Al contrario de lo que creí, sólo la luz de la sala estaba encendida, además de las lámparas en las mesitas laterales del sofá, donde mi mamá estaba sentada en una pijama caliente y rosa, hablando por el teléfono. Dejé caer mi mochila junto a la puerta, que cerré al mismo tiempo en que dejé las llaves en el portallaves de la pared.
Escuchando mi llegada, volteó a verme, y así confirmé mi sospecha. Algo no estaba bien, había ocurrido algo grave. Mis manos sudaron de los nervios. No había recibido malas noticias desde la muerte de mis abuelos.
—De acuerdo. Gracias por decirme, Cora —respondió, todavía en la llamada—. Buenas noches.
Cora era una de las meseras del restaurante. Caminé a la sala y me senté junto a mamá, mientras ella colgaba el teléfono en la mesa de al lado. Volvió a mirarme, tomando una larga respiración.
—El animal volvió a atacar.
Hace poco, a un oficial de seguridad en el condado de Mason lo había matado una clase de animal. La noticia había corrido rápido, ya que era un caso medio misterioso, pues no sabían qué animal había dejado el tipo de heridas que tenía.
—Hallaron a Waylon en su bote. Acaban de examinar su cuerpo —terminó de explicarme—. Cora iba pasando por la comisaría y lo vio. Era él. Waylon falleció.
Aunque hubiera querido, no pude moverme. Me sentí paralizada, tratando de adaptarme a la idea de que Waylon Forge, el agradable hombre que iba tan seguido al Carver, ya no estaba entre nosotros. Era un buen amigo de mi madre, habían crecido juntos, aunque él era un par de años mayor.
—Mamá, lo siento tanto —logré decir, mi voz temblorosa.
Mi mamá asintió y olfateó, tratando de aguantarse las lágrimas. Se limpió la cara con las manos. Sus labios llenos estaban rojos, al igual que su nariz y sus ojos. Me moví lo suficiente para alcanzarla y abrazarla. Ella me devolvió el abrazo y me sostuvo con brazos férreos, como si temiera que fuera a desaparecer.
Unos minutos después, sintiéndola sollozar en silencio sobre mi hombro, rompió el abrazo y se apartó, mirándome. Trató de sonreír, pero la tristeza no se iba de su rostro.
—Estaré bien, cielo —dijo, volviendo a sorber—. Dime, ¿cómo te fue con las chicas?
"Estuvo bien" mentí, volviendo a usar las manos para comunicarme.
Ella miró a la puerta, exactamente a mi mochila, y frunció el ceño al no ver ninguna bolsa. Entonces caí en cuenta de que el vestido que había comprado se había arruinado. Los tipos lo habían pisado y probablemente ahora estaba hundido en un charco.
—No compraste nada. ¿Qué ocurrió?
"No había de mi talla. Usaré el del año pasado. Está bien" le dije, encogiéndome de hombros al final.
Me regaló una media sonrisa. En otra ocasión, habría protestado y me habría obligado a ir con ella a Por Angeles el fin de semana para buscar en más tiendas hasta hallar un vestido, pero, así como yo había notado su tristeza, ella podía ver mi cansancio.
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beastly | emmett cullen
Fanfiction❝ La forma en que el sol la iluminaba y las estrellas se reflejaban en sus ojos... Sí, Emmett confirmó, podría mirar a Ophelia el resto de su existencia ❞ UNIVERSO DE CREPÚSCULO. CELESTE STONE. © 2021. #1 EMMETTCULLEN [27/04/21] #1 CULLEN [08/02/21...