XIII: Una historia

741 127 86
                                    

La mayoría de las personas pueden saber cuándo el cariño o el aprecio que le tienes a una persona deja de ser amistoso, pero no siempre. Es extraño cuando sucede, confundir el amor es terrible. Puedes terminar estancado en una relación donde no quisiste estar en un principio, dándote cuenta de que el amor que le tenías a esa persona era diferente. Pero no era el caso.

Kageyama estaba seguro de que su boca se secaba al ver a Hinata entrenando. Podría apostar que su expresión era ridícula cuando le estaba pidiendo que se quedara o que no hiciera algo que podría perjudicarlo.

Pero el Hinata Shoyo de esta historia era fuerte, decidido y seguro. Si Kageyama no era claro él no estaría detrás de él como un perrito faldero, ni muchísimo menos le haría caso. Hinata era una persona diferente a la que había sido antes de Yachi.

Porque todos, absolutamente todos, tenemos un antes y un después luego de una situación tan fuerte como esa. Las situaciones te marcan, te cambian y en su mayoría te hacen más fuerte, siempre y cuando sepas manejarlas. Después de todo, si no sabes sacar lo mejor de las situaciones y aprender de ellas, no tendrás ningún cambio.

Shoyo, inteligente como nadie, luego de eso vio dos opciones.

Podía llorar y sentirse culpable de por vida o sacar de eso lo que lo haría más fuerte.

Y optó por la segunda, Hinata no estaba dispuesto a volver a tropezar con la misma piedra.

Por eso se enamoró de él. Pero era estúpido, ya sabía que a Hinata le había gustado Yachi, ¿y si no le gustaban los chicos? Tobio no era alguien inseguro, al contrario, podría llegarle a Hinata y decirle que lo quería en frente de toda la división sin problemas. Le daba igual lo demás, pero se odiaba por romperse la única promesa que se había hecho en su vida.

Era simple, pero significativa. Kageyama no iba a sacrificarse por nadie, ni iba a bajar la guardia por nadie. No se iba a encariñar con nadie y tendría siempre presente que un compañero era algo pasajero e innecesario.

Suspiró antes de entrar a la habitación. Llevaba la mirada gacha y los hombros caídos, luchó por no tirarle un golpe a Oikawa cuando le dijo que parecía un cachorro regañado.

"¿Tobio?" preguntó Noya, al verlo entrar, extrañado. Estaba sentado con la espalda contra la pared y Asahi al contrario de él. Parecía que estuviesen conversando. "¿Pasa algo?"

"Yo, hm, quería hablar contigo." Murmuró entre dientes, avergonzado. Nishinoya sonrió disfrutando de la situación.

"¿Qué dices? No te oí bien." Cuestionó, con la diversión pintando su voz.

Tobio bufó y Asahi rió por lo bajo.

"Déjalo en paz, Yuu." Intervino Azumane, y le hizo a Kageyama un ademán para que tomara asiento. "¿Quieres conversar sólo con Noya? ¿Los dejo a solas?"

La comprensión de Azumane era equivalente a la de un padre, pero Kageyama no podría saberlo.

"No, está bien." Dijo, y se sentó a su lado. "Yo..." empezó a hablar, pero suspiró. Nishinoya chasqueó la lengua.

"Basta. Si vas a decirnos algo que te está molestando o te atormenta, dilo con naturalidad." Lo regañó, con el ceño fruncido. "Tienes que aprender a expresarte mejor."

Tobio pensó unos segundos antes de darse cuenta de que Yuu tenía razón, debía aprender a expresarse mejor si quería llegar a algo con Hinata.

Soltó una bocanada de aire.

"Me gusta Shoyo. No estoy confundido y no me estoy apresurando, me gusta de verdad. No es el enlazamiento normal, lo sé. Se me cierra la garganta cuando tengo que hablarle, me molesta verlo con otro. Siento que no puedo respirar cuando se está desvistiendo y me avergüenzo de lo que pienso cuando lo tengo muy cerca. No lo quiero lejos, pero si está muy cerca no sé qué hacer ni cómo actuar, así que dejo que se aleje, pero cuando lo veo de rositas con Oikawa siento que voy a estallar." Estaba diciendo todo lo que se pasaba por su mente, sentía que sus labios se movían solos y que su voz salía sin permiso. "Me... molesta. Me hace enojar. Creo que me doy a entender cuando le pido algo con mis gestos, y él va y hace todo lo contrario. Me dan ganas de... joder, no puedo ni decirlo." Se cortó, y se tapó el rostro con las manos. Apoyó los codos en los muslos y suspiró. "Es desgastante. Me hace sentir mareado. Odio no poder controlarlo. Siento que se está apoderando de cada milímetro de cordura que conservo y no puedo hacer nada para impedirlo. Es... maldición, no lo sé. Se está convirtiendo en una debilidad. Cada vez que escucho su voz o su nombre volteo inmediatamente y no puedo disimular. ¿Saben qué es lo peor? Que duermo con él. Cada jodida noche, dormimos juntos. Hinata tiene pesadillas todas las noches, pero mientras duerme, y veo que empieza a moverse o a agitarse mucho, le digo que todo estará bien, que está a salvo y de pronto él se calma. No se mueve más, se abraza a mi cuerpo y duerme hasta el amanecer. Me hace preguntarme si es por mí. ¿Es por mí, no? ¿O con cualquier otro sería así? ¿Se calmaría con la voz de Oikawa o Ushiwaka? ¿También se lanzaría a sus brazos en ese momento de debilidad? Me gusta, y lo sé porque junto con eso están todas estas emociones desagradables, como los celos, la inseguridad y el egoísmo. Puedo sentirme cambiar. Y no puedo manejarlo. Se sale de mis manos como nada se me había salido nunca y me molesta no tener la suficiente experiencia para solucionarlo solo."

『 fighters ; haikyuu 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora