"Invitación formal"
—Harina de almendras y azúcar de canela —informó Daniel después de tomar de los estantes cada uno de esos productos. Posteriormente los lanzó en el carro de compra—. Nos faltan pepitas de chocolate para completar la receta de las cookies.
Comunicó, mirándome. Yo lo confirmé revisándolo en la lista que tenía en las notas de mi móvil.
—Tienen que estar al otro lado.
Puse en marcha mi silla. Daniel tomó el mango del carro para seguirme.
Mis expectativas para este plan culinario no eran muy altas, probablemente ni siquiera existían, pero hacía mucho que no me emocionaba e ilusionaba tanto algo. La idea fue tan mía como de Daniel, de invitar a Brook a una tarde en la que preparábamos algunas cosas. Esa parte fue motivada por las cookies que me llevó ella el día de su visita, para terminar de cerrar ese mal episodio. Después veríamos alguna película o... bueno, esa era la parte de Daniel. La idea era darla acogida.
¿Lo mejor? Mi madre nos dejaba la casa. Lo hacía felizmente, por supuesto. Vivía en el firmamento viéndome vivo. No tenía otro tema de conversación con Claire últimamente.
—¡Aquí va! pepitas de chocolate —musitó Daniel al dar con ello.
—¿Es chocolate negro?
Miró la bolsita dudoso.
—Mmm... creo que sí, se ve muy oscuro, pero no sé.
Me lo mostró para que diera mi opinión.
Sujeté la bolsita para ver si especificaba si era negro o con leche. Brook era vegetariana o vegana o... al menos fue la conclusión que Price y yo sacamos recordando la primera charla en el grupo. Estábamos intentando seguir eso para lo que pensábamos preparar, o simplemente seguir recetas de comida sana, por la que no se moría nadie.
—A lo mejor no la importa —indicó Price.
—Más vale prevenir que meter la pata. Es chocolate puro.
Dije al confirmármelo la tabla nutricional y la tiré en el carro.
—Oh, esto sí que me emociona —anunció en cuanto llegamos a los estantes de tomates—. Voy a hacer mi primera pizza vegetariana. Bueno, mi primera pizza en general. Será todo un experimento.
Cogimos todos los ingredientes para la pizza, agregamos al carro zumos y algunos snacks, justo cuando volvimos a encontrarnos con Katherine. Llegaba frente a nosotros con el carro de las cosas que ella aprovechó comprar en lo que nos acompañaba.
—¿Habéis terminado? —preguntó, levantando un paquete de promoción en la mesa extendida de cinco metros aproximadamente, llena de productos especiales, que teníamos al lado, para echarle un vistazo.
—Sí, vámonos, que no nos da tiempo.
Dije rápidamente, antes de que se tomara otro tiempo mirando los productos de oferta.
—¿No quieres estos calcetines?
¿Calcetines? eran calcetones.
Me estaba mostrando el par de calcetines gordos que acababa de tomar, de los calentitos. Era azul oscuro con dibujos de reno y figuras navideñas.
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Sobre Ruedas (literalmente) #1
Teen FictionUn accidente ha cambiado en un abrir y cerrar de ojos la vida de Kenneth Andersen. De pronto se ha quedado sin novia, de pronto ha dejado de ir al Instituto, de repente está sobre una silla automática que determina su vida y la condiciona, valga la...