarla; se había sentando un poco más y se había llevado las rodillas al pecho

—Necesitaba salir de ahí.—musito y me di cuenta de que no estaba bien, no estaba drogada o descolocada, solo tenia miedo y estaba deseosa todo lo que se estaba consumiendo afuera

—¿Puedo?.—pregunté señalando el otro extremo de la bañera. Ella asintió y comencé a meterme, pero no era lo suficientemente grade como para que encajáramos a la perfección

—Espera, tú deja caer tus piernas y yo abrazare las mías.—propuso y la verdad que si funciono y aunque no quedamos del todo cómodos, era tolerable. Nos quedamos en silencio unos segundos hasta que comencé a sentir la tensión en ella.—¿Qué?.—pregunto con un pequeño rastro del ataque de risa que había presenciado a se unos minutos atrás

—¿Estas bien?.—pregunté, ya que la notaba un poco inquieta y al ver que en su muñeca tenía marcas como si se estuviese pellizcando. Ella noto que la veía y se cubrió la muñeca con el puño del suéter

—Sí.—respondió con una sonrisa torcida, pero las lágrimas que estaba intentando retener la delataban por completo

—¿Segura?.—persistí y aunque sabia que no lo estaba, quería que ella me lo dijera y cuando ya no pudo más, cuando una lagrima cayo por su mejilla, supe que había llegado al punto máximo

—No, no estoy bien, siento que todo me esta consumiendo, siento que el corazón se me saldrá por la boca y… y yo creí que estaba bien, creí que podría con esto, pero no puedo. No puedo contra mi propia mente y eso me asusta, me asusta muchísimo.—sus manos temblaban y se oía tan alterada que no me costo entender que estaba teniendo un ataque de ansiedad

—Ronny mírame, mírame.—dije tomando sus manos, que se encontraban frías y temblorosas. Ella tuvo la reacción de presionar las mías, pero, su mirada aún seguía perdida en lo que fuese que estuviera pensando.—Respira, solo es un ataque de ansiedad y eso hace que sientas esa presión en el pecho.—trate de explicarle, ya que eso me aliviaba cuando yo los tenía. Ronny asintio en silencio y comenzó a intentar respirar

—¿Como lo sabes?.—pregunto con dificultad y mirándome fijamente con los ojos llenos de lágrimas y con una tonalidad roja alrededor

—Solo lo sé.—respondí tratando de evadir el hecho de que también las padecía y por el mismo motivo que ella: dependencia a las sustancias

Después de unos minutos, ella estiró sus piernas hasta que se entrelazaron con las mías, echo su cabeza hacia atrás y la apoyo en la baranda soltando un suspiro que tal vez alivio sus pulmones

—¿Mejor?.—pregunté al notar que estaba más calmada. Ella me observo y luego asintió

—Te veías sexy con un cigarro en los labios, acostado.—dijo mientras encogía las piernas. La miré sorprendido, ya que no me había dado cuenta de que habíamos estado en la misma habitación y mucho menos que me había visto

—No es algo que suela hacer con frecuencia.—dije desviando la mirada hacia el escaso reflejo que daba la cerámica de la pared

—Cállate.—dijo con una expresión burlesca. Fijé mis ojos en mis manos y suspiré para evitar el tema

—Juguemos a preguntas y respuestas.—propuse para romper el hielo. La chica frunció el ceño, pero no se negó, así que di por hacho de que si quería.—Yo empiezo—dije, miré hacia el techo del baño mientras intentaba buscar alguna pregunta para ella.—¿Color favorito?.—pregunté volviendo al contacto visual

—El verde, pero no el fuerte. Me gusta el verde olivo.—respondió inmediatamente

—Lindo.—comenté arqueando las cejas. Ronny se dejo un mechón de cabello tras la oreja y sonrió

—Bien, ahora yo.—dijo dejando a la vista unos pendientes de pájaros luego de arreglarse el cabello, los cuales miré fijamente hasta que ella interrumpió la concentración que tenía en ellos.—¿Por que fumas?.—esa pregunta no la vi venir, creí que preguntaría algo básico, pero era obvio, viniendo de Ronny Coleman, todo era incierto. Suspire para crear mi repuesta para que fuera convencible, ya que no quería hablar sobre mis adicciones

—No lo sé, supongo que es relajante.—reconocí, ya que era cierto; me relajaba bastante esa sustancia, pero tampoco era como que fuese un sustento de vida, solo era por algunos momentos, bueno, eso es lo que pienso ahora

—¿Qué estimulo crearías?—continuó, dejando atrás el hecho de que era mi turno de preguntar, pero para no estropear el momento, me dispuse a responder

—Cuando todos estén en contra tuya, recuerda que los aviones despegan con el viento en dirección contraria y aún así pueden volar, así que no dejes que te detengan, pero lo más importante, no permitas que ese viento seas tú.—dije y ella me miro fijamente como si no supiese que decir. La miré y le levanté una ceja para que dijera algo.—Tú turno.—dije, ya que me daba curiosidad su respuesta

—Cuando la sociedad te critica o te humilla, es porqué saben perfectamente lo que vales y lo inteligente que eres. Pero son demasiado rencorosos y envidioso para aceptarlo.—dijo mientras sus ojos castaños me miraban atentamente. Esa frase tenía tanto sentido, tantos mensajes detrás y era obvio que esa frase se refería a ella; estaba tan triste y quebrada que sus ojos, que en algún minuto brillaban de felicidad, ahora simplemente reflejaban tristeza y remordimiento. Remordimiento por lo cruel que fue la vida y tristeza por no poder dejar de sentirse culpable
Nos quedamos en silencio unos segundos y ella suspiro, reclino su cuerpo hacia atrás y comenzó a mover sus dedos por la baranda de la bañera como si fueses diminutos pies, era el típico juego que hacíamos de pequeños

—¿Animal favorito?.—pregunté haciendo que el pequeño silencio que se había formado se evaporara. Ella iba a responder hasta que la puerta del baño se abrió abruptamente. Ambos nos exaltamos y miramos hacia la dirección

—Aquí estás, te he estado llamando.—dijo Izzi mientras íbamos apreciando como la calma se apoderaba de ella

—Lo siento, mi teléfono murió.—explico Ronny después de echar un vistazo a la pantalla de este

—Vámonos, es tarde.—dijo Izzi y pude sentir su mirada sobre mi. Ronny se incorporo con lentitud, Izzi salió primero, pero ella se quedo de espaladas mirando la puerta.

—Me gustan los pájaros.—dijo mirándome sobre su hombro

—¿Por qué?.—pregunté mirándola fijamente. Ronny se dejo un mechón de cabello tras la oreja y sonrió 

—Porqué tienen el privilegio de volar y de escapar de sus problemas?—dijo y luego se volteo hacia mi, expandió su sonrisa y salió por la puerta caminando de espaldas.

El amor se asemeja a una drogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora