Las Paredes Hablan

22 1 0
                                    

Corremos y corremos sin mirar atrás.

De repente: más gritos, y con ellos llegan las lágrimas.

Tengo miedo, pero no puedo hacer nada.

Cómo soy la más rápida, llego la primera hacia la puerta e intento abrirla. Y veo un acertijo grabado en la propia piedra:

"Espera y desespera. Grita y llora. Haz lo que harías si te dieras por vencido"

Grito, lloro y doy patadas a la puerta (ya que es lo que haría si me desesperara, cosa que me está ocurriendo ahora por mucho que lo niegue).

Miro hacia atrás: Blake, cojeando, está corriendo con todas sus fuerzas; Lucy, llorando, dándose toda la prisa que puede; Hugo, agotadísimo, no se rinde; Jake, sin darse por vencido, está ayudando a los alemanes para que dejen los cuerpos de sus amigos porque ya no pueden hacer nada por ellos...

Y entonces, lo veo. Lo peor que me ha ocurrido en la vida, y me está sirviendo para darme cuenta de lo buenísima persona que es Jake y de lo mucho que ayuda a los demás.

Creo que me estoy enamorando de él...

Entonces, en la mayor de desesperación que he tenido nunca, pego un grito. Pero no un grito cualquiera, si no uno que hace que todos me miren y que todo el túnel retumbe. No ha sido buena idea venir aquí, he puesto a todos en peligro.

Y... la puerta de piedra se abre.

-¡Corred!-vuelvo a gritar con toda mi alma a mis amigos.-¡Podéis llegar!

Y por fin, lo consiguen. Van llegando y metiéndose a dentro de la pared de piedra.

Y cuándo estamos todos, empujamos con todas nuestras fuerzas para cerrar las puertas de roca. Y éstas, hacen un gran estruendo al cerrarse.

Lo conseguimos... (más o menos).

-¡Hijos de puta!-grita Lucy, intentando recobrar fuerzas, al techo.-¡¿Por qué nos hacéis esto?! ¡¿Qué coño os hemos hecho?!

Y hay un gran silencio hasta que cojo aire para responderla.

-Déjalo, Lus.-contesto.-No te van a responder las paredes.

Y otro silencio vuelve a inundar la especie de habitación de piedra en la que estamos. Pero entonces, ésta nos responde:

-VIVIR.-se oye decir a alguien con una voz tosca y seca que no es de ninguno de nosotros.

Es cómo si las paredes hablaran.

-Ah, bien.-dice Lucy.-Pues si lo único que hemos hecho ha sido vivir, ¡pues no pienso renunciar a mi vida para dársela al gilipollas que está detrás de esto!

-Lus, tranquila, no queremos que nadie más muera.-contesta Hugo.

-¡Sí hombre!-responde ella.-¡Pienso darle un tiro en la cabeza al idiota que está matando a mis amigos! Venga, ¿dónde está el siguiente acertijo de mierda?-insiste buscando por las paredes.

A penas se ve nada. Sólo distingo figuras y sombras; el resto es oscuridad.

Entonces, me pongo junto con Lucy a toquetear las paredes para buscar algún interructor o algún garabato grabado en la piedra.

Y derrepente, mis amigos nos empiezan a imitar para intentar salir de este lugar. La mierda es que sólo saldremos siete de aquí...

¡Siete! ¡Siete personas somos! ¡Y vinimos veinte al campamento...!

Trece familias destrozadas... pero no hay tiempo para llorar por ellos... ya que, a la más mínima debilidad, nos matan.

De improviso, me doy cuenta de que Jake está a mi lado.

Tiene la cara sucia y llena de heridas. Su expresión de miedo me llega al alma, pero le comprendo.

-¿Sabes esa sensación que tienes cuándo estás en un sueño y tienes algo maligno persiguiéndote, y por mucho que corras sabes que te va a alcanzar...?-dice casi en un susurro.-Porque es la misma sensación que tengo ahora mismo.

-Yo también...-respondo casi ahogándome con mis propias palabras.-Tenemos que salir de aquí.

-¡¿A dónde?!-grita. De repente todos se giran y nos miran.-Hann, ¡vamos a morir! ¿Es que no te has dado cuenta todavía? ¡No hay sitio al que podamos ir! Esa cosa va a venir a por nosotros y nos va a matar.

Con estas últimas palabras, se aleja de mi lado y en el último momento, distingo una lágrima corriendo por su mejilla. Tiene razón.

-Lo siento.-digo justo antes de que dé un paso más.-No debí traeros aquí. Pensé que nos podríamos esconder y que podríamos tener un refugio. Pero no ha dado resultado... os he condenado a la muerte.

-La muerte es tan solo un mito.-contesta sin darse la vuelta.-Sólo es un sueño eterno. Quizás ya estemos muertos y no lo sepamos; por eso este sueño está plagado de nuestras peores pesadillas. No hay forma de escapar.

Y se aleja hasta la otra punta de la habitación de piedra y se sienta en el suelo a recapacitar.

Estás MuertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora