『 fighters ; haikyuu 』

VIII: Pérdida

hozier - take me to church. 

Odiaba el olor a sangre.

Desde el primer día, desde la primera vez que hizo sangrar a un oponente, el olor a sangre le producía arcadas y una sensación asquerosa en la cavidad bucal que le hacía querer expulsar hasta la bilis.

A medida que la fosa avanzaba, ese olor se intensificaba. Los mayores afectados eran los menores, tanto de Shiratorizawa como de Aoba Josai. Ambos equipos habían perdido hasta ese momento un par de compañeros. Karasuno estaba completo, aún, y tan silenciosos como podían ser.

Daichi se encontraba detrás de una pared. Le hubiese encantado estar al lado de Suga, pero si no se ponía una jodida mascarilla definitivamente no iba a durar mucho más. El cubrebocas probablemente no fuese a eliminar el olor, pero si lo iba a minimizar, por él estaba bien.

"¿Daichi-san?"

Maldijo. La voz de Sugawara provocó un disparo muy cerca de su posición. Se frotó las sienes, y salió de donde estaba disparando hacia el causante del ataque anterior, dándole en el hombro, causando su caída.

Se escuchó otro disparo, nadie cerca de él lo había hecho, así que sólo rezó internamente para que no fuese uno de los suyos.

Kageyama había disparado a un chico que tenía a Hinata en la mira, y corrió junto a él para volver a cubrirse. Eran buenos, jodidamente buenos, y la persona encargada de la fosa se estaba hastiando. Quería que se desarrollara más rápido, quería ver más sangre, quería terminar con eso pues tenía cosas más importantes que hacer. Así que mandó a encender las luces ultravioletas, haciendo que los uniformes de todos brillaran, delatando sus posiciones.

Fue cuestión de segundos, Ushijima disparó a un par de compañeros de Aoba Josai, Daichi corría junto a Sugawara disparando en dirección a un chico de cabello blanco de Shiratorizawa y Nishinoya Junto a Asahi estaban apuntándose mutuamente con Kunimi y Kindaichi.

Tanaka disparó en dirección a los oponentes que estaban teniendo Nishinoya y Asahi en ese momento, dándoles una mano para salir de esa. Los hirió, y sus amigos terminaron el trabajo para tratar de cubrirse nuevamente.

El corazón se les iba a salir del pecho, les ardía la garganta por la respiración agitada, sus manos temblaban cuando las miraban, pero no titubeaban al atacar. El interior húmedo de la fosa les provocaba una sensación terrible en el cuerpo, querían salir de ahí, ya.

Daichi hizo un esfuerzo para sacar cuentas en su mente. Si ya habían matado a Kunimi y a Kindaichi, iban cuatro personas menos en Aoba Josai. Faltarían dos más para dejar el par de compañeros que iban a quedarse. Con Shiratorizawa la cosa estaba más difícil, solo les faltaban dos pares, pero ellos eran buenos.

Pero no contaba el par de compañeros de Aoba Josai que Ushijima había eliminado, sólo quedaban Iwaizumi y Tooru, y les iban a dar pelea.

Tooru disparó rápido, certero e hizo que a Daichi se le detuviera el corazón. La bala impactó en el hombro de Sugawara, en una posición comprometedora. El olor a sangre inundó sus fosas nasales, estaba a su lado, sus ojos vidriosos por la bala que acababa de recibir.

"¡Suga!" el grito de Daichi se escuchó en toda la fosa, haciendo que los demás sintieran su dolor, el coraje y la impotencia.

"Daichi, lárgate de aquí." Dijo Sugawara apenas, mientras la sangre brotaba de su herida.

"Y una mierda. Me voy a quedar contigo, Suga, estaré aquí contigo." Murmuró, pasando la mano por su cabello gris, manchándoselo de su propia sangre.