XXIII: Frente a frente, parte uno.

541 82 101
                                    

Dos días después de aquella junta, los chicos estaban esperando en el cuartel fachada a la media noche, para dirigirse hacia el laboratorio de Matsuda.

Alisa, quien fue contactada por la misma Hatsu, les había traído algunos encargos para la misión, y sonreía al oír a sus amigas hablar de sus hermanos y los nuevos integrantes de la resistencia.

"Ahora, ¿puedes decirme de dónde sacas esto? ¿Eres una especie de traficante ahora?" inquirió la comandante, desviando el tema y viendo lo que Alisa había traído para ellos.

"Qué te digo, ahora todos me conocen. Soy una especie de llanera solitaria." Se encogió de hombros, haciendo a sus amigos reír. La chica volteó, y divisó a Shoto, observándola. "¿Shoto?" inquirió, ahora dirigiéndose a él.

"Alisa, espera." Llamó Kameko, pero Tadashi le puso una mano en el hombro.

"Déjala. Ya tendrán cosas que resolver esos dos." Dijo con tranquilidad, haciendo una seña con la cabeza para señalar la parte de atrás del edificio. "Hay que decirle a los chicos, es hora."

Las chicas asintieron, comenzando a dirigirse a donde se encontraban los chicos.

Nishinoya estaba mirando su propio trasero con curiosidad, apoyado por Oikawa y Atsumu, quienes hacían lo mismo.

"Es en serio, Iwa-chan, este uniforme hace ver mi trasero más gordo." Dijo Tooru, viéndose a él mismo con genuino desconcierto. "¿Crees que sea por el material con el que están hechos?" inquirió, en dirección a Atsumu.

"Yo no tengo ni idea. Pero me veo genial." Respondió el susodicho, sonriente. "¿No es así, Samu?"

El uniforme en cuestión era de un material que no conocían, se adhería al cuerpo y contaba con funciones que aún no habían probado, en su totalidad era negro, con mangas largas y pantalón largo.

"Pareces un cerdito por lo gordo que estás." Osamu se encogió de hombros, demasiado concentrado en Suna, quien hablaba con Kenma y Akaashi sobre cosas que no alcanzaba a oír.

"¡Samu, ni siquiera me estás viendo, bastardo!" se quejó, ahora mirando a Sakusa, quien hablaba concentrado con Asahi. "Omi, ¿Es cierto eso?"

"Cielo, te ves increíble siempre. Ahora concéntrate en la misión." Respondió el azabache, dirigiéndole una mirada fugaz.

Estuvieron en silencio unos segundos.

"Le doy dos segundos para que empiece a llorar porque Sakusa lo llamó cielo." Apostó Nishinoya, en dirección a Oikawa.

"Uno y medio." Respondió el castaño, divertido.

"¡Son unos idiotas y los odio!" Atsumu se cruzó de brazos, alejándose de ambos chicos, que reían y se burlaban sanamente de él.

Mientras tanto, Tanaka y Sachiro se encontraban viendo a Hana y Kiyoko, que reían por lo bajo con Sadashi y las gemelas.

"Este uniforme llegó a bendecirnos la vida, Ryu." Dijo Hirugami entonces, viendo a Hana con devoción casi religiosa.

"Ni que lo digas, Hirugami. Ni que lo digas." Suspiró, como colegiala enamorada, viendo a Kiyoko, quien lo miró por unos segundos antes de sacarle la lengua y seguir hablando con las chicas.

"¡Cabezas de chorlito!" llamó entonces Hatsu, sacándolos a todos de sus burbujas propias. "A trabajar. Todos conocen el protocolo a seguir; no quiero errores. En caso de algún improvisto, todos tienen a sus chicos del escuadrón de estrategias, Kenma y Ushijima tienen contacto directo conmigo, si algo pasa, ellos me dirán las opciones. De todos modos, saben que Katsumi está autorizada a dar órdenes, así que también háblenle a ella." Dijo, mirando a todos. Los chicos asintieron. "Kenma y Keiji, saben que pueden retirarse si sienten algo extraño en sus heridas, no queremos que éstas se abran. Y Atsumu Miya, por el amor de Dios, deja de verte el culo." Pidió, mirando al rubio, notando que Oikawa y Nishinoya estaban luchando por no reír. "Es todo. ¿Todos tienen sus llaves?" los chicos asintieron de nueva cuenta. "¡Entonces nos largamos! ¡Hinata, al camión uno, Yuji, al dos, y Suna al tres! ¡Los demás, a las camionetas ahora!" ordenó, y todos se pusieron manos a la obra.

『 fighters ; haikyuu 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora