Esa noche, Kiyoko apenas pudo pegar un ojo. Se removió en las sábanas, suspirando de cansancio, y apartó con cuidado el brazo con el que Tanaka la rodeaba por la cintura. Se quedó mirándolo unos instantes, el chico tenía los labios entre abiertos, imperturbable, durmiendo plácidamente.
Le besó la frente antes de levantarse, buscando en silencio los pantalones de chándal que el chico se había quitado antes de dormir. La azabache ya llevaba puesta una sudadera de su compañero, así que una vez se colocó el pantalón que le quedaba unas tallas más grandes, se calzó los tennis y salió de la habitación.
Kiyoko no solía fumar mucho. Ella era más de hacerlo de vez en cuando, cuando le provocaba o cuando estaba con sus compañeros de división que compartían el vicio. Pero esa noche algo la estaba poniendo muy ansiosa. La chica tenía un mal presentimiento.
Caminó en silencio por el pasillo del piso donde su habitación se encontraba, deteniéndose frente al ascensor y tocando el botón, esperando que este subiera.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron, el sopor abandonó su cuerpo cuando Akaashi y Kiyoomi la miraron, algo sobresaltados, extrañados al verla ahí de pie. Se quedaron mirándose unos segundos, hasta que el ascensor, por la falta de actividad, iba a cerrar sus puertas, a lo que Kiyoko reaccionó poniendo una mano sobre una de ellas, impidiéndolo.
"Vaya." Dijo la azabache, rompiendo el silencio incómodo que se había formado. "Así que ustedes son los responsables de eso."
Akaashi la miró unos segundos, antes de suspirar.
"Sabía que algo así pasaría." Akaashi se restregó el rostro con una de sus manos, antes de suspirar nuevamente. "Ven, entra."
Y Kiyoko entró al ascensor, suspirando con más pesadez que Akaashi, adelantándose a los acontecimientos.
.
La mañana fue incómoda para todos. Bokuto y Akaashi habían tenido una discusión porque Keiji había salido a mitad de la noche del dormitorio y Koutaro no volvió a verlo hasta el almuerzo, Atsumu seguía pidiéndole explicaciones a Sakusa, a Kageyama le dolía la espalda por haber dormido en el suelo de la habitación de Azumane y Nishinoya, y ni qué decir de los que seguían prisioneros por traición.
"¡Maldita sea, es suficiente!" se quejó Suna, audiblemente. "¡Osamu, si tienes algún grado de autoridad, acaba con esto!" se dirigió a su pareja, con un americano helado en una de sus manos. Osamu torció el gesto.
"¿Piensas besarme luego de beber eso?" inquirió, con un deje de preocupación en su voz. Se escuchó otro reproche de Atsumu en una mesa cercana.
"Osamu. Es en serio." Frunció el ceño, señalando la situación. "Es la una de la tarde. Demasiado temprano para tanto escándalo."
Osamu suspiró, y Suna le dio una sonrisa que sería imperceptible para los demás, pero no para él.
"Me sobornas." No pudo evitar sonreír, mientras Rintaro tomaba de su café frío. "¡Sakusa, Bokuto, tenemos una junta!"
Silencio. Los chicos esperaban que eso calmara todo, pero escucharon a Atsumu una vez más.
"¡Eso sí que no! ¡Ni se te ocurra huir para hacerte el soldado del invierno! ¡O pasarás la noche como Tobio-chan!" había dicho el rubio, en un tono que logró que hasta las personas del primer piso lo escucharan.
Bokuto, por su parte, miró a Akaashi con ojitos de perrito una vez más. ¿Por qué no le decía qué había sucedido? ¿Por qué estaba ocultándole cosas?
¿Por qué se sentía como un extraño?
"Kaashi." Dijo, en un susurro cargado de confusión y algo de culpa. ¿Había hecho algo para que Akaashi estuviese así? ¿Qué había sido?
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『 fighters ; haikyuu 』
FanfictionEn un mundo paralelo, el gobierno de Japón prohíbe a las familias al rededor del país tener más de un hijo por familia. Los segundos hijos, al ser los hijos fuera de regla, terminarían en institutos militares en las prefecturas al rededor del país...