OCTUBRE.
Que la otra mesera renunciara porque se había ganado la lotería fue algo bastante conveniente para mí. La acumulación de trabajo, el estudio y las tareas, todo estaba perfectamente sincronizado para no dejarme tiempo para pensar (lo que usualmente me llevaba a llorar). Llegaba lo suficientemente cansada a la casa como para hacer tareas hasta tarde y finalmente quedarme dormida sin siquiera destender la cama.
Un día, en una de esas largas noches con montones de tarea y profundas ojeras, me llegó un anuncio a mi correo electrónico. Estuve por echarlo al basurero, cuando la fotografía de una hermosa playa griega me llamó la atención. El anuncio me invitaba a participar en un juego con la posibilidad de ganar un viaje todo pagado a Grecia. Obviamente era un fraude, un virus queriendo entrar a mi computador, pero la idea de un viaje seguía siendo atractiva.
Al día siguiente, tomé un tarro de vidrio abandonado en la alacena que antes guardaba salsa de tomate y le pegué una cinta con mi letra escrita diciendo: "Viaje de Ophelia". Era algo lindo por lo que aspirar, algo por lo que motivarme, así que lo llevé conmigo al Café y lo puse junto al bote de las propinas. La gente me hizo preguntas, me contó historias, me aconsejó sobre viajar, incluso un comensal me contó una teoría conspirativa sobre las aerolíneas. Al final del día, sin embargo, todos aportaron monedas y unos pocos billetes.
NOVIEMBRE.
Un nuevo mes llegó sin que me diera cuenta. Apenas tenía tiempo para descansar, pero eso era lo que yo me había propuesto, y ahora mi cuerpo estaba pagando por ello. El agotamiento físico y mental por la montaña de tareas y trabajos que yo misma me ponía se manifestaba en ojeras negras y hundidas, mi piel más blanquecina y mi cuerpo con unos kilos que antes no estaban ahí.
Sin darme cuenta, empecé a llorar en silencio. La visión de mi cuerpo deteriorándose y agrandándose me hizo sentir repulsión. No había comido sanamente en mucho tiempo, y tampoco me había importado hasta ahora.
Apagué la luz sobre el espejo del lavabo, dejando solo la del baño, y me metí a la ducha con agua caliente. Me enjaboné el cuerpo y el cabello dos veces, y al salir me puse crema por toda la piel. Olía a vainilla ahora, resultó reconfortante sentirse limpia.
Decidí descansar unas horas más esta noche, por lo que ni siquiera le eché un vistazo a mi escritorio, tapizado con proyectos y tareas de la escuela. Me metí bajo las sábanas, cepillé mi cabello en silencio y con mucha dedicación. Finalmente lo trencé y dejé mi cara hundirse en la almohada. Sin embargo, quedarme dormida no fue tan fácil como esperaba.
Mi mente disfrutaba de torturarme un poco, haciéndome recordar aquellos momentos que antes me hacían sonreír y ruborizar. Ahora, sólo me quebraban el corazón y me quitaban el aliento, me robaban un par de lágrimas o hasta varios sollozos.
Nuevamente me quedé dormida sobre una almohada húmeda por las lágrimas.
Por la mañana me preparé un desayuno mucho más saludable que los de los últimos meses y me senté a comerlo mientras veía las noticias en el televisor de la sala. La delincuencia sólo aumentaba con los días, cada vez había más desaparecidos y por la mañana se encontraban más cadáveres.
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beastly | emmett cullen
Hayran Kurgu❝ La forma en que el sol la iluminaba y las estrellas se reflejaban en sus ojos... Sí, Emmett confirmó, podría mirar a Ophelia el resto de su existencia ❞ UNIVERSO DE CREPÚSCULO. CELESTE STONE. © 2021. #1 EMMETTCULLEN [27/04/21] #1 CULLEN [08/02/21...